Educación en Catalunya

Las madres de la escuela de Sant Roc que pierde 20 docentes: "A la primera excursión no va a ir nadie"

Las familias advierten de que la confianza en los docentes es fundamental en un centro complejo con problemas de absentismo

Crisis en una escuela compleja de Badalona: pierde a 20 profesores de un plumazo tras el proceso de estabilización docente

Víctor Dieste, profesor en el barrio de Sant Roc: "Tenemos alumnado que no tiene informe de notas porque no viene lo suficiente"

Tamara Lunas, miembro del AFA del IES Baldomer Solà, en Badalona, el pasado jueves, delante de la escuela.

Tamara Lunas, miembro del AFA del IES Baldomer Solà, en Badalona, el pasado jueves, delante de la escuela. / JORDI COTRINA

Elisenda Colell

Elisenda Colell

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Cuando lo leyeron en EL PERIÓDICO no se lo podían creer. "¿Cómo puede ser que nuestra escuela pierda 20 profesores, si solo 4 habían dicho que se iban?", se pregunta Tamara Lunas, presidenta de la AFA del instituto escuela Baldomer Solà, en el barrio de Sant Roc de Badalona. Una escuela compleja que, debido al proceso de estabilización docente, pierde maestros que no se querían ir de este centro. Lunas avisa de que este cambio indeseado tendrá muchas consecuencias negativas en el alumnado. "Habíamos avanzado diez pasos y nos va a tocar retroceder, tendremos que empezar de cero", lamenta esta madre.

Hace ocho años que Lunas, su hermana y tres mujeres más decidieron implicarse en la asociación de familias de la escuela de sus hijos. "Es difícil porque aquí la gente no quiere implicarse mucho, siempre estamos nosotras solas, cuesta que los padres vengan", explica Lunas. Pero asegura que el nuevo equipo directivo del centro, aupado por una auténtica "pinya" de profesores, ha empezado a cambiar las cosas. "El único problema que tenemos en esta escuela es el absentismo, pero en los últimos años hemos ido mejorando", explica Lunas, corroborando lo que Víctor Dieste, profesor del Baldomer Solà, explicaba a este diario.

En un centro con un problema de absentismo, la confianza entre familias y profesores es clave, advierten las familias

Estas madres llevan años implicadas para ayudar a reducir a cero el absentismo escolar. "Hay familias que no traen a los niños porque tienen que ir a vender y no pueden esperar a salir a las ocho o las nueve de la mañana, y luego hay gente que no los lleva por ignorancia. No saben lo que es ir al colegio y creen que no es importante porque para ellos no lo ha sido. Mucha gente desconfía de la escuela, no entienden la importancia. 'Que no hace falta estudiar, que sus hijos ya se apañarán'", relata Lunas. Aunque también señala que hay familias que, precisamente, insisten en que sus niños vayan a la escuela porque es algo que ellos no han podido aprovechar.

"Este equipo de profesores se ha ganado la confianza de todo un barrio. Son una piña y han cambiado muchas cosas de la escuela"

Poco a poco, se han ido cambiando las tornas en este centro docente. "Esta escuela y sus familias funcionan gracias a una palabra: la confianza. Antes los niños no iban de colonias porque las madres tenían miedo, pero hemos conseguido cambiar eso. Se trata de que las familias y los profesores se conocen, se llaman. Las familias saben que estos profesores les dan a sus hijos lo que necesitan", explica. Por eso ya advierten de lo que pasará a principios de curso: "A la primera excursión no va a ir nadie", avisa Lunas.

Para explicar ese acompañamiento, pone de ejemplo el caso de su hijo: cuando el niño se pone nervioso, una integradora social se lo lleva a dar una vuelta para relajarse antes de volver a clase. "Este equipo de profesores se ha ganado la confianza de todo un barrio. Son una piña, sabemos que se organizan bien y han cambiado muchas cosas de la escuela", sigue.

Lo más visible de estos cambios es que los niños tienen sueños. "Nosotros estamos acostumbrados a que te digan que por gitano, por moro, no vas a poder ser nada. Muchos niños han sentido, hemos sentido, que no se espera nada de ellos. Pero ahora mi hija me dice que quiere estudiar cinco idiomas. Me dice, 'claro que puedo'. Los niños sueñan, ven un futuro. Y esto lo han logrado estos profesores", subraya Lunas. Es por ello que, temen, si se va una veintena de profesores, el trabajo realizado estos años se eche para atrás. ""Es un riesgo porque todo volverá a ser desconocido. Las madres no estarán tranquilas", sospecha.

"Habíamos avanzado diez pasos y nos va a tocar retroceder, tendremos que empezar de cero"

Nagore, otra madre de la asociación del AFA de esta escuela que pide dejar su nombre en el anonimato, también subraya que cada año hay profesores que tienen que abandonar el claustro. "Pero son dos, tres... lo de este año es una barbaridad. Y es que además no es voluntario, hay gente que viene aquí, que disfruta, que se entrega a este proyecto, que ayuda... y ahora les obligan a irse cuando ellos no quieren. ¿Por qué nos hacen esto?", lamenta.

Las familias explican que hay muchos funcionarios que al llegar a este centro piden la baja porque no se adaptan. "Y en cambio los que sí se adaptan y hacen las cosas bien... hala, patada", se queja Lunas. "Si hay un equipo que funciona bien... manténlo".

Ambas madres señalan que la escuela, al igual que el barrio, cargan con un estigma del cual es muy difícil deshacerse. La realidad es tozuda. "La clase de P3 tiene unas goteras que cuando llueve los niños no pueden estar. ¿Cómo irán al colegio si tienen la lluvia dentro de clase?", inquiere Lunas que ya tiene claro por qué la Conselleria d'Educació no las arregla. "Porque Sant Roc nunca es prioritario. Estamos abandonados", estalla. También repasa los toldos para protegerse del sol que llevan años sin poder instalar.

Pero muestran orgullosas la cuenta de Instragram del AFA. Las fiestas de fin de curso, el diploma de escuela verde, los proyectos de salud alimentaria para niños y familias. También explican cómo las ayudas de material escolar, becas comedor y para excursiones y extraescolares han ayudado al alumnado. "Hemos empezado un trabajo que no vamos a dejar. Quizá ahora nos cueste más y habrá que volver a empezar. Pero seguiremos en la misma dirección. Es lo que necesita este barrio", asegura Lunas.

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