Y el presupuesto. Ya tal...

Siempre se ha dicho que la del presupuesto es la ley más importante para un Gobierno. Pues bien, en la política española se ha convertido en una herramienta más de la bronca partidaria y partidista. Que el Congreso tumbara el martes la senda de estabilidad, que incluye el objetivo de déficit público y que supone un primer paso para elaborar las cuentas públicas, ha sido un mazazo para el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Junts, como era de prever, usa todas las armas para deslucir cualquier protagonismo de ERC y para recordar que puede apretar el botón rojo para que salte en pedazos la legislatura. Excepto en la bandera, en política económica y temas como la inmigración, pocas cosas le diferencian del PP y, a veces, de Vox. Pero dudo que se arriesgue a perder su influencia parlamentaria actual ya que una convocatoria electoral se la podría mermar.

En todo caso, bienvenidos al club de los presupuestos prorrogados. En Catalunya, con el 'procés', casi es una tradición desde hace más de una década tener las cuentas prorrogadas o aprobadas fuera de plazo. Un ejercicio con el presupuesto del año anterior, como ha sucedido en 2024 con el del Estado, no es una hecatombe, pero otro consecutivo sería preocupante. Da imagen de parálisis y poca capacidad de iniciativa.

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, como otras veces, ha recurrido a dirigir sus críticas al PP para no romper puentes con Junts. Gran parte de las autonomías están en manos populares y, frenar la senda de estabilidad, supone --argumenta-- que comunidades y ayuntamientos se queden sin un mayor margen de gasto de 10.000 millones en dos años.

Pero los populares ven al Gobierno débil, como fruta madura a punto de caer del árbol, y no le lanzarán un flotador. En un contexto de polarización y partidos pendientes de la táctica más que de lo esencial, el presupuesto es una arma arrojadiza más. En definitiva, la llave la tiene Junts o, mejor dicho, Carles Puigdemont. Y eso, visto lo visto, como diría el expresidente popular, Mariano Rajoy, "ya tal..."

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