Reservas hídricas

Las primeras lluvias del verano sitúan los embalses catalanes a casi el 40%

Las precipitaciones de junio y del primer día de julio también sirven para rebajar ligeramente el riesgo de incendio

310 municipios de Barcelona recibirán ayudas para reparar fugas de agua

El pantano de Sau.

El pantano de Sau. / ACN

Guillem Costa

Guillem Costa

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Para acreditar el fin de la sequía de forma oficial, las reservas de las cuencas internas de Catalunya deberían llegar al 60% de su capacidad. Sin embargo, hay consenso en que, a día de hoy, la situación es poco preocupante: tras una primavera lluviosa, la mayoría de los habitantes de las comarcas más afectadas por la crisis hídrica vivida durante el último año entran en verano sin restricciones: en la llamada fase de alerta.

Se daba por hecho que julio y agosto serían dos meses secos y que, para culminar la remontada, habría que esperar a la próxima ventana húmeda, el otoño. Pero el mes de julio ha empezado con lluvias, que no solo han afectado el litoral sino también las cabeceras de los ríos Ter y Llobregat. Estas precipitaciones se muestran ya en los datos a tiempo real de los pantanos, aunque no con tanta fuerza como sucedió en semanas anteriores.

Los embalses del sistema Ter Llobregat ya estaban empezando a descender lentamente, como es habitual en cada verano, pero ahora han experimentado un ligero repunte. El conjunto de las cuencas internas, aquejadas por las pocas reservas en Darnius Boadella (Alt Empordà), Riudecanyes (Baix Camp) y Siurana (Priorat), se sitúan al 36,11%. Si solo se analizan los pantanos del Ter y el Llobregat, el volumen embalsado es del 39,21%.

Desalinizar y regenerar

El pantano de Sau, ya con parte de la iglesia de Sant Romà cubierta de agua, se halla al 42% de su capacidad, mientras que el de Susqueda, también en el curso del río Ter, se encuentra al 35%. La Baells, en el Llobregat, contínua por encima del 50%.

Afrontar el verano con los pantanos al 40% asegura no tener que entrar en fase de emergencia, el semáforo rojo de la sequía, como mínimo hasta 2025. De todas formas, el Govern ha optado por mantener la producción de agua a través de las fórmulas alternativas. Las desalinizadoras siguen produciendo agua y el sistema de agua regenerada está todavía en marcha en el río Llobregat. ¿Por qué? Para asegurar que las reservas duren tanto tiempo como sea posible.

Otra consecuencia importante de las últimas lluvias, en paralelo al devenir de los embalses, es la reducción del riesgo de incendio. La posibilidad de un gran fuego forestal, como cada verano, es importante en Catalunya. No obstante, el hecho de haber tenido un mes de junio más lluvioso de lo habitual rebaja ligeramente el grado de peligro.

El agua caída no sirve para evitar que haya incendios, pero, durante los días posteriores, es más difícil que los potenciales fuego se propaguen a tanta velocidad, al haber más humedad en el bosque.

Suscríbete para seguir leyendo