Festejos deslucidos

Las fiestas de Gràcia se quedan sin 'correfocs' y actos de cultura popular tras el desacuerdo entre 'colles'

Cinco de los ocho grupos de la Coordinadora de 'Colles' desechan el acuerdo para salvar las divergencias con la Vella de Gràcia y el Ayuntamiento desprograma una decena de actividades a las que deja sin permiso

Cautela vecinal ante la primera 'Noche tranquila' de las fiestas de Gràcia: "Ya se verá cómo va"

Protestas durante el Pregón de las Fiestas de Gràcia

Jordi Otix

Jordi Ribalaygue

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Hay que remitirse a años trágicos para encontrar los precedentes de una fiesta mayor sin los signos de identidad que Gràcia ha conservado durante más de dos siglos. En tres ocasiones en el siglo XIX -al declararse brotes de peste en la antigua localidad independiente de Barcelona-, durante la Guerra Civil y en 2020, con el covid, la Vila se quedó sin celebraciones y, en consecuencia, huérfana de sus tradiciones seculares. Este verano habrá fiesta, pero el desencuentro irresoluble entre ‘colles’ y la negativa del distrito a autorizar los desfiles pirotécnicos de los ‘diables’ si no se deponían las divergencias provocarán que el grueso de las actividades de cultura popular no se celebre. Son las más arraigadas a la vida vecinal de un barrio que siente la gentrificación y la presión turística como amenazas. 

Las negociaciones de última hora para salvar la integridad del programa han naufragado este miércoles. La consecuencia es que el barrio se queda sin los ‘correfocs’ y una lista notable de actos en que se exhiben ‘trabucaires’, gigantes, ‘tabalers’ y ‘grallers’, entre otros. El malestar ha empujado a las ‘colles’ a irrumpir este miércoles ante la sede del distrito, una media hora antes del pregón que da inicio a las celebraciones. Han protagonizado una manifestación ruidosa, dirigida contra los partidos del distrito y la Fundación Festa Major de Gràcia. “Sin cultura, no hay fiesta”, era el clamor en la plaza de la Vila.

Las horas previas al pregón han sido de vértigo, también deslucidas, al suspenderse el preludio de la fiesta, sin pasacalles, acto de lucimiento ni ‘Ball de l’Àguila’ mientras los jefes de las ‘colles’ dirimían diferencias. La Coordinadora de ‘Colles’ de la Vila de Gràcia y el grupo histórico de ‘diables’ del barrio, la Vella de Gràcia, se reunieron bajo mediación del distrito para intentar cerrar un acuerdo que sellara, cuando menos, una tregua agosteña para aislar los festejos populares de las desavenencias, que vienen larvándose desde la edición del año pasado. Si las discrepancias persistían, debían quedar aparcadas hasta septiembre, cuando se espera que una empresa especializada en mediaciones de conflictos intervenga por orden del distrito de Gràcia para procurar poner paz. 

Miembros de las 'colles' de Gràcia abren botes de humo durante la protesta en el pregón de fiestas contra el veto a los 'correfocs' y otros actos de cultura popular.

Miembros de las 'colles' de Gràcia abren botes de humo durante la protesta en el pregón de fiestas contra el veto a los 'correfocs' y otros actos de cultura popular. / JORDI OTIX

Con las calles del barrio ya engaladas y sus decorados protegidos por el temor a que el cielo plomizo descargara un chaparrón, se llegó a un principio de acuerdo cuando apenas faltaba una hora para el pregón. El compromiso se sometió a votación de cada una de las ocho ‘colles’ del barrio integradas en la Coordinadora, de la que la Vella de Gràcia se desligó meses atrás por el conflicto abierto. Según fuentes de los grupos de cultura popular, cinco grupos han desechado firmar la entente, mientras que las otras tres aprobaron las condiciones para reconciliarse con la Vella. “Será un año pasado por agua. Unos pocos se han petado la fiesta”, censuraba un miembro de las ‘colles’, descontento por la división que sembró desconcierto en el arranque de una cita grande en el calendario de Barcelona. 

Programa mutilado

Al fracasar los compromisos que se fraguaban hasta escasos minutos antes de iniciarse los festejos, el Ayuntamiento anunció a qué actos niega el permiso, que caen del programa si no se da un giro de guion por ahora improbable. Aparte de los actos anulados antes del pregón, este jueves no habrá las ‘matinades’ de ‘gralles’ y ‘tabalers’, ni se recorrerá el ‘seguici’ ni habrá el ‘Matí de Festa Major’, que congrega a las diferentes ‘colles’.

En cambio, los dos pasacalles de este jueves sí cuentan con licencia del Ayuntamiento para celebrarse, al ser organizados por la Fundación Festa Major de Gràcia. No obstante, hay debate entre las 'colles' sobre si acudir o no tras la decisión del Ayuntamiento, que tachan de "prohibición", con lo que podría ser que al final también decayeran del programa. Lo que es seguro es que el domingo no habrá ‘tabalada infernal’ ni el pica-pica de los 'Versots'. Y el próximo miércoles caen dos citas ineludibles, tanto el ‘correfoc’ infantil como el gran recorrido de fuego de la noche, el que prologa el punto final de las celebraciones.

El ambiente enrarecido que ha dominado en la plaza de la Vila ha alterado la puesta de largo de la fiesta mayor. Un fuerte abucheo ha recibido la salida de las autoridades al balcón. "No hay fiesta completa sin las 'colles'", ha voceado la presidenta de la Fundación Festa Major de Gràcia, Lina López, acallada por los silbidos. Minutos antes, López ha lamentado la tensión y la incertidumbre que se ha apoderado de una fiesta que teme verse adulterada y rebajada sin parte de sus señas. "Es una situación inédita", ha advertido.

Dos de los gigantes hijos de la Vila, Torradet y Gresca, fueron los pregoneros elegidos para la ocasión. En su discurso, han confesado que les carcomen las dudas que planean sobre los días grandes de Gràcia. "No sabemos si podremos participar este año de las fiestas", han reconocido.

"Nosotros, que no tenemos nada que ver con los 'diables', tampoco podremos salir. Es una metedura de pata de los políticos", se ha quejado un miembro de la 'colla' de los gigantes de Gràcia. A su vez, ha cargado contra la Vella de Gràcia por el hecho que originó la ruptura, ahora hace un año, cuando la Coordinadora la sancionó por lanzar petardos en mitad de un acto en que no estaban previstos. Ellos defendieron que se ciñeron a lo que había sido costumbre. "Causaron un susto terrible en la plaza. Hubo una avalancha de chavales, cada uno escapando por un lado... Por suerte, no pasó nada", ha recordado.