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Catalunya
Sergi Sol

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Periodista

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Ante la financiación, la amnistía es un pasatiempo

Su sola invocación despierta todas las fobias y alimenta los tópicos hirientes y las peores falsedades

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, durante un acto electoral.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, durante un acto electoral. / EFE/Jesús Monroy

La amnistía ha traído una tormenta que no arrecia porque el Partido Popular sigue conjugando rayos y truenos. Nada que no alimenten los Felipe y Alfonso Guerra que han rejuvenecido a cuenta de tanta entrevista. Y el ínclito Page que se ha erigido como el barón guardián de las esencias con un protagonismo desmedido al que sin duda ha tomado gusto. Ni el cántabro Revilla.

Contra la amnistía hay argumentos. Entre otras, porque tantas veces negó la mayor el mismo PSOE que ni Judas Iscariote. Aunque como dijo Joan Fuster en uno de sus conocidos aforismos, hay que reivindicar siempre el derecho a cambiar de opinión, es lo primero que te negarán tus enemigos. Y por supuesto que Pedro Sánchez tiene quien no lo quiere ni en pintura. La crispación que se ha fomentado ha llegado a tal punto que aficionados de la Roja coreaban en Alemania su nombre no precisamente con afecto. Por no hablar del feo de Carvajal. Si lo llega a hacer Pep Guardiola en sus tiempos le habrían llamado de todo.

Sin embargo, lo de la amnistía es sobre todo ardor patriótico. Lo de la financiación de Catalunya es algo infinitamente más trascendente. Y su sola invocación despierta todas las fobias y alimenta los tópicos hirientes y las peores falsedades. Solo hay que escuchar al Page de turno cuando, si más, arremete contra Catalunya y denuncia la insolidaridad de la comunidad autónoma catalana para con el resto de España.

Es una falacia que solo se puede sostener con infinita maldad. Los últimos 40 años Catalunya ha ejercido una ‘solidaridad’ sin parangón de la que, entre otros, se ha beneficiado año tras año una comunidad como Castilla-La Mancha. Catalunya ha aportado mucho más de lo que recibe. Pero los Page de turno no solo lo omiten, sino que a la primera oportunidad aprovechan para señalar a Catalunya en lugar de reconocer su contribución al desarrollo del resto de España. 

Lo de la amnistía es relevante. Pero que nadie se lleve a engaño: el verdadero reto de país es la financiación. Esa, sin duda, es la asignatura más controvertida y determinante. Si Catalunya tuviera algo que asemejara a una especie de Concierto Económico solidario, lo secundario sería quien lo administra. Mejor una Catalunya con cierta soberanía fiscal gobernada por la derecha que una Catalunya autonómica gobernada por la izquierda o el independentismo. 

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