Resultados eclipsados

Las dos pruebas piloto de las fiestas de Gràcia 2024 superan expectativas: "Éxito total"

La suspensión de actos de cultura popular contrasta con un descenso de la masificación y el incivismo esta edición

Un 'correfoc ' furtivo y reivindicativo cierra la fiesta mayor de Gràcia pese a la prohibición

Los dos secretos del éxito de la calle que ha ganado las fiestas de Gràcia 2024

Gran juerga y bullicio en las fiestas de Gràcia este sábado antes de su primera 'noche tranquila'

Gran juerga y bullicio en las fiestas de Gràcia este sábado antes de su primera 'noche tranquila' / Manu Mitru

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

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Las fiestas de Gràcia cierran una edición agridulce, de contrastes. La crisis de las ‘colles’ de cultura popular ha enturbiado los buenos resultados de varios cambios introducidos este 2024 para frenar la masificación y el incivismo. Las calles engalanadas y el Ayuntamiento de Barcelona valoran positivamente las experiencias testeadas, que se perfilan como nuevas tradiciones de la fiesta mayor.

La ‘Noche tranquila’ simultánea y la entrega de premios pospuesta han superado con creces las expectativas de los organizadores. Han ayudado también factores coyunturales, como la meteorología o el puente festivo del 15 de agosto. La suspensión de actividades como el Cercavila y el Correfoc y en general el eco mediático del conflicto podrían haber sido otro desincentivo, aunque mucho más amargo. La ausencia de incidentes graves de seguridad ha sido la guinda.

Tras tomarse unas vacaciones en septiembre, los vecinos implicados en la fiesta harán balance interno y con el consistorio de esta inusual edición en octubre para encarrilar la siguiente. “Las pruebas piloto han sido un éxito total, así que creo que les daremos continuidad e incluso podremos valorar más medidas en la misma línea”, valora la presidenta de la Fundació Festa Major de Gràcia, Lina López. “La inseguridad y el incivismo tienen mucho que ver con la afluencia”, asevera.

La visión municipal coincide. "Las medidas de desconcentración han dado resultado", sintetiza el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, en declaraciones a EL PERIÓDICO. Visitó las fiestas y observó que había "menos gente" y en general "más gente local”. La operativa de seguridad y movilidad, añade, también “ha fluido”. “Debemos seguir trabajando este equilibrio entre los visitantes y la fiesta de proximidad para la gente que participa en ella, con propuestas inteligentes como las de este año, que además surgen de las propias entidades”, aplaude.

La percepción compartida es que se han reducido tanto la congestión como el volumen total de visitantes, aunque la ausencia de datos oficiales impide cuantificar la mejora. Las fiestas de Gràcia carecen de estudios exhaustivos y la estimación habitual –hecha bastante a ojímetro-- aventura entre dos y tres millones de personas. No está sobre la mesa, hoy por hoy, obtener cifras fidedignas mediante antenas de telefonía u otras tecnologías. No obstante, para el alcalde ya son muy buenos indicadores que se pueda “disfrutar la fiesta sin sentirse agobiado” y que haya “buen ambiente y buen rollo”.

Noche tranquila... y nupcial

Para la presidenta de la fundación, la pausa del domingo ha sido “lo más exitoso de esta edición”. “No solo todas las calles bajaron el volumen de ruido, sino que se creó un ambiente totalmente distinto”, aplaude. Hubo actividad, mayoritariamente cenas vecinales, pero se descansó. Tanto vecinos como organizadores lo necesitaban: “Llevábamos dos semanas de estrés y mucho trabajo, nos fue muy bien tener día de programación tranquila”. Un oportuno chaparrón también contribuyó a ahuyentar juerguistas desinformados sin llegar a provocar daños destacados.

El colofón fue un divertimento de tres de las 23 calles de las fiestas, que logró arrastrar al resto. “Progrés y Fraternitat de Dalt tenían un pique porque las dos habían apostado este año por una decoración de videojuegos y montaron una boda de un ornamento de cada calle en la capilla al estilo Las Vegas de la plaza Rovira”, rememora. Tras las cenas, gente de muchas comisiones subió hasta Rovira tarareando la marcha nupcial. “Fue una experiencia muy interesante para crear lazos, porque estamos tan atareados cada uno con nuestra calle que hacemos pocas cosas juntos”, expone.

Lunes de premios

El cambio de fecha de la entrega de premios tiene todos los números de consolidarse como nueva tradición. Todas las voces coinciden en destacar las ventajas de afrontar el pico de visitantes del fin de semana cuando aún se desconocen las calles ganadoras del concurso. El público elige su ruta a ciegas y se reparte más. “Había favoritos, pero la presión era menor”, dice López.

“Realmente se ha conseguido mejorar la distribución de las visitas, antes la calle ganadora estaba colapsada desde el segundo día de fiestas hasta el último”, apunta López. La ganadora 2024, Mozart, está situada justo al lado de la plaza de la Vila, donde se anunciaban los premios, así que el incremento le llegó ipso facto: “No había terminado el acto y ya había cola para entrar”. El martes había colas, pero al ser “muy espectacular” mucha gente ya lo había visitado los días previos.

Cultura popular en 2025

La nota negativa de 2024 ha sido la pérdida de actos por las graves desavenencias entre los ‘diables’ de Gràcia. Un Correfoc furtivo logró salir a la calle el martes, sin percances que lamentar. La fundación señala que la fiesta mayor ha quedado “un poco descafeinada sin cultura popular” y celebra que al menos se salvaran las ‘diades’ castelleras y el pasacalles de gegants, que tenía como invitados a los de Solsona.

Collboni subraya que los partidos del distrito intentaron “encontrar buenamente una solución”, aunque al final “fuera a medias”. Apuesta por “no esperar demasiado tiempo para sentar a todo el mundo otra vez” y lograr “un acuerdo con tiempo para que el próximo año todo vaya bien”. “Más que nunca se verá la necesidad de encontrar un consenso entre ‘colles’, porque ya hemos visto qué son unas fiestas de Gràcia sin una parte de la cultura popular”, sostiene.

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