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Infraestructuras
Sergi Sol

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Periodista

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¿Más o mejor aeropuerto?

Sobre el papel, hay margen para un acuerdo con las actuales mayorías de investidura, siempre que se supere el principal escollo: preservar la Ricarda

El Govern impulsa la ampliación del aeropuerto sin descartar un alargamiento de las pistas

La Ricarda, una joya desconocida en riesgo por la ampliación del aeropuerto

Aeropuerto de Barcelona

Aeropuerto de Barcelona / Imágenes Noreste

La diferencia no es baladí, habida cuenta que este ya se vislumbra como el primer choque entre Illa y sus socios de investidura. Aunque cabe decir que las tesis de Salvador Illa tienen amplio eco en el Parlament. Como en otras cuestiones, Junts y PSC coinciden –o coincidían- a pies juntillas en el proyecto de ampliación del aeropuerto. En su día, el vicepresidente Puigneró (hombre de confianza de Puigdemont, entonces) se lanzó en plancha a favor del proyecto que propuso Aena al inicio del mandato de Pere Aragonès. Dio un sí a Maurici Lucena (presidente de Aena) tan impetuoso e incondicional que se ganó el primer rapapolvo presidencial.

En síntesis, el de Aena era un proyecto que proponía alargar la pista de mar. Lo que suponía asfaltar la totalidad de la Ricarda, un espacio natural protegido por la Unión Europea. Además centraba su objetivo en incrementar la cantidad de pasajeros que podrían pasar anualmente por el Prat para salir el paso de la aireada saturación de El Prat. También incluía una nueva terminal. Además de un proyecto urbanístico paralelo. Más hoteles.

Pere Aragonès mantuvo hasta el final un gran hermetismo sobre la cuestión aunque, discretamente, había tomado cartas en el asunto como, entre otros, le reclamaba vehemente el presidente de Foment, Josep Sánchez-Llibre.

No fue hasta agotada la legislatura cuando el Govern Aragonès filtró oficialmente su propuesta que se concretaba en un rechazo frontal a alargar la pista de mar para poner el foco en la optimización de la actual pista de montaña (claramente infrautilizada), con una longitud incluso mayor que la futura pista de mar alargada, trinchando la Ricarda. Lo que además evitaría las costosas obras. También asumían la construcción de una nueva terminal satélite y subrayaban la importancia de intervenir directamente en la futura gestión del Prat.

Sobre el papel (a la espera de lo que concreten los Comuns) hay margen para un acuerdo con las actuales mayorías de investidura, siempre que se supere el principal escollo: preservar la Ricarda. La otra alternativa es la que ya abrazó Puigneró, se supone que con el apoyo de Junts. Pero vista la trascendencia del asunto no sería la mejor manera de dar curso a la legislatura. 

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