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Catalunya
Sergi Sol

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Periodista

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Réquiem por ERC en Waterloo

¿Pero cómo se les ocurrió disputar la hegemonía al mundo posconvergente? Soñaron con dejar de ser subalternos, quisieron aspirar a todo, desearon ser soberanos. Ese fue el peor de sus pecados

Oriol Junqueras y Pere Aragonès en el mitin central de ERC de las elecciones catalanas.

Oriol Junqueras y Pere Aragonès en el mitin central de ERC de las elecciones catalanas. / MANU MITRU

Una ERC catatónica sigue deambulando ante un escenario diabólico y con Puigdemont (Junts) marcando el paso. No se trata solo de una victoria electoral en clave endogámica. Es más profundo. Puigdemont es hoy el Caudillo único del independentismo con su 21% de los votos. Es el jefe absoluto de Junts. Y el referente único e indiscutible de ese independentismo civil que ahora lidera Lluís Llach, entregado este en cuerpo y alma a Puigdemont y, a su vez, feroz detractor de los republicanos. 

Puigdemont citó a los de siempre en Waterloo. Y todos acudieron sin dilación a su llamada. Para un cónclave que se dijo era para evaluar el retorno de todos los exiliados. Lo que por supuesto no era el propósito principal. Ni mucho menos. 

Otra cuestión es que ese retorno ha cobrado vigor 'a posteriori' gracias al recurso de la republicana Marta Molina que se ha cargado la causa del llamado Tsunami. Otra vez los republicanos quitando las castañas del fuego a la defensa jurídica de Puigdemont, como ya ocurriera con la llamada Doctrina Junqueras. Unos se llevan la fama y otros cardan la lana. Pero cabe decir que en el apartado de propaganda menuda es la paliza que le han dado los de Puigdemont y Llach a ERC. Los han noqueado. Son, por ejemplo, los 'putos amos' de X mientras ahí los de ERCincluidodo Junqueras) son almas en pena. Son como muñecos de feria contra los que descargar toda frustración que no es poca.

El cónclave de Waterloo tenía por objeto advertir a ERC de que si se les ocurre pactar con Salvador Illa que se atengan a las consecuencias. Los van a excomulgar a guantazo limpio. Por el contrario, si se atienen a la estrategia de forzar nuevas elecciones serán absueltos. A condición de que sean obedientes y se porten bien, claro. Incluso les darían una representación generosa en la Lista del President Legítim si fuera el caso. Otro pormenor es que, por supuesto, se olviden de negociar nada con el PSOE que no sea bajo la tutela de los posconvergentes. 

De momento, los republicanos ya han dado generosamente la presidencia del Parlament a Rull, un hombre tan honesto como leal a su espacio político. Lo que igual no entienden los republicanos es que nunca, nunca, nunca será suficiente. Su papel es el vástago y su función, la subordinación absoluta e incondicional a los posconvergentes. Toda otra veleidad les devolverá al purgatorio. 

¿Pero cómo se les ocurrió disputar la hegemonía al mundo posconvergente? Soñaron con dejar de ser subalternos, quisieron aspirar a todo, desearon ser soberanos. Ese fue el peor de sus pecados.

Hoy ERC está hecha unos jirones. Y si siguen por los mismos derroteros, abriéndose públicamente en canal, no van a levantar cabeza en años. Si no le echan agallas y recobran el orgullo y unidad, a lo más que pueden aspirar es a la indulgencia del mundo de Puigdemont. Vamos, a que les pasen de vez en cuando la mano por el lomo si atienden a razones. Si no, los azotarán sin piedad en plaza pública, por desafectos y vendidos.

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