De acoger

Preparar el curso con la mitad de profes nuevos y otros aún por llegar: "Está pasando en muchos centros"

El PERIÓDICO visita un instituto-escuela que concentra todos los asuntos en la agenda educativa: del tesón por remontar el nivel a la dificultad para completar las plantillas, falta de climatización o los problemas con el cheque escolar

La gestión del cheque escolar provoca confusión y malestar entre familias y escuelas

Helena López

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El edificio de dirección es un hormiguero. En la pared del fondo, un retrato de Josep Pallerola, maestro republicano que da nombre a este instituto-escuela de Sant Celoni (Vallès Oriental), parece mirar la escena con una medio sonrisa mientras Ana Alimbau, vocal de la comisión de libros del AFA, prepara con la ayuda de sus hijos decenas de bolsas de papel con el material para todos los niños del centro, que llenan el pasillo ordenadas por cursos: primero, segundo tercero... Entre las cajas de compases y agendas, entran y salen del viejo edificio central, donde encadenan reuniones, hacia las aulas los 80 docentes del centro que irradian esa energía y nervios de los buenos, de inicio de etapa. Como en el resto de escuelas e institutos catalanes, el macro proceso de estabilización docente ha sacudido este claustro, en el que hay 13 profesores nuevos de 30 en la ESO, prácticamente la mitad. "Y hemos tenido suerte de que algunos de los interinos que teníamos han aprobado las oposiciones y se han podido quedar; pero esta situación, este curso en secundaria es muy común en muchos centros", explica Victòria Nadal, jefa de estudios.

Es martes, 3 de septiembre, faltan solo tres días laborables para que empiece el curso y, además de los 13 profesores nuevos a los que acoger en secundaria, faltan todavía ocho maestros de primaria para completar la plantilla. Entre ellos, tres tutores, por una jubilación a última hora y varias reducciones de jornada. "Mañana [por este miércoles] hay nombramientos, confiamos en que se solucione", explica Anna Busquets, quien se estrena como directora del centro, instituto-escuela desde el 2019 que este curso celebra su 50º aniversario.

28 grados en septiembre

Pese al estrés lógico por la situación –que las adjudicaciones de verano se hicieran tan tarde no ha facilitado precisamente las cosas, ni aquí ni en ningún centro–, Busquets se muestra [cuando logra despegarse un segundo del teléfono] ilusionada con el reto y con el equipo que la rodea, que ya prepara programaciones e incluso las colonias mientras se abanican con las libretas. La climatización es otro de los retos de la escuela catalana, cuya necesidad de afrontar con urgencia se hace evidente también en esta escuela.

Fuera chispea, pero en una aula de ciclo medio, en el piso superior del edificio principal, el termómetro ya marca 28ºC. "Y la clase está vacía; imagínatela con 25 años", señala Sandra Serrano, tutora de cuarto de primaria, quien subraya la urgencia de climatizar las aulas. "Somos los únicos equipamientos de la administración sin aire acondicionado, sería impensable tener cualquier otro edificio público con estas temperaturas, pero en la escuela se ha normalizado", denuncia la maestra. Todas las ventanas abiertas del edificio, de los tres edificios antiguos del instituto-escuela, de hecho, tienen las ventanas abiertas de par en par, pero el calor supera ya lo confortable en todos los rincones. Los dos barracones de la ESO, uno en cada extremo del centro -el edificio prometido cuando les convirtieron en instituto-escuela aún no ha llegado ni por ahora tiene calendario sobre la mesa- son los únicos que cuentan con aire acondicionado.

Los maestros y profesores preparando espacios -sobre todo los de infantil, arrastrando muebles y cajas de juguetes- no son los únicos que sudan esta mañana en la escuela. También sufren el calor las familias que hacen cola en la puerta del minúsculo despacho del afa para activar sus cheques escolares o preguntar por su alambicada gestión.

"Encuentro una falta de compromiso por parte del Departament que nos hagan empezar el curso el día 9 y que las plantillas aún no estén resueltas", critica Mar Hurtado, presidenta de la Associació de Mestres Rosa Sensat. "No saben cómo distorsiona el ritmo de una escuela; un desbarajuste que lleva mucho tiempo recuperar", prosigue la presidenta de la entidad, quien añade que "la gente no se hace a la idea de lo que es empezar con rigor un curso escolar: familias de última hora, instalaciones 'tocadas' porque están antiguas y en uno o dos meses cerradas se llenan de humedades...". "Nadie repara en que los maestros tenemos a veces incluso que pintar... Y encima el Departament no tiene el personal a punto", zanja.

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