Opinión |
Juicio
Francesc de P. Jufresa

Francesc de P. Jufresa

Abogado penalista.

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La citación del presidente Sánchez

El juez Peinado debe conocer el derecho, saber que todo esposo esta dispensado de la obligación de declarar como testigo cuando su declaración afecta a su esposa u a otros familiares directos, pero da igual porque lo que se busca es organizar el 'numerito'

Pedro Sánchez, dispuesto a declarar por el caso de Begoña Gómez pero por escrito

Pedro Sánchez, dispuesto a declarar por el caso de Begoña Gómez pero por escrito

El inefable juez Peinado, de tardía vocación por la magistratura, en la que ha tenido una carrera meteórica, en diversos procedimientos judiciales de raíz política, frecuentemente auspiciados por VOX o por la siniestra entidad Manos Limpias, no satisfecho con aperturar, con noticias ya contrastadamente falsas, un procedimiento penal contra Begoña Gómez, a demanda del mencionado pseudosindicato, sin desistir de su empeño pese a los sucesivos informes de la Policía Judicial de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, que desvelan la inexistencia de irregularidades en los hechos por los que se querellaron, ha desvelado su absoluta falta de objetividad e imparcialidad cuando, después de que Begoña Gómez ejerciera su derecho fundamental a no declarar, no ha dudado en asumir la petición de VOX, para citar a declarar al Presidente del Gobierno de España. 

Claro es que, en este asunto, nadie parece querer disimular, tampoco el Juez que lo instruye, que como recordarán no dudó en afirmar pomposamente ante todos los medios de comunicación, a modo de declaración de principios, que pensaba investigar todos los actos de Begoña Gómez desde que su esposo es Presidente del Gobierno. Esta bárbara declaración es un atentado frontal al Estado de Derecho, que configura el procedimiento criminal como un derecho que investiga hechos concretos y que proscribe las investigaciones generalizadas sobre una persona, aquello que nuestro derecho histórico ya denominaba “Inquisitio generalis”. 

En este designio, no es de extrañar que el Juez, obsequioso con la ultraderecha, no dude en citar al Presidente del Gobierno pese a ser perfecto conocedor, porque es su obligación derivada del principio “iura nobit curia”, es decir, que el Juez debe conocer el derecho, saber que todo esposo esta dispensado de la obligación de declarar como testigo cuando su declaración afecta a su esposa u a otros familiares directos, porque así lo dice el artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Pero da igual, aquí todo da igual, porque lo que se busca es organizar el “numerito” de que el Juez Peinado acuda al Palacio de la Moncloa, auxiliado de informáticos, oficiales y Policía Judicial, para preguntarle a Pedro Sánchez si quiere prestar declaración en la causa que se sigue contra su esposa Begoña. 

Los disparates procesales y penales que está suponiendo esta esperpéntica investigación demuestran, por un lado, la falta de control del Gobierno de los jueces sobre estos, que está convirtiendo nuestra justicia en un reino de taifas en el que todo vale, en la que cada juez puede hacer literalmente lo que le dé la gana, sin que exista ningún control. Por otro, que las Comisiones del Consejo General del Poder Judicial, como la Comisión Disciplinaria, que antes controlaban estos desmanes, han dejado de funcionar y no funcionarán hasta que se renueve de una vez el Consejo General del Poder Judicial. 

Dense ustedes prisa, señores políticos, porque si no lo hacen vamos a salir trasquilados todos. Renueven de una vez el Poder Judicial, pero no se paren aquí, y continúen reformando el único poder del Estado que permanece intangible, desde el régimen anterior, desde la época de Franco, sin que sea de recibo que hoy mantengamos el sistema de acceso a la judicatura, exactamente igual, amparando un sistema cooptativo absolutamente ajeno a una sociedad democrática madura como pretendemos ser. 

Se ha dicho y es totalmente cierto que, entre otros graves déficits de nuestra Administración de Justicia, falta por cubrir un número elevadísimo de Juzgados, que faltan jueces de refuerzo, que faltan Jueces especializados en materias tan importantes como las nuevas delincuencias, etc., y siendo todo ello cierto, y para evitar que sigamos viviendo episodios bochornosos como el que estamos viviendo con el juez Peinado, actuando impunemente, provean ustedes todos estos déficits, pero introduciendo ya un cambio esencial, en el acceso a la judicatura y en su control democrático efectivo.