A puñaladas

Anteayer, en el pequeño municipio de Mocejón (Toledo), un niño que jugaba a fútbol fue agredido por un individuo, que podría ser un joven, y murió.

No podemos pensar que el problema venga de la gran cantidad de armas que circulan sin control, porque siempre han circulado, y una prohibición nada cambiaría. El problema grave de hoy es la creciente violencia en ámbitos no solo de menores, acompañados o no, sino incluso de niños, que hacen cada día mas peligrosos nuestros pueblos y ciudades y que deben llamar a reflexión al legislador.

Ya hablamos en estas páginas, no hace mucho, de los graves problemas que plantea la multirreincidencia, y ahora, ante esta nueva tragedia, no está de más que hablemos de otras categorías como la minoría de edad penal, en la que nuestro país tiene de nuevo un penoso lugar en el ránking internacional. En efecto, cuando se aprobó la vigente ley orgánica reguladora de la responsabilidad penal de los menores en 2002, se fijó una horquilla de los 14 hasta los 18 años para la responsabilidad penal de los menores, de modo que por debajo de los 14 en España son totalmente irresponsables y hasta los 18, su responsabilidad está totalmente atenuada.

Hay que tener en cuenta que no solo en países como Irak, por poner un ejemplo de país nada democrático, se establece la responsabilidad penal de los niños a partir de los 9 años, sino que en países tan democráticos como Suiza o Inglaterra, un mayor de 10 años cumplidos que comete un hecho delictivo responde como un mayor, con todas las consecuencias.

Hay que tener en cuenta que los menores condenados desde 2016 hasta la actualidad, en España, observan un 'crescendo' sostenido en cuanto a infracciones penales contra la vida y la integridad física, así como de delitos contra la libre determinación en materia sexual, en todos los cuales se sufren alarmantes incrementos, hasta el punto de duplicarse los delitos cometidos por menores desde el año 2017 hasta la actualidad.

Hace años, en un procedimiento de gran trascendencia pública, en que acusé en nombre de la ciudad a un grupo de jóvenes que mataron a otro a patadas en la cabeza, quisieron escudarse en el único menor que participó, pero el tribunal no les hizo caso y los consideró responsables a todos, por coautoría aditiva y consideró que las botas 'Martens' con tachuelas que utilizaban eran una arma. Hoy, la sociedad española y la realidad social exigen la urgente revisión de las categorías de menor edad penal, responsabilidad criminal del menor y también nuevas jurisdicciones especializadas, y dotadas de medios económicos, policiales, psicológicos y tecnológicos para combatir eficazmente el terrible fenómeno de la violencia entre menores y jóvenes, poniendo a nuestro país a la altura de las circunstancias y de nuestro entorno cultural.  

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