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Joan Tapia

Joan Tapia

Presidente del Comité Editorial de EL PERIÓDICO.

Ruiz-Kaiser y La Caixa

Para Fainé, la gran expansión hasta convertir La Caixa en el primer banco de España habría sido imposible sin el impulso informático del directivo

Un cajero CaixaBank a las puertas de una de sus oficinas.

Un cajero CaixaBank a las puertas de una de sus oficinas. / Paul Hanna / Bloomberg

En 1976, cuando Josep Vilarasau fue nombrado director general, la Caja de Pensiones (La Caixa) ya era la primera caja de Catalunya y de España. En Catalunya había entonces 13 y hoy solo sobrevive una. Transformada en una fundación que es la propietaria de un gran hólding, Criteria, uno de cuyos principales activos es CaixaBank, el primer banco en España.

Han pasado casi 50 años. Es otro mundo. Recuerdo que entonces, salvo dos telefonistas, en La Caixa solo trabajaban hombres. Había secretarios, no secretarias, y la llegada de unas 30 chicas -en la primera oposición convocada por Vilarasau- fue casi un terremoto. Pero también germinaba la modernidad. Jóvenes empleados que trabajando habían hecho Económicas. Y ya disponía del más moderno equipo informático de España.

La leyenda dice que cuando llegaron los comerciales de IBM, Jesús Ruiz-Kaiser, el único jefe que hablaba el inglés suficiente, fue el encargado de atenderles. ¿Cómo el impetuoso Ruiz Kaiser logró que el director y tradicionalista Enrique Luño Peña, nombrado en 1939 al acabar la guerra, hiciera una inversión tecnológica mayor a la de todos los bancos?

Le recuerdo poco después -cuando trabajé en La Caixa- empeñado en comprar cajeros automáticos a la japonesa Fujitsu, la única que los fabricaba compatibles con las famosas libretas de ahorro. Y defendía que para introducirlas, hasta cierta cantidad, no había que exigir PIN. ¡Una barbaridad, daremos dinero a cualquiera que robe una libreta! Respondía que, caso contrario, muchas de las clientas no las usarían porque no sabían nada de pines. O que lo apuntarían en un papel en el monedero y si las robaban todavía sería mucho peor. Claro, Ruiz-Kaiser generaba polémica.

Le he recordado ahora cuando Isidre Fainé me ha comentado con tristeza que Ruiz-Kaiser ha fallecido este verano a los 94 años. Y me dice que sin la base informática que impulsó y que ya existía -antes de que llegaran Vilarasau, Fornesa y él mismo- la gran expansión de la entidad con la diversificación de productos comerciales y su fácil distribución por la red de toda España habría sido imposible. Sin esa base la primera caja catalana no habría sido nunca el primer banco de España, desmintiendo aquello de la ineptitud financiera de los catalanes.

Para Fainé, el espíritu social de la Caixa de Pensions que fundó Francesc Moragas en 1905 y el abrazo a la modernidad son la clave de la pervivencia de la institución. Estamos en el 2024, con guerras -Ucrania, Gaza- y problemas económicos. ¿Cómo será el futuro? Faine contesta con calma. Sí, es un mundo complicado, pero los países -pese a todo- salen adelante. Veo el futuro con razonado optimismo. Tenemos el primer banco de España con Gonzalo Gortázar, un gran directivo al frente, el primer hólding español con más de 29.000 millones de activos y en crecimiento con el nuevo consejero delegado Ángel Simón, y somos la primera fundación española, muy respetada en el mundo. Tengo confianza… eso sí, trabajando.

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