En pleno pulso Junqueras-Rovira

Dirigentes de ERC plantean a Carme Forcadell una "presidencia simbólica" del partido

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La expresidenta del Parlament Carme Forcadell

La expresidenta del Parlament Carme Forcadell / ACN

Sara González
Quim Bertomeu
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Marta Rovira ha regresado ya a Catalunya. Lo ha hecho arropada por todo el independentismo y fundiéndose en abrazos, ninguno tan fotografiado -y anatomizado- como el que se ha dado con Oriol Junqueras. Porque aunque el retorno a Catalunya de la secretaria general de ERC tras seis años y medio en Suiza supone un respiro para los republicanos tras semanas de convulsión interna, continúa vigente el pulso por el poder del partido entre el tándem que ha llevado el timón en los últimos 13 años. Ante esta situación, dirigentes del partido han recurrido, según ha podido saber EL PERIÓDICO, a la expresidenta del Parlament Carme Forcadell para plantearle una "presidencia simbólica" que ejerza de figura de consenso entre las dos partes en disputa.

Se trata de un rol que no existe en estos momentos en ERC, ya que la presidencia ostentada por Junqueras hasta hace un mes, y que pretende recuperar en el congreso del 30 de noviembre, ha sido de carácter ejecutivo. Fuentes conocedoras de la propuesta aseguran que ya ha sido esbozada a quien también fue líder de la ANC, que estuvo tres años y medio en la cárcel por la causa del 1-O, pero que todavía no se ha hecho con "carácter oficial". Es decir, que se entenderá como tal si se pone encima de la mesa con la rúbrica de los principales actores en juego. Será entonces cuando ella tome una decisión.

Sabido es que desde que Rovira abogó públicamente por la renovación de liderazgos del partido, petición que plasmó en un polémico manifiesto firmado por centenares de dirigentes de peso que fue interpretado como una presión a Junqueras para que desista de volver a tomar las riendas en ERC, sus afines buscan presentar un rostro que ejerza de alternativa. Al mismo tiempo, Junqueras es consciente de que una de sus fortalezas es que, por ahora, no se ha encontrado a nadie que le haga sombra. Fuentes republicanas explican a EL PERIÓDICO que la propuesta a Forcadell "no solo proviene de la órbita 'rovirista'", sino que también hay dirigentes que apoyan a Junqueras que la ven con buenos ojos.

Figura de consenso

Está por ver, pues, si el nombre de Forcadell puede convertirse en una suerte de 'pax romana' que suponga que la sangre no llegue al río en el congreso de noviembre. Además de haber pasado por la cárcel, se trata de una dirigente respetada dentro y fuera de ERC, a quien se le reconoce haber liderado la ANC con transversalidad durante el auge del 'procés' y haber puesto voz a la declaración unilateral de independencia fallida el 27 de octubre de 2017.

La figura de Forcadell, que ha acompañado este viernes a Rovira a su llegada a la sede de ERC, es reconocida por todos los dos sectores enfrentados. No se ha decantado por Junqueras, mientras que tampoco ha firmado el manifiesto de apoyo a Marta Rovira. Esto la convierte en aquellas personalidades relevantes de la formación que nadan entre "dos aguas", señalan un buen conocedor de los entresijos de ERC. Además, asegura otra fuente consultada, que "está en plena forma"

El esquema de 2004

En el periodo Junqueras-Rovira, tanto el que fuera presidente del partido como la secretaria general han tenido poder ejecutivo. Es decir, aunque Junqueras tenía un rol preponderante en las instituciones mientras Rovira miraba más hacia la organización interna de la formación, los dos tenían el poder real para hacer y deshacer. Con la figura de Forcadell, esto cambiaría. La expresidenta del Parlament ejercería un rol más institucional y de representación de la organización, mientras que el poder efectivo recaería en la secretaría general. Lo que estaría por ver es quién la ejerce.

Para encontrar una estructura similar en ERC hay que remontarse al año 2004, cuando el presidente de ERC era Jordi Carbonell y el secretario general, Josep-Lluís Carod-Rovira. Carod ejercía el poder real de la organización mientras que Carbonell, militante antifranquista y figura respetada del catalanismo, tenía un rol más de representación. Uno ejercía la autoridad real y el otro la moral.

Más de cuatro meses tienen por delante los republicanos para resolver su rompecabezas interno, ahora con Rovira y Junqueras sobre el terreno para poder interlocutar directamente con las bases, encargadas también de validar o no un acuerdo de investidura que exploran en estos momentos con la última semana de julio señalada en rojo.

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