Humedad elevada

Las lluvias rebajan el riesgo de incendio a mínimos históricos: "El paisaje está verde, no amarillo"

Catalunya sigue esperando el gran incendio forestal y prepara planes de extinción

Los Bombers controlan un incendio forestal en Racó de l'Ermita al Coll de l'Alba, a Tortosa

Bombers

Guillem Costa

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Hace 30 años exactos, en julio de 1994, Catalunya vivió una de las peores oleadas de incendios forestales jamás sufrida. En apenas dos semanas, se declararon 60 incendios que arrasaron en total 76.626 hectáreas. Aquellos días dejaron cinco víctimas mortales. Desde entonces, no se ha repetido un episodio tan grave. Pero la primera quincena de julio, tradicionalmente, siempre ha sido uno de los periodos con más riesgo.

Sin embargo, este año las cosas son distintas: la vegetación tiene un aspecto primaveral. "Si te fijas en el paisaje, no parece que estemos en el mes de julio", explica David Montserrat, técnico del servicio de prevención de incendios forestales del Departament d'Acció Climàtica, en conversación con este diario. Admite que la temporada, después de tres años de sequía continuada, tenía muy mala pinta. Pero las lluvias de mayo y junio lo han cambiado todo: "Ha llovido y la humedad acumulada en arbustos, hierbas y árboles ha aumentado". "Además, la temperatura no ha apretado como en otras ocasiones", añade, en referencia al calor, que ha sido moderado en comparación con veranos anteriores.

El año pasado, los tonos del monte eran amarillentos y anaranjados. Ahora, en cambio, el verde luce en gran parte de Catalunya. Este vuelco se refleja en los mapas de peligro de incendio, que este 2024 se han perfeccionado para que sea más quirúrgico. Solo las comarcas de la mitad oeste, en la provincia de Lleida, se encuentran en una situación de riesgo algo preocupante. El resto, por lo general, no se halla en un escenario de amenaza extrema. "Esto no significa que no se pueda declarar un incendio, de hecho los que hemos tenido, pequeños, han combustionado con intensidad", señala Montserrat.

Acortar la temporada

Tanto la conselleria como la dirección de los bomberos, sin embargo, llaman a la prudencia. "Los meses de verano siempre acaban siendo secos, lo más probable es que deje de llover y que los termómetros se disparen", pronostica el técnico. "Aun así, los días que ya han pasado no nos los quita nadie", destaca. ¿Significa esto que la temporada de incendios se ha acortado? Montserrat opina que sí: "No podemos descartar que se alargue, pero los días de junio y julio que ya hemos dejado atrás son días ganados".

Montserrat advierte de que el efecto verano parece "eclipsado", pero aclara que será clave lo que ocurra durante los próximos días y semanas: "Si llueve, podremos seguir restando días. En cambio, si el calor toma protagonismo y no llueve, los incendios extremos pueden aparecer". Lo que es indiscutible es que la actual primera quincena de julio no tiene nada que ver con la media de las últimas décadas.

El equipo de prevención de incendios se dedica desde hace más de 25 años a analizar el porcentaje de agua presente en la vegetación. De esta forma, pueden trazar una curva que equivale a la evolución habitual de los arbustos, árboles y herbáceas. A día de hoy, la cantidad de humedad acumulada en especies como el romero, la jara blanca y la coscoja se sitúa por encima de la media. ¿Garantiza esto un verano con pocos incendios? No, pero sí ha servido para tener un junio tranquilo y una primera semana de julio que apunta hacia esta misma dirección.

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