Educación en Catalunya

El director del instituto-escuela de Sant Roc del que ha saltado casi un tercio del profesorado: "Nos espera un año duro"

La publicación este viernes de las adjudicaciones definitivas confirman la crisis en el IE Baldomer Solà de Badalona: habrá 18 docentes nuevos

Catalunya publica el destino de más de 62.000 profesores a 26 de julio, sin margen para la organización de los centros

Colgador en un pasillo de educación infantil.

Colgador en un pasillo de educación infantil. / FERRAN NADEU

Helena López

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El sentimiento de injusticia, de ser un lugar invisible -y con él, todos los que en él habitan- no es precisamente nuevo para los vecinos de un barrio como el de Sant Roc, en Badalona, levantado a toda prisa a finales de los años 60 para acoger a los desahuciados de un día para el otro de las barracas del Somorrostro porque la Administración de la época no quería que Franco se llevara la imagen de las chabolas en la playa en su visita a Barcelona. Con la publicación este viernes de las plazas definitivas se ha confirmado el drama que mostraba la lista de plazas provisionales: en el IE Baldomer Solà -el instituto-escuela público del barrio- saltan 18 de los maestros y profesores que este curso se han dejado la piel para levantar un proyecto cuyo principal objetivo es luchar contra el absentismo escolar y con los niños y las niñas de Sant Roc puedan soñar con un futuro mejor. "Para nuestro alumnado el vínculo con el profesor es muy importante, cuando lleguen en septiembre va a ser un shock", señala Víctor Dieste, uno de los docentes que sí sigue en el centro, a quien le sabe tan mal por los chicos como por los profesores que se marchan.

La conselleria defiende que la estabilización del personal comportará "la consolidación de la plantilla de centros de complejidad, que podrán afianzar en el futuro su proyecto educativo con un personal más estable"

David Godino Molina, director del instituto-escuela, explicaba esta semana a este diario que entre los profesores que en septiembre no se reincorporarán a este instituto-escuela -casi un tercio del claustro- están la persona que hacía la coordinación digital, la que llevaba el aula de acogida desde hacía tres años, a la profesora de sexto de primaria que pasaba como tutora en primero de ESO [una de las apuestas en la lucha contra el abandono escolar prematuro, que la docente hacía por su vocación y compromiso, pero que no cualquier docente de primaria estará dispuesto a hacer, ya que es un cambio de etapa], el coordinador de biblioteca o la coordinadora de escuelas verdes. "Nos espera un año duro", señalaba este viernes el director tras confirmarse la noticia. "El curso que viene seguiremos trabajo y seguro que lo logramos, pero costará más", añadía Dieste.

El tsumani que ha pasado por encima del IE Baldomer Solà -uno de los centros catalanes que sufre una mayor segregación escolar, con un 70% del alumnado de la comunidad gitana- ha sido un daño colateral del macroproceso de estabilización docente. Aunque suena paradójico, el proceso para acabar con la inestabilidad crónica de las plantillas es el que ha provocado que la de este centro salte por los aires; ya que los centros de máxima complejidad como este han sido históricamente los centros en los que se ha concentrado un mayor número de personal interino, ya que los funcionarios con plaza fija optaban por escuelas menos convulsas. Este año, además, el Departament cambió las reglas del juego a media partida para poder colocar a los 31.153 nuevos funcionarios.

Hasta este verano las plazas en centros de máxima complejidad estaban reservadas para los docentes que las solicitaran expresamente, no podían asignarlas de oficio, pero hace unas semanas la conselleria modificó esa cláusula, lo que ha llevado a que muchas de las plazas hasta ahora ocupadas por interinos que creían en el proyecto del Baldomer hayan pasado a ser asignadas de oficio a nuevos funcionarios en prácticas [es decir, que no las pueden rechazar si no quieren perder la oposición] con el impacto que eso tendrá en el conjunto del centro. Por un lado -lo más importante- en el alumnado, que perderá a sus referentes. Por el otro, el instituto-escuela tendrá que acoger a 18 docentes nuevos sin margen de adaptación, ya en septiembre, al haberse hecho la adjudicación definitiva tan tarde.

Tras la insistencia de este diario, fuentes de la conselleria responden que el proceso de estabilización del personal "comportará la consolidación de la plantilla de centros de complejidad, que podrán afianzar en el futuro su proyecto educativo con un personal más estable, conocedor de las particularidades del centro y con mayor vinculación al proyecto". "Esto se podrá observar mejor una vez superada la fase de prácticas de los funcionarios noveles y cuando se hayan realizado los correspondientes concursos de traslados", prosigue la misma fuente, que concluye que "la estabilización de las plantillas será un beneficio a futuro para los centros y por la estabilidad del profesorado". Algo que en el Baldomer no ponen en duda, aunque lo que ahora les preocupa es el presente. Qué pasará en septiembre con aquellos niños que habían logrado vincular al centro a través de unos profesores que ya no están en una escuela donde reducir el absentismo escolar es todavía el gran reto.

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