Opinión |
Investidura
Francesc de P. Jufresa

Francesc de P. Jufresa

Abogado penalista.

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¿Parlament o teatro?

Cuando después de 7 años de estar fuera del alcance de la Justicia se dicta una ley de amnistía para que pueda volver, y vuelve, afirmar que encarcelarlo es la única solución para poder juzgarlo es una enormidad; como también lo es no reconocer que solo al TC le incumbe depurar el contenido y alcance real de la ley de amnistía

Pleno del Parlament para la investidura de Salvador Illa

Pleno del Parlament para la investidura de Salvador Illa / Jordi Otix

Las noticias que se suceden, en plena canícula, son desalentadoras, de vergüenza ajena, cuando por fin Illa tiene los pactos cerrados con ERC y Comuns, aparece Puigdemont como un 'houdini', compromete a los Mossos y a la propia Generalitat, que no han hecho nada para detenerlo como ordenó el juez Llanena, y vuelve a desaparecer dejando en el camino a un Mosso detenido por llevarlo en su propio vehículo y a un diputado, Turull, citado para explicar dónde está el expresident.

Parece que Puigdemont no ha querido pasar por la inexorable detención ordenada por el magistrado del Supremo que instruyó la causa del 'procés', y creo oportuno recordar en este trance, que Llanena ya cursó una Orden europea de detención contra Puigdemont, a la que los jueces de Schleswig-Holstein contestaron contundentemente, diciendo que los hechos por los que se pedía la entrega, que entonces calificaban como rebelión, no eran delito en Alemania y que solo lo entregarían por malversación. Entonces, Llarena renunció a la entrega de Puigdemont.

Parece que ahora Llarena, siguiendo la novedosa Doctrina Marchena, que considera, contra toda lógica jurídica, no amnistiable la malversación, sí que quiere hacer detener a Puigdemont e incluso apuntan que podría acordar su ingreso en prisión provisional.

Si eso llega a pasar, es decir, si detuvieran a Puigdemont y lo ingresaran en prisión provisional, la postura de esos magistrados del Tribunal Supremo sería poco comprensible e impropia de sus incuestionables conocimientos jurídicos. Porque todos ellos saben, opiniones aparte sobre la ley de Amnistía, que la prisión provisional solo la admite en nuestro país la doctrina constitucional, cuando es el único medio para asegurar el proceso y la presencia del investigado en el mismo. Aunque Puigdemont siguiera jugando al gato y al ratón, cuando después de 7 años de estar fuera del alcance de la Justicia se dicta una ley de amnistía para que pueda volver, y vuelve, afirmar que encarcelarlo es la única solución para poder juzgarlo es una enormidad, como también lo es no reconocer que solo al Tribunal Constitucional le incumbe depurar el contenido y alcance real de la ley de amnistía aprobada por el Parlamento español.

¿Qué sentido tendría, en la realidad política actual, dictar prisión provisional contra Puigdemont? Solo lo tiene, para hacer el juego a quienes, como Vox y PP, claman para evitar normalizar la vida institucional y política en Catalunya.

Creo que si Llarena reflexiona serenamente, no puede sostener que sea necesario dictar prisión provisional para Puigdemont, y creo y deseo que no lo hará y que esperará a que el Tribunal Constitucional decida si la ley de Amnistía, aprobada por el Parlamento español, debe beneficiar al expresident de la Generalitat también por el supuesto delito de malversación, cosa de la que estoy plenamente convencido, porque es la voluntad soberana del Parlamento español.

Volviendo al Parlament de Catalunya, devolvámosle, por favor, a su esencia, la política; y que dejen de hacer teatro a su costa, y a costa de los catalanes.

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