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Joan Tapia

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Presidente del Comité Editorial de EL PERIÓDICO.

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Entre dos 'patos cojos'

El gran drama de Sánchez es que no tiene mayoría para gobernar. El de Feijóo, que es impaciente y no hay una posible moción de censura con éxito

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se saludan tras la investidura.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se saludan tras la investidura. / EFE

El curso político ha empezado más crispado todavía. Alberto Núñez Feijóo atacó sin complejos a Pedro Sánchez por su viaje a Mauritania, Gambia y Senegal. Equiparó la "inmigración circular" con el célebre "efecto llamada" de Mayor Oreja. Un dislate. Este miércoles la vicepresidenta María Jesús Montero tuvo que comparecer en el Senado para explicar el pacto PSC-ERC sobre la financiación singular para Catalunya que el PP cree un concierto a la vasca. Explicó poco y -lo peor- ya de entrada se dedicó a descalificar -casi insultar- al PP. ¿Es la defensa más eficaz e inteligente? El Senado no es la calle Ferraz un excitado domingo de primavera.

Y Sánchez compareció dos veces. Una en el Instituto Cervantes para asegurar que "hay Gobierno para largo". Y otra, desde lo alto de las escaleras de La Moncloa, para insistir en que España va bien (con más gracia que Aznar) y justificar el pase del ministro Escrivá a gobernador del Banco de España. Escrivá tiene un gran currículo como economista y en Portugal Mário Centeno pasó de ministro -y presidente de los ministros de economía del euro- a gobernador. Y ya se ha anunciado que el ministro de Economía de Austria, país muy ortodoxo, será el próximo gobernador de su banco central. Pero en la España de hoy saltar del Gobierno a una institución que debe juzgar su política con independencia suena a abuso de poder.

La gran bronca -como la del curso pasado- se debe a que tanto Sánchez como Feijóo parecen dos 'patos cojos', dos políticos con futuro acotado. La política española es una caja de sorpresas y puede ser que Sánchez caiga fulminado -como Rajoy- y Feijóo sea presidente. O que Junts haga de partido calculador (como el PNV o Bildu) y Sánchez acabe la legislatura. Pero hoy por hoy los dos parecen 'patos cojos'.

Irene Montero puede torpedear. Y Puigdemont, votar el el PP y con Vox para presionar al presidente. Pero no pueden apoyar una censura. Sus electores no lo perdonarían

Sánchez, porque la mayoría de la investidura del 2023 nunca ha sido una mayoría de Gobierno. Y en julio, Junts ya tumbó el techo de déficit y ahora la irritación por la investidura de Salvador Illa hace muy difícil que vote los presupuestos. ¿Podría gobernar por segundo año sin presupuestos y sin mayoría? Claro, Sánchez cree que su resiliencia puede con todo y ha adelantado el congreso del PSOE para cortocircuitar el malestar interno a la financiación de Catalunya y para iniciar reforzado el 2025.

¿Será así? Tiene dos activos. La economía tira y el BCE ha empezado a bajar los tipos de interés, y la investidura de Illa ha demostrado que la desinflamación con Catalunya ha dado frutos. Pero las democracias necesitan mayoría parlamentaria -lo demuestran los problemas de Macron- y Sánchez no la tiene. Además, los casos judiciales de su esposa y de su hermano -acaben como acaben- le enervan y hacen que sobreactúe (la famosa 'espantada' de cinco días)

Feijóo tiene a su favor que todas las encuestas le colocan por delante del PSOE. Y que el Gobierno tiene muchos frentes. Por ejemplo, la inmigración irregular en Canarias, que ha subido un 123% mientras que la de Italia, que aún es mayor, está bajando. Y el presidente canario está irritado por los 'menas' estancados en las islas ¿Culpa de Sánchez o de Feijóo? Para Clavijo -y para España- lo que cuenta es que el problema no se resuelve. Pero lo de 'leña al mono siempre y por todo hasta que caiga' contra Sánchez no genera ni ilusión ni confianza. Incluso es cansino.

Y Sánchez -salvo imprevisto en el congreso del PSOE (o algo a lo Rajoy)- no caerá porque no hay moción de censura con éxito posible. Irene Montero puede molestar y Puigdemont, unir sus votos al PP y a Vox para humillarle. Pero no para derribarle. Sus electores no lo perdonarían. Por eso el Feijóo impaciente de todos los días es también un 'pato cojo'.

E incluso la encuesta más favorable (la de 'El Mundo' del domingo) le da 159 escaños. Volvería a necesitar a Vox. Y la CDU alemana, que el 2025 ganará las elecciones, ya está demostrando, incluso tras el éxito de la AfD en Turingia, que los pactos con la extrema derecha están prohibidos. ¿Gobernar con Vox en Madrid contra la política del PP europeo? Se podría hacer, pero no generaría ni ilusión ni confianza en la gran mayoría de los ciudadanos moderados que creen que Sánchez se está pasando.

El curso será muy bronco. Un combate a muerte entre dos 'patos cojos'.

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