Opinión |
Preacuerdo de PSC-ERC
Sergi Sol

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Periodista

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¿El Supremo al rescate de Puigdemont?

Cabe la posibilidad que para cuando el bueno de Josep Rull convoque el Pleno, una hipotética detención del expresident de al traste con esa primera sesión y todo quede en vilo para una segunda votación

Carles Puigdemont, en Banys i Palaldà, en el cuarto aniversario de Junts.

Carles Puigdemont, en Banys i Palaldà, en el cuarto aniversario de Junts.

Para una formación política ser determinante tras unas elecciones debería ser una bendición. Pero tras el 12 de mayo en ERC vieron las orejas al lobo cuando, pese a perder 13 diputados, resultaba que los 20 logrados eran imprescindibles para la única investidura viable, la de Salvador Illa. Más de uno hubiera preferido 19, habida cuenta que las sumas a Illa le iban de un diputado.

Tres meses más tarde, expectación máxima con una presión ambiental que se va a asemejar a una olla a presión (con los republicanos dentro) a medida que se acerque la consulta, viernes 2 de agosto. El presidente de la ANC, Lluís Llach, dando ejemplo de ponderación y apartidismo saltó el primero como un rayo para evitar que la militancia republicana cometa el sacrilegio de priorizar el qué por delante del quién y se le ocurra no optar patrióticamente por nuevas elecciones (como exige el otro President, el Legítimo) con una invectiva que evoca la de la CUP a Artur Mas cuando se jactaron de mandarlo a "la papelera de la historia". "Per Catalunya!", concluía Llach. 

Unas 9.000 personas, al corriente de pago de la cuota militante, se van a encontrar en la tesitura de tener que decidir si dan luz verde al acuerdo alcanzado por la dirección de ERC, capitaneada ahora por Marta Rovira, con los Socialistas. O dan una nueva oportunidad al Legítimo, con la paradoja que fue este quien conspiró desde el primer día para dinamitar el Govern Aragonès.

La Ejecutiva republicana validó el acuerdo tras una jornada maratoniana como no se recuerda, prueba que hubo debate y dudas. Sobre todo en lo que atañe a las garantías de cumplimiento de un pacto, sin duda, ambicioso. Tanto que algunos se pellizcaban para creerse lo que se les presentaba; que de cumplirse, sin duda, tiene un carácter histórico.

Y eso quiso recordar Rovira en un encuentro digital improvisado que se convocó de sopetón. Los militantes recibieron a las 19.00 horas un correo electrónico que vía Zoom les instaba a una sesión informativa para las 19.30 horas. Pese a ser finales de un julio que empezó suave y acaba tórrido -y a lo intempestivo de la convocatoria- se conectaron simultáneamente 2.500 militantes; lo que da cuenta del máximo interés, desbordando todas las previsiones. Juli Fernández, Marta Vilalta y Marta Rovira fueron los encargados de dar cuenta del contenido arrancado al PSOE. Fue entonces cuando Rovira resumió el asunto: enmendar la renuncia de CiU en 1980 a presentar batalla por el Concierto Económico. Hay otras cuestiones de peso -como la lengua-, pero la financiación es la fundamental como recuerda sin tregua el díscolo García-Page.

El President Legítimo aún no ha dicho su última palabra. Y a buen seguro va a exprimir hasta el último suspiro la carta emocional, con una vuelta a Catalunya que ahora sí -cuando ya parecía el cuento de la lechera- se da por segura. Tiene el firme propósito de caldear el ambiente, sobre todo si cuenta con la inestimable colaboración de los jueces del Supremo, el partido más beligerante contra acuerdo alguno al oeste del Ebro. Al este, el mundo de Junts ya ha lanzado el mensaje más hiriente: "¿Investirán los de ERC a Illa (¡155!) mientras Puigdemont es detenido?". A un paso de señalar a ERC como los responsables.

Ni que los militantes desafíen el viernes el ambiente intimidatorio del jocoso universo de Junts, cabe la posibilidad que para cuando el bueno de Josep Rull (president también, del Parlament) convoque el Pleno, una hipotética detención de Puigdemont de al traste con esa primera sesión y todo quede en vilo para una segunda votación. Que nadie de nada por hecho, no sería descabellado que el Govern en funciones siguiera hasta Carnaval.

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