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Govern y ayuntamientos no disponen aún de planes concretos contra el 'greenwashing'

Acció Climàtica admite que es una asignatura pendiente y asegura que tiene intención de trabajar en el asunto

El 'greenwashing' consiste en maquillar de verde acciones contaminantes

El 'greenwashing' consiste en maquillar de verde acciones contaminantes / Agencias

Guillem Costa

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Tras la ofensiva de Europa contra el 'greenwashing', son las autoridades locales las que deben ponerse las pilas para evitar que ciertas empresas se vendan al mundo como 'ecológicas' cuando no lo son. La Unión Europea publicó una guía en la que indicaba qué prácticas se debían rechazar a la hora de frenar los falsos reclamos verdes. ¿Pero qué están haciendo los gobiernos y las ciudades para poner coto a estos lavados de cara ecológicos?

En Europa hay algunos ejemplos pioneros de ciudades que han empezado a aplicar directivas para evitar los anuncios de compañías altamente contaminantes. Edimburgo aprobó este año frenar los patrocinios de empresas extractivas y de venta de combustibles fósiles, aerolíneas, compañías que anuncien vehículos SUV y operadores de cruceros. Es decir, una marca de cruceros o una aerolínea no puede publicitar o patrocinar un evento de la ciudad.

Grandes urbes europeas como Ámsterdam y Edimburgo han tomado decisiones como prohibir a empresas contaminantes anunciar eventos en la ciudad

Cabe decir que esta nueva política no afecta a los contratos existentes: solo se tendrá en cuenta para futuras licitaciones. Ámsterdam, en 2020, ya trazó un camino parecido, vetando los anuncios de viajes aéreos y de empresas de combustibles fósiles. Este modelo va en la línea de lo que sucedió con la publicidad del tabaco durante las décadas de los 90 y los 2000.

A día de hoy, Barcelona y Madrid están lejos de aplicar una política similar. Aun así, desde el consistorio barcelonés apuntan que la cuestión se evaluará en el grupo de trabajo creado para aplicar medidas de descarbonización en la ciudad. No hay ninguna concreción, pero sí existe la voluntad de trabajar en ello.

En el Ayuntamiento de Barcelona y en la Generalitat existe la intención de trabajar en el asunto

El Área Metropolitana de Barcelona (AMB), pese a no disponer de un plan específico sobre el asunto, sí tiene en cuenta algunos aspectos ambientales por ejemplo a la hora de realizar contrataciones. El ente metropolitano redactó un protocolo de sostenibilidad para las obras públicas. Cuando se hacen licitaciones, los candidatos están obligados a cumplir con unos criterios de sostenibilidad.

Para mitigar el cambio climático, se exige a las constructoras que cumplan con requisitos establecidos por Europa. De esta forma, algunos de los edificios que se construyan, podrán obtener el sello Green Council Building España. Este es el caso del edificio de la CIBA, en Santa Coloma de Gramenet.

Asignatura pendiente

Es verdad que el Gobierno, a través del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, sí está elaborando un plan contra el 'greenwashing' para evitar palabras como 'verde' o 'eco-friendly' si no están justificadas. No obstante, la normativa aún no está terminada ni en vigor.

En el caso de la Generalitat de Catalunya, hasta la fecha, no se ha desarrollado ningún programa para frenar este blanqueo verde. Fuentes de Acció Climàtica consultadas por EL PERIÓDICO admiten que se trata de una asignatura pendiente, pero destacan que la cuestión preocupa a los dirigentes responsables de la lucha contra la crisis climática.

Un ejemplo se ha vivido esta semana en Barcelona. Durante el encuentro del MCAP (la unión de regiones de clima mediterráneo para buscar soluciones conjuntas a la pérdida de biodiversidad), surgió una pregunta: ¿Cómo se debe financiar esta asociación?

Las respuesta fueron múltiples, pero una de las inquietudes mostradas por los políticos de territorios de todo el mundo (Chile, Grecia, Marruecos, Sudáfrica, Australia, México, Estados Unidos, Francia, Italia) era si era lícito recibir apoyo por parte de fundaciones apoyadas por empresas contaminantes. La conclusión, unánime, fue que no. Por lo tanto, la intención de evitar fomentar o facilitar casos clamorosos de 'greenwashing' comienza a aparecer en algunas administraciones.

En cambio, por ahora, los protocolos y los planes escritos y aprobados no son una realidad en Catalunya y tampoco en los gobiernos municipales de las grandes ciudades.

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