Educación en Catalunya

Vivir en Osona y que te adjudiquen plaza de maestra a 90 kilómetros: "Me han dicho que la conciliación no es algo a alegar"

Pese a que la consellera de Educació asegura que se trata "solo" del 3% de las 47.000 adjudicaciones, suponen más de 1.400 profesores enviados a trabajar como mínimo a cuatro comarcas de sus hogares

Educació defiende que al 97% de profesores se les ha asignado plaza en las tres primeras comarcas elegidas

Catalunya publica las adjudicaciones de destinos provisionales de maestros y profesores para el curso 24-25

La maestra Jèssica Cámara, de Sant Hipòlit de Voltregà, madre de cinco criaturas, a quien han adjudicado plaza a 90 kilómetros.

La maestra Jèssica Cámara, de Sant Hipòlit de Voltregà, madre de cinco criaturas, a quien han adjudicado plaza a 90 kilómetros. / ORIOL CLAVERA

Helena López

Helena López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Son conscientes de que son números, pero, tras ellos, hay historias, muchas veces incomprensibles. Como la de Jèssica Cámara, maestra de educación infantil de Sant Hipòlit de Voltregà (Osona), quien hizo un esfuerzo que no es exagerado calificar de épico para sacarse las oposiciones con cinco hijos pequeños a cargo (el mayor tiene ahora ocho años, entonces, seis) a quien envían a dar clase a Blanes (La Selva). Una distancia de 87 kilómetros que en coche se cubre en una hora y en transporte público, en tres.

O Xavier Torné, desde hace 17 años profesor técnico de FP de cocina y pastelería de Lleida con problemas de espalda que le dificultan conducir, a quien mandan a Sant Feliu de Llobregat (Baix Llobregat). 147 kilómetros que suponen casi una hora y media de trayecto en coche. O Esther Cardona, profesora de tecnología quien hace dos años empezó una nueva vida en Vinaròs (Baix Maestrat) junto a su familia y a quien, ahora que se acaban de comprar una casa en el pueblo y sus hijos al fin se han adaptado al paisaje, la envían a Cornellà de Llobregat (a 200 kilómetros, dos horas en coche).

"Estoy peor ahora que cuando era interina. No sé qué haré", lamenta una docente de Sant Hipòlit de Voltregà, madre de cinco niños pequeños, a la que envían a Blanes

Pese a que la consellera en funciones, Anna Simó, ha asegurado este miércoles en una entrevista en TV-3 que "solo el 3% de las 47.000 adjudicaciones hechas este lunes [10 días después de la primera fecha anunciada] ha obtenido plaza "más allá de la tercera comarca solicitada", es decir, ni en la primera, ni en la segunda ni en la tercera- dato que los afectados cuestionan-, tras esas 1.410 personas hay casos como los anteriormente citados y muchos otros, como una profesora de un pueblo de Lleida que prefiere no dar su nombre a quien mandan a una localidad del Alt Empordà en la que no hay mercado de alquiler (ya ha rastreado todos los portales con cero resultados). Personas a las que han dolido especialmente las declaraciones de Simó en la misma entrevista en la que ha dicho que "un funcionario tiene que ofrecer servicio allá donde hace falta". 

"Ir y venir cada día de Vinaròs a Cornellà es inviable", dice desesperada una docente, madre de dos hijos pequeños

"Fui de las 30 primeras de mi especialidad en toda Catalunya. No entiendo de qué sirve esforzarse por sacar buena nota en las oposiciones si después te van a mandar a trabajar a tres horas de casa", lamenta esta profesora a quien han dado una plaza de oficio pese a llenar la lista de 60 centros y 12 comarcas. "Eso quiere decir que me ha pasado por delante gente con peor nota que yo solo porque el centro les ha reclamado, al final, ¿de qué sirve esforzarse? Yo tengo una carrera, dos másters, todos los perfiles activados de inglés, tengo el C-2 de catalán y el de inglés, y ¿para qué?", se desespera.

"Fui de las primeras de mi especialidad. No entiendo de qué sirve esforzarse en las oposiciones si después te envían a tres horas de casa", señala una profesora de Lleida a la que envían más allá de Figueres

La misma sensación en el cuerpo le queda a Jèssica Cámara, cuyo caso, además, es si cabe más flagrante por su situación familiar (cinco hijos pequeños). "El día que salieron las plazas me pasé el día llorando; estoy peor ahora que cuando era interina", lamenta la maestra quien, siendo interina, llevaba cinco cursos en Vinyoles, un municipio al lado de Sant Hipòlit, el suyo. "Una maestra tenía una reducción y yo hacía esas horas", recuerda la docente, a la que han mandado a Blanes, en su comarca número 12.

Xavier Torné, que lleva un curso viajando cada día de Lleida a Sant Feliu, ha alegado sin éxito sus problemas de salud

Como el resto de afectados, ha presentado un recurso alegando su necesidad de conciliar, pero ni en servicios territoriales ni en los sindicatos a los que ha pedido asesoramiento le dan demasiadas esperanzas. "Me dicen que la conciliación no es nada que pueda alegar; mi cabeza no hace más que pensar en cómo lo haré, además de los niños, mi marido tiene muchas visitas médicas", prosigue la maestra, consciente de que no puede renunciar a la plaza porque supondría echar por tierra todo el esfuerzo hecho en las oposiciones, ya que tiene que superar el periodo de funcionaria en prácticas.

El profesor de FP de Cocina y Pastelería Xavier Torné.

El profesor de FP de Cocina y Pastelería Xavier Torné. / El Periódico

La impotencia de sentir ese "estoy peor ahora que cuando era interino" la siente también Xavier Torné. "Estoy hecho polvo, llega un punto en el que ya no sabes qué hacer; a veces hasta te planteas si marcharte de Catalunya, porque lo que pasa aquí no es normal, pero ahora tampoco puedo, porque no tengo la plaza de funcionario definitiva", señala este profesor técnico de FP de Lleida, a quien han adjudicado plaza en Sant Feliu de Llobregat. Se le ha pasado por la cabeza plantarse el 1 de septiembre en la sala de profesores de la escuela de hostelería de Lleida y decir que de allí no se mueve.

"Estoy cansado de dar vueltas como un ventilador", se desahoga el docente, que sabe perfectamente el desgaste que supone ir y volver cada día de Sant Feliu a Lleida porque lo ha hecho durante todo este curso. No se plantea marcharse de Lleida porque allí tiene a su padre, de 90 años.

"Cada verano sufro ansiedad"

Pidió acogerse al artículo 25 -adaptación del puesto de trabajo por motivos de salud- por sus problemas de espalda -a principios del curso pasado le tuvieron que intervenir- y todo el mundo le dijo que no sufriera, que el curso que viene le tocaría en Lleida. Su sorpresa fue ver que le volvían a enviar a Sant Feliu, centro de cuyos compañeros se despidió en junio pensando que no volvería. "No entiendo cómo siendo funcionario con artículo 25 me han pasado interinos por delante; me siento maltratado laboralmente. Cada verano sufro ansiedad por culpa del decreto de plantillas y los perfiles", zanja.

Tras 20 años trabajando entre la concertada y la privada, Esther Cardona se presentó a las oposiciones y las aprobó. Es de Barcelona, pero hace dos años que se mudó con su familia a Vinaròs, donde ya tienen la vida montada. "Era consciente de que me tendría que mover y estaba dispuesta a ir hasta Tarragona. Estaba dispuesta a hacer una hora de camino de ida y otra de vuelta cada día, hasta una hora y cuarto, pero ir y venir cada día de Vinaròs a Cornellà es inviable. A ratos me planteo hasta renunciar -se desespera-, mi marido trabaja todo el día, tenemos dos hijos aún pequeños y aquí no tenemos red familiar".

Suscríbete para seguir leyendo