Opinión | Apunte

Agustí Sala

Agustí Sala

Redactor jefe de Economía

Financiación: Del concierto al desconcierto

¿Tendrá Catalunya las llaves de la caja tras el pacto PSC-ERC?

Pere Aragonès i Salvador Illa, al Palau de la Generalitat. | MANU MITRU

Pere Aragonès i Salvador Illa, al Palau de la Generalitat. | MANU MITRU

Desconcierto: "estado de ánimo de desorientación y perplejidad". Esa es una de las acepciones del término según la Real Academia Española (RAE). Y en ese estado se han quedado no solo la oposición sino algunos socialistas defensores de las esencias del PSOE. El concierto económico y financiero a la catalana que han cocinado ERC (quien lo explicó en público) y el PSC (se reserva la carta comunicativa a la espera de la consulta republicana) así les ha dejado.

No es de extrañar que suenen voces de alarma. Que el 20% del producto interior bruto (PIB) español recaude y gestione los impuestos que se pagan en su territorio preocupa. Por eso en la propuesta republicana avalada por el PSC se han deslizado cuestiones como el pago al Estado por los servicios que presta y que no están tansferidos, como, la Defensa, que se descontarían de tributos recaudados; así como una cuota de solidaridad, pero sin que los que más aportan queden muy por debajo de los que más reciben una vez realizado el reparto de la caja común. En resumen, un cupo, también a la catalana, no exactamente igual que el vasco, pero tampoco tan diferente.

Todo ha de comenzar con el IRPF, el pilar del sistema fiscal, que pagan cuatro millones de residentes en Catalunya, a partir de 2026 ¿Y el resto de impuestos? Serán fruto de negociación política, que ya se verá dónde conduce. En todo caso con el IRPF ya se pasaría de unos 13.000 a unos 26.000 millones. Y, según las cuentas de ERC con todos los traspasos a los que aspiran, 30.000 millones más, hasta llegar a unos ingresos totales de 60.000 millones, de los que habría que deducir el pago de servicios del Estado y la cuota de solidaridad. Visto lo visto, quizás otras autonomías contrbuyentes netas, como Madrid o Baleares les podría interesar.

Pero ya veremos porque, en un debate no coyuntural como el de la amnistía sino estructural, el de los dineros, es más difícil aún el consenso por la geometría variable de visiones, opiniones e intereses. Y un pequeño detalle: de superarse la consulta en ERC, luego hará falta mayoría en el Congreso. Casi nada.