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Albert Sáez

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Director de EL PERIÓDICO

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Consellera Parlon: ¿Cómo se pasa página en el caso de los Mossos?

Salvador Illa saluda el major dels Mossos Josep Lluís Trapero, ahir al complex Egara, a Sabadell. A la dreta, la consellera Núria Parlon. | ALBERTO PAREDES / EUROPA PRESS

Salvador Illa saluda el major dels Mossos Josep Lluís Trapero, ahir al complex Egara, a Sabadell. A la dreta, la consellera Núria Parlon. | ALBERTO PAREDES / EUROPA PRESS

Uno de los compromisos que más votos le han dado a Salvador Illa procedentes de fuera del electorado socialista ha sido el de pasar página del llamado 'procés'. Y esa idea la han apoyado tanto sectores que estuvieron en contra, en el caso de lo votantes de Ciudadanos o del PP, y algunos que lo apoyaron pero no han compartido la obstinación posterior de algunos de sus dirigentes. La dirección de los Mossos ha estado en el epicentro desde el principio hasta el final del 'procés'. Por lo tanto, uno de los indicadores principales del cumplimiento del compromiso del ahora president será lo que haga en este tema. 

El modelo de Núria Parlon

El único nombre que desveló Illa de su futuro gobierno en campaña electoral fue el de la consellera de Interior y Seguridad Pública, Núria Parlon, entonces alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet. Su experiencia en esta ciudad la hace doblemente apta para este cargo. Parlon sacó al PSC de una de las peores crisis municipales que ha sufrido en 40 años a cuenta de las fechorías del alcalde Bartolomé Múñoz, Barto, y del que gracias a Parlon y a su política nadie se acuerda en Santa Coloma donde ha logrado tres mayorías absolutas, algunas coincidiendo con los momentos más bajos de la marca socialista en Catalunya y en España. Parlon es la sensatez llevada a la política. Y uno de los estandartes de su gestión ha sido precisamente en el campo de la seguridad en la que ha combinado una dirección política férrea de la policía municipal, estableciendo unas prioridades que plasman la visión que tiene el socialismo metropolitano de la seguridad como un área de cohesión social que no se puede regalar a la derecha, con una punta de innovación en ámbitos como el de la mediación comunitaria o la recuperación de los serenos. El encargo, pues, parece claro: trasladar a la esfera de Catalunya el modelo de Santa Coloma y eso pasa en primer lugar por definir el modelo de relación de la esfera política con la esfera policial, un terreno pantanoso en el que los cinco últimos consellers han tenido problemas en uno u otro sentido, al albur de acontecimientos políticos y judiciales. 

El impacto del retorno de Trapero

En la policía catalana se produce una circunstancia atípica. Solo hay un agente que ostenta la máxima graduación de “major”, Josep Lluís Trapero, pero que no necesariamente tiene que ocupar el principal mando operativo que es el de comisario jefe y que es el que recibe las directrices políticas de manos del director general de la Policía. Illa realizó un segundo anuncio en campaña electoral: el major Trapero ocupará la dirección general de la Policía, es decir, el oficial de mayor graduación no dirigirá la operativa sino que transmitirá las directrices políticas que, según explica con brilante claridad el mismo Trapero, se deben circunscribir al ámbito de la seguridad ciudadana y de la organización del cuerpo puesto que cuando actúan como policía judicial, solo deben obedecer a los jueces. En este esquema falta por ver como queda el actual comisario jefe, Eduard Sallent, que optó a conseguir el grado de “major” pero el nombramiento está paralizado por un recurso. 

¿Quien escribe la nueva página?

Los Mossos han cambiado su cúpula en seis ocasiones en los últimos siete años. Han tenido cuatro jefes distintos puesto que Trapero y Sallent han repetido en dos ocasiones. Se da la circunstancia de que dos consellers clave en la carrera de Trapero, Espadaler que lo nombró comisario jefe y Samper que lo restituyó a sugerencia de Puigdemont, forman parte del mismo gobierno que la consellera que tiene que nombrarlo y darle un poder que no ha tenido ningún agente hasta hoy al ser el responsable político y el oficial de mayor graduación, salvo que prospere el ascenso de Sallent. Es mucha pues la confianza que ponen en Trapero, buen jefe de prensa de sí mismo, tanto Parlon como Illa para un encargo complicado como es el de pasar página a la última década en los Mossos, hastiados se ser motivo de pugna política, de la mano de quién ha sido en parte protagonista, voluntariamente o no, un periodo con episodios oscuros poco conocidos como el caso Bustos o Vilaró. 

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