Kamala: debate decisivo

Antes de la retirada de Biden todos los sondeos decían dos cosas. Una, que a los electores les repateaba tener que repetir la elección del 2020: Trump o Biden. Dos, que Biden era juzgado (mucho más que Trump) demasiado viejo para ser presidente. Entonces la aparición de Kamala Harris, más joven y de un mundo muy distinto al de Trump, fue un terremoto que entusiasmó a los demócratas. Se podía ganar.

Pero, lo dijo Obama, la campaña estaría muy empatada. La media de encuestas del 'Financial Times' da a Kamala una ventaja de dos puntos a nivel nacional. Pero como la elección se decide en los colegios electorales de los 50 estados, Harris necesita una mayor ventaja para ser elegida. Hillary Clinton ya ganó en votos, pero perdió.

Lo más preocupante es que, según la encuesta del domingo del 'New York Times', Trump ganaría a Harris por un punto (48% a 47%). La razón es que Trump genera más confianza sobre la economía por la fuerte inflación de los años Biden. Y el 61% desea un cambio político.

Por eso el debate de este martes en televisión será clave. Muchos electores quieren saber más sobre Harris antes de decidirse a votarla y Trump tiene gran experiencia en televisión y ha hecho ya siete debates presidenciales, mientras que la candidata demócrata es una novata.

¿Aguantará Harris las embestidas de Trump, que al republicano le pueden salir mal, y logrará generar más confianza? Quizás sea el punto decisivo de la campaña pues (si a Trump le conviene) puede no haber un segundo debate antes de las elecciones del 5 de noviembre.

Kamala está obligada a ganar. El desprestigio de Trump en el “establishment” no es suficiente, aunque sí muy revelador. Un claro ejemplo es que el presidente Bush-2 ha dicho que ya no está en política y no votará. Una gran patada al candidato de su partido. Y es significativo que muchos republicanos relevantes no apoyen a Trump. El muy conservador Dick Cheney (83 años), vicepresidente de Bush-2 y la “bestia negra” de los liberales e izquierdistas por su actitud en la segunda guerra de Irak -un político al que Aznar debe admirar- ha disparado con fuerza contra Trump al anunciar que votaría a Kamala Harris: “en 248 años de historia, nadie ha encarnado una mayor amenaza para nuestra nación”.

Y ha añadido que tras sus intentos de no dejar la presidencia al perder las elecciones de 2020 “nunca más se le puede confiar el poder…Para defender la Constitución tenemos el deber de poner al país por encima de los intereses del partido”.

Reconforta que un archiconservador como Cheney prefiera a la candidata demócrata, además no blanca, al muy inquietante Trump. La América conservadora sabe que una segunda presidencia Trump sería una aventura muy peligrosa para Estados Unidos y para el mundo. Pero eso no basta. Harris ha sabido superar las divisiones del partido Demócrata y ha centrado su imagen, pero este martes debe convencer y derrotar al discurso demagógico y populista de un expresidente que, en enero de 202, estuvo detrás del asalto al Congreso. 

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