Arresto fallido

La autocrítica de los Mossos ante Llarena: "Que Puigdemont regresara a España para después huir no se contempló como posibilidad"

Los Mossos admiten "errores técnicos y formales" en el dispositivo para detener a Puigdemont

Turull y Puigdemont, el jueves vamino del estrado desde donde el expresident pronunció su alocución.

Turull y Puigdemont, el jueves vamino del estrado desde donde el expresident pronunció su alocución. / QUIQUE GARCÍA (EFE)

Germán González

Germán González

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"La huida del señor Puigdemont en un vehículo estuvo facilitada por varias acciones organizadas con la finalidad de distraer la atención policial. Acciones que consistieron en simular un desplazamiento del señor Puigdemont entre la comitiva de políticos y en un intento de multitud de personas de acceder por la fuerza en el interior del parque de la Ciutadella, a traves de las puertas 4 y 6 (los dos accesos autorizados). Estas acciones provocaron una situación de confusión, incertidumbre y alto tráfico en las comunicaciones que propiciaron el desplazamiento del vehículo del señor Puigdemont sin que los efectivos policiales tuvieran conocimiento".

De esta forma, los Mossos d'Esquadra resumen la fuga del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont el pasado 8 de agosto cuando compareció unos minutos en un acto en Arc de Triomf antes de la investidura en el Parlament del candidato socialista Salvador Illa y después se subió a un coche y se volvió hacia Waterloo. Era el único escenario no previsto por los mandos de Mossos como así se reconoce en el informe entregado al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena y al que ha tenido acceso este medio.

"En ningún momento se valoró como posible o probable que el señor Puigdemont pudiera regresar a Catalunya y no tuviera la determinación de acceder al Parlament. Por todos estos motivos que el señor Puigdemont regresara a España para después huir no se contempló como una posibilidad", remarca el documento policial firmado por el comisario jefe Eduard Sallent y que debe estudiar Llarena.

Sin colaboración del Parlament

El documento policial también afea a los responsables del Parlament "no facilitaron" que les dejasen entrar dentro del edificio a inspeccionarlo la tarde del día anterior a la investidura para descartar que Puigdemont estuviera dentro para autorizar el acceso desde la cámara catalana pidieron "una comunicación por escrito" del comisario jefe de los Mossos Eduard Sallent, después que esta comunicación debía hacerse llegar al presidente del Parlament Josep Rull y finalmente "indicaron que no se podían hacer las requisas porque no había personal laboral adecuado" para acompañar a los agentes.

"Estos hechos reforzaron las sospechosas sobre un posible acceso del señor Puigdemont de forma previa al debate de investidura", señala el informe. Por eso, los agentes tomaron el parque de la Ciutadella la noche anterior para evitar una "intrusión no autorizada", echando a 70 personas que estaban dentro. El mismo 8 de agosto, antes de la investidura sí se hizo una "requisa en el interior del Parlament" y en el exterior por las unidades caninas y subsuelo. Sin embargo, la intención de Puigdemont no era acceder al Parlament, sino burlarse de los Mossos apareciendo 5 minutos y volviéndose a fugar.

Los Mossos desplegaron unos 600 agentes para garantizar la seguridad de la investidura, evitar incidentes en las manifestaciones convocadas y detener a Puigdemont. Sin embargo, no consiguieron este último objetivo y eso que una docena de policías de paisano de la Comisaria General de Información, junto con algunos vehículos motorizados, controlaron la llegada del expresidente antes de las 9 de la mañana a Arc de Triomf.

Solo lo vio un agente de 600

Sin embargo, se consideró por "criterios policiales básicos de congruencia, oportunidad y proporcionalidad" que no era el momento de arrestarlo, ya que Puigdemont estuvo "protegido" por un gran número de personas y su detención "habría requerido el empleo de una fuerza considerable, probablemente excesiva e incluso desproporcionada". Además, los Mossos creían que, tras el acto, Puigdemont iría junto a la comitiva de autoridades hacia uno de los accesos en el Parlament.

Allí se había previsto su detención y por eso el dispositivo estaba preparado para hacerlo dentro del parque de la Ciutadella. La mayoría de agentes de paisano que controlaban al expresidente intentaban seguir la comitiva y un único policía se percató que entraba en un vehículo blanco junto al secretario general de Junts, Jordi Turull, y se iba de la zona. El policía corrió tras el vehículo pese a que manifestantes que aseguraban la huida intentaron impedírselo, pero únicamente pudo comunicar por teléfono y no por radio la ubicación del coche, sin llegar a alcanzarlo para detener al expresident.

Tampoco las imágenes aéreas del dron que sobrevolaba la zona captó el momento de la fuga de Puigdemont. Tras su intervención en el acto se le ve salir hacia una de las carpas en el mismo momento que un coche blanco subía la rampa. Pero en ese momento, las imágenes cambiaron el foco y se concentró en la comitiva de autoridades dónde supuestamente estaría Puigdemont, según las informaciones que manejaban. Cuando un minuto después cambia el plano, el coche blanco había desaparecido.

No hubo "momento oportuno" para detener

Al no acudir Puigdemont al Parlament no hubo "momento oportuno para proceder" a su detención, señalan los Mossos y añaden que en ningún caso "se previó, teniendo en cuenta parámetros de razonabilidad y congruencia, que el retorno del señor Puigdemont sería meramente fugaz y no orientado a participar en el pleno del Parlament, del cual es diputado". Por eso, remarcan que "el escenario finalmente acaecido escapa a toda lógica racional o política según el contexto y la información disponibles".

El informe policial también remarca que, en caso de detención, se habían planeado "tres posibles salidas" del parque de la Ciutadella y "varios itinerarios" para trasladar a Puigdemont con un vehículo no logotipado escoltado por dos de los Grupos Especiales de Intervención hasta la Ciudad de la Justícia, en la que había dos agentes de la Comisaría General de Información. También se había planificado un posible traslado a Madrid para ponerlo "a disposición del Tribunal Supremo" y reservaron incluso noches de hotel para que los agentes pudieran descansar.

Los Mossos remarcan en el informe la "perfecta sincronización" de los allegados del expresidente para garantizar su fuga, ya que había numerosas personas con gorras o sombreros de paja en los accesos a las carpas tras el escenario, Puigdemont se puso una gorra y se quitó la americana para entrar en el coche y pasar desapercibido y, poco después de la huida, varios grupos de personas intentaron acceder a dos puertas de la Ciutadella distrayendo la acción policial.

Maniobras de distracción

Además, señalan que un allegado de Puigdemont, Jami Matamala y su abogado Gonzalo Boye, que iban con la comitiva de autoridades, no entraron en el Parlament, sino que fueron hacia uno de los accesos del parque, cercano al Zoo, en el que un grupo de personas "simulaba con personas que iban a barrer". Por eso se reforzó la presencia policial en este punto.

Otra las situaciones que despistó a los Mossos fue que el coche en el que iba el expresidente, que conducía una mujer y es propiedad de un agente de la policía catalana, se dirigió hacia el paseo de Circunvalación, próximo al Parlament y de uno de los accesos que estaba siendo foco de protestas. Cuando se dieron cuenta de que Puigdemont había escapado, montaron el dispositivo Jaula para atraparlo sin éxito.

Suscríbete para seguir leyendo