Celebración veraniega

Las lluvias garantizan la primera ‘noche tranquila’ de las fiestas de Gràcia

Las calles y plazas del barrio barcelonés concentran actividades como las cenas de hermandad, los juegos de mesa y el visionado de películas en su primera jornada para recuperar el carácter vecinal de la fiesta y mejorar la convivencia entre residentes

Dos vecinas de la calle Mozart cubren los decorados ante la lluvia

Dos vecinas de la calle Mozart cubren los decorados ante la lluvia / MANU MITRU

Alba Giraldo

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Las calles y plazas del barrio de Gràcia han sustituido la juerga, el bullicio, las aglomeraciones, los conciertos y la música a todo volumen de este sábado por la tranquilidad que han garantizado las fuertes lluvias de este domingo en las fiestas de Gràcia. Las cenas de táper, los juegos de mesa entre vecinos y el visionado de películas han sustituido los grandes festejos este 18 de agosto en la primera ‘noche tranquila’ de la fiesta mayor del barrio barcelonés. Aunque durante la tarde la afluencia en las calles engalonadas seguía siendo abundante, los turistas buscaban fiesta y las plazas continuaban su programación de conciertos multitudinaria -a un nivel más leve que la jornada anterior-, una tormenta sobre las ocho de la tarde ha disipado a los asistentes.

Los decorados no han llegado a estar destruidos del todo gracias a la rápida actuación de los vecinos, que los han cubierto con bolsas de plástico tras las primeras gotas. Los asistentes más fieles tampoco han querido irse a pesar del diluvio. Paraguas en mano (o no), las colas de las calles más populares han seguido recibiendo al público. “Tenéis que moveros para dejar pasar a más gente”, ha pedido un guardia de seguridad de la calle Mozart a los refugiados bajo algunos balcones de los pisos de la zona. “Hemos parado la cola por la lluvia, pero tiene que seguir entrando gente”, ha añadido. “Es una pena”, comentaban algunos transeúntes a su paso por la famosa calle.

Una 'noche tranquila'

La primera ‘noche tranquila’ de las fiestas de Gràcia, el ensayo de una fórmula para que por lo menos una de las noches resulte más cómoda para los residentes, se ha celebrado con éxito sin conciertos ni actos con sonido amplificado a partir de las diez de la noche. El objetivo es recuperar el carácter vecinal de la fiesta, reducir la masificación y mejorar la convivencia con los vecinos que no participan en las actividades. 

Aunque a media tarde todavía catalanes y turistas hacían largas colas para conseguir fotos de algunas de las calles más aclamadas por sus decorados y se podían escuchar algunos conciertos tranquilos en las plazas principales, esa imagen ha cambiado por completo la noche de este domingo. La lluvia a partir de las ocho de la tarde ha ayudado a que los asistentes decidieran huir de la zona. Los más valientes (y fiesteros) han abierto los paraguas y han seguido bailando. Los que se habían olvidado el paraguas en casa incluso han utilizado algunos decorados como cubierta para poder seguir la fiesta.

Cenas de hermandad

Media hora después, cuando la lluvia ha dado los primeros momentos de tregua, la mayoría de las calles engalanadas han optado por celebrar la cena de hermandad habitual en las fiestas, en las que han participado los vecinos que han trabajado para que las calles estén decoradas. Los residentes del carrer del Progrés se han reunido poco antes de las diez de la noche para comer y jugar al Trivial. Por su parte, las principales plazas del barrio han emitido películas, han hecho actividades que no requerían un gran volumen de sonido o simplemente han cesado sus actividades. La popular plaza de la Vila de Gràcia se ha quedado sin propuestas antes de las nueve de la noche, mientras que la música se ha alargado hasta las diez de la noche en la plaza del Pueblo Gitano (muy a pesar de los turistas animados que desconocían que la fiesta terminaba pronto y bailaban al ritmo de los últimos éxitos veraniegos). 

El contraste entre las dos jornadas del fin de semana ha sido evidente. La mayor afluencia de las fiestas del barrio barcelonés se concentró este sábado en la plaza de la Vila de Gràcia, la plaza del Poble Gitano, la calle Mozart y la calle del Progrés, y los principales conciertos se celebraron en la plaza del Sol, con actuaciones de bandas como la consolidada Sabor de Gràcia, la plaza de les Dones de 36, con la reconocida Orquesta del Orfeó Gracienc, y los jardines de la Sedeta, donde tuvo lugar el popular Festigàbal.

Esta edición de las fiestas ha contado con 23 calles y plazas engalanadas gracias a la colaboración altruista de las comisiones vecinales organizadores y una pequeña ayuda de EL PERIÓDICO. El grueso de los actos de las Fiestas de Gràcia empezó el pasado jueves 15 de agosto y terminará el próximo miércoles, 21 de agosto. Asimismo, se descubrirán las calles ganadoras de este año este lunes, cuando los premios normalmente se entregaban el viernes de fiesta mayor.