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Cistitis

Dr. Luis Alberto Sierra Guerra

Dr. Luis Alberto Sierra Guerra, especialista del Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Marbella.

¿Qué es la cistitis?

Se define como una inflamación de la vejiga urinaria secundaria a cualquier causa. Por lo general es una condición de causa infecciosa, benigna y sin complicaciones posteriores. Es relativamente frecuente y afecta a ambos sexos y en todas las edades. Se caracteriza por la aparición de deseo repentino de orinar y muchas veces incontrolable, aun cuando la vejiga está todavía llenándose; además presenta ardor al orinar y aumento en la frecuencia de la micción y, ocasionalmente dolor suprapúbico y sangrado en la orina.

¿Hay distintos tipos?

Si, existen diferentes formas de clasificar a la cistitis, pero generalmente se dividen en agudas y crónicas. En la infancia las principales son agudas, y la mayoría son causadas por infecciones bacterianas. También se pueden dividir también en: no complicadas aquellas que se presentan en personas con una vía urinaria estructuralmente normal, sin enfermedades asociadas; complicadas cuando aparecen en pacientes con alteraciones anatómicas o funcionales de la vía urinaria, enfermedades de base o portadores de sondas urinarias, y recurrentes cuando cursan tres o más episodios de cistitis en 1 año o dos en los últimos 6 meses. A fines prácticos de esta entrevista nos referiremos cistitis aguda infecciosa bacteriana.

¿Por qué se produce?

Sabemos que, en condiciones habituales normales, el sistema urinario normal es estéril, pero existen bacterias patógenas del tracto urinario que provienen de la flora fecal y el perineo. En la mayoría de las infecciones urinarias, las bacterias de la flora intestinal viajan a través de la uretra hasta la vía urinaria en general; y luego la instauración de la posible infección estará determinada por los propios factores tanto de agresividad bacteriana como de la susceptibilidad del niño, es decir si los gérmenes superan todos los mecanismos de defensa de la vejiga, pueden colonizar la vía urinaria y generar síntomas. En más del 95% de los casos, la cistitis aguda no complicada es causada únicamente por Escherichia coli, que es un tipo de bacteria que pertenece al aparato digestivo, habitualmente se localiza en la ampolla fecal y, a través de la defecación, se expulsan al exterior siendo fácil que contaminen la vagina y, posteriormente, la uretra y la vejiga. Estos datos son consistentes en España, donde la prevalencia del germen oscila entre el 60 y el 80%. Otras causas que aumentan la posibilidad de aparición incluyen: malos hábitos de la defecación y estreñimiento (sobrecarga de bacterias en la zona, favoreciendo que invadan la vulva y la vía urinaria), hábitos inadecuados de la micción (contener las ganas de orinar, uso de ropa sucia y/o mojada, pañales, falta de baño y aseo diario).

¿Es más frecuente y recurrentes en niñas que en niños?

En general, los procesos infecciosos de la vía urinaria son un motivo común de consulta en pediatría, y la edad y el sexo son determinantes de su aparición, está demostrado que es más común en varones menores de 6 meses y en mujeres mayores de 1 año.

¿Por qué más en niñas?

Las niñas están más predispuestas a desarrollar cistitis que los niños, excepto durante el primer año de vida; la propia anatomía femenina por su estrecha relación de la vía urinaria con la región anal aumenta el riesgo en niñas, además las niñas y mujeres en general debido a la corta longitud de la uretra tienen mayor riesgo de infecciones urinarias. La tasa de recurrencias en niñas es alta. Pero, en resumen, cualquier afección o hábito que mantenga la orina en la vejiga por mucho tiempo puede aumentar la probabilidad de aparición de una infección de vías urinarias.

¿Cómo identificar síntomas en bebes y niños?

La identificación de los síntomas puede variar según la etapa de vida; es decir en el periodo neonatal los síntomas son muy inespecíficos y variables, puede presentar desde una sintomatología más sutil, como irritabilidad, inquietud, inapetencia (perdida del apetito), vómitos hasta cuadros más graves, como letargia, fiebre o sepsis; luego, en lactantes y niños menores de dos años, los síntomas principales pueden estar asociados a fiebre sin foco aparente, la sintomatología sigue siendo muy inespecífica, pero puede aparecer vómitos, pérdida del apetito, orina de fuerte olor o maloliente, sangrado en la orina, dolor abdominal y cambio de comportamiento, con irritabilidad o apatía; y en niños de edad escolar puede cursar con ardor al orinar, sensación persistente de micción sin vejiga llena, micción dolorosa, retención de orina, dolor abdominal, incontinencia urinaria nocturna, también febrícula, y a veces hay sangrado urinario. En casos más severos se asocia fiebre (temperatura > 38 °C), escalofríos, vómitos, malestar general, dolor abdominal y/o dolor lumbar, esta situación clínica se conoce como pielonefritis aguda.

¿Cómo se diagnostica?

Siempre el diagnóstico debe estar basado en datos clínicos obtenidos en el interrogatorio de los síntomas, tomando en cuenta los antecedentes personales sobre la existencia de síntomas urinarios previos, estreñimiento, infecciones urinarias anteriores, de reflujo vesicoureteral y de enfermedades febriles previas no bien documentadas. También es muy importante saber si existen antecedentes en la familia de infecciones urinarias, malformaciones renales o litiasis. El examen físico del pediatra y los resultados del análisis de orina determinarán el diagnóstico eficaz; el cultivo de orina es la prueba definitiva para el diagnóstico, orientando el tratamiento definitivo, ya que aporta información sobre el microorganismo que está afectando y el antimicrobiano ideal para su erradicación.

¿Son los niños más susceptibles de padecer esta dolencia en verano?

Sí; existe un mayor riesgo en la población general en épocas de calor, esto se ha relacionado con el aumento de humedad en el área urogenital generado por el cambio de temperatura y sudoración o a las actividades de baño; estos cambios pueden alterar la composición de la flora vaginal y del periné, con lo cual aumenta la susceptibilidad de generar un aumento de las bacterias locales. También se ha asociado la deshidratación como un factor causal.

¿Cuál es el tratamiento?

Una vez determinada la causa que origina la cistitis el tratamiento debe ir dirigido a este foco. Habitualmente se trata con antibióticos, ya que la mayoría de ellas son de origen bacteriano. Lo más importante siempre ante cualquier afectación de la vía urinaria es identificar qué la produce, así evitaremos el riesgo de recurrencia. De no lograr identificar la causa y se trata los síntomas, estos pueden mejorar los síntomas, pero luego probablemente reaparecerá un episodio de cistitis.

¿Cómo prevenirlas?

Algunas recomendaciones en pediatría para disminuir el riesgo de aparición pueden ser:

  • Hidratación adecuada.

  • Educar adecuadamente a los niños sobre el hábito de la micción: enseñarlos a no aguantarse las ganas de orinar, se debe mantener frecuencia de la micción, cada 3 a 4 horas aproximadamente, si el niño se aguanta, retendrá orina. Recordar que las niñas deben orinar con las piernas separadas, retirando o bajando bien la ropa interior, evitando que se humedezca o se moje la zona, deben limpiar el área urogenital de delante hacia atrás y al culminar de orinar hacer un adecuado secado de la vulva, separando los labios mayores y secando con papel higiénico limpio; los niños no circuncidados deben retraerse el prepucio y garantizar que la zona quede seca posterior a la micción.

  • Control adecuado del hábito intestinal, evitando el estreñimiento.

  • No usar ropa que favorezca la humedad, o muy ajustada de forma prolongada.

  • Al ir a la playa o la piscina deberán secarse bien tras salir del agua. Evitar el uso de traje de baño húmedo, luego de culminar las horas de baño, es decir luego de nadar, se deberá bañar y cambiarse de ropa (preferiblemente de algodón)

  • Evitar la exposición solar en horas de sudoración excesiva, ya que esto favorece la deshidratación.

  • No automedicarse. El uso de antibióticos sin indicación médica aumenta el riesgo de resistencia en los microorganismos. Siempre se debe consultar con el pediatra.

¿Con que otras enfermedades que afectan a la vía urinaria hay que tener cuidado en época estival?

Las altas temperaturas y la deshidratación aumentan la probabilidad de aparición de cálculos renales.