Opinión | Gárgolas

Josep Maria Fonalleras

Con algazara

La foto del atentado a Trump

La foto del atentado a Trump

Nos están preparando para el próximo episodio distópico para que, cuando llegue, incluso podamos llegar a pensar que no había por tanto. La convención republicana en el Fiserv Forum de Milwaukee, con una euforia incontenible, mientras Biden se recuperaba del covid y podíamos contemplar nuevas imágenes del deterioro, ha tenido de todo y ha servido, como era previsible, para estructurar la imagen definitiva del héroe que no tiene miedo a nada y que puede hacer frente a todas las dificultades, a todos los trabajos que los dioses tengan a bien enviarle.

La distopía, más allá de las tonterías de los eslóganes y de los gritos, de la puesta en escena, de los enfervorizados militantes, se nos ofrece como una alternativa plausible en el momento en que ves a unos delegados que ayudan a sus compañeros a confeccionar el homenaje en forma de sublimación del episodio del tiroteo de Butler.

Contemplar cómo reproducían el esparadrapo en la oreja derecha de Trump en su propia oreja derecha, comprobar que no eran dos o tres, sino muchos más, generaba pánico y espanto, porque estos gestos, que contienen dosis de ironía y de comedia, pero también cantidades ingentes de devoción ciega, aseguran un futuro en el que cualquier minucia se elevará a la categoría de símbolo.

Esto nos espera. Y también nos espera “el avance de una nueva dinastía”, como pronosticaba Idoya Noain, con hijas e hijos, nueras y yernos, y nietas que explican las bondades del abuelo en la intimidad. O la demencial intervención del candidato a la vicepresidencia en la que acusa a Biden del Tratado de Libre Comercio o de la invasión a Irak (¡acciones de la familia Bush!) cuando resulta que Biden, como quien dice, tuvo tanta responsabilidad como usted o como yo.

Y, por último, aquel personaje de los patéticos espectáculos de lucha libre que se desgarra la camiseta donde sale su efigie enarbolando una bandera y enseña otra con el nombre de Trump y exigiendo que la “trumpmanía sea salvaje”. Hulk Hogan es un salvaje, esto seguro. Un bufón histriónico, un petimetre. Todos ellos anuncian con algazara un futuro pavoroso

Suscríbete para seguir leyendo