Opinión |
Nuevo Govern
Sergi Sol

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Periodista

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Illa, el president tranquilo

El PSC acapara hoy por hoy tanto poder institucional que igual empiezan a escasear los candidatos

Salvador Illa está de vacaciones en Lanzarote para encontrarse con Pedro Sánchez

Sánchez es  troba amb Illa  a Lanzarote | LANZAROTE

Sánchez es troba amb Illa a Lanzarote | LANZAROTE

Se solían conceder 100 días de gracia a un nuevo Govern. Era más un dicho que un hecho, una gentileza para valorar con cierta prudencia el rumbo de un nuevo Ejecutivo.

No va a contar el president Salvador Illa con esa deferencia. Las primeras designaciones de cargos del llamado 'sottogoverno' ya han sido rebatidas por nepotismo. Por lo menos, eso afirma el portavoz 'juntaire', el escudero puigdemontista Josep Rius, que pese a su relativa juventud es un veterano de la política.

El Ejecutivo monocolor socialista ha fichado a familiares directos de la consellera portavoz Paneque y del alcalde Collboni que, por otra parte, sigue esperando que ERC-Barcelona le dé el sí o el no definitivo. La cuestión no estriba (o no debería) en que sean familiares, sino si se les ha nombrado por ese lazo afectivo o sanguíneo al margen de sus capacidades, algo -claro está- difícil de demostrar.

Puestos a pasar la prueba del algodón, nadie parece haber renunciado históricamente a vetar a nadie por ser familiar de, pese a que es un flanco fácil de ataque. No hay un solo partido, de los que han tenido responsabilidades de Govern, al que no se le pueda achacar haber fichado a familiares. Entrar en esos vericuetos es un deporte de alto riesgo.

También es verdad que el PSC acapara hoy por hoy tanto poder institucional que igual empiezan a escasear los candidatos. Antes de la Generalitat, estaban ya constituidos el Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona, las dos administraciones más importantes por el presupuesto que manejan y por el número de nóminas. Además del Gobierno de Sánchez.

El segundo agravio que se achaca a Illa es haberse ausentado de los homenajes institucionales por los fallecidos en el atentado yihadista del 17 de agosto. El president pasa unos días en Lanzarote, donde ha coincidido con el presidente Sánchez y se supone que no era para chapotear en las hermosas playas de arena negra.

Illa, el hombre tranquilo, no parece haberse inquietado lo más mínimo. Lo que en cualquier caso no deja de evidenciar dos cuestiones. La primera, que el cabreo del mundo de Junts es de nota, tras no haber logrado forzar nuevas elecciones. El segundo, que deberán ser más incisivos para inquietar a un Illa con el que además tienen amplias coincidencias socioeconómicas, suficientes como para quebrar una parte de sus apoyos parlamentarios. Seguro que Rius, con su experiencia, se percatará de ello.

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