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Tarragona proyecta una ZBE sin veto a vehículos con etiqueta amarilla pese a exigirlo un decreto del anterior Govern

La ciudad fue uno de los ayuntamientos socialistas críticos con la normativa catalana aprobada por el ejecutivo de ERC

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La Rambla Vella de Tarragona, dentor del perímetro de la ZBE

La Rambla Vella de Tarragona, dentor del perímetro de la ZBE / Joan Revillas

Jan Magarolas

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Tarragona se encuentra en plena redacción de su ordenanza de Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Por ahora tiene en exposición pública el texto inicial y prevé aprobarlo antes de terminar el 2024. Y, tal y como ha podido confirmar EL PERIÓDICO, el proyecto de ZBE de Tarragona no contempla el veto a vehículos con etiqueta ambiental amarilla —sólo a vehículos sin etiqueta— que, tal y como explicó este diario, exige el nuevo decreto catalán ya en vigor y aprobado por el anterior Govern de la Generalitat liderado por ERC.

El debate está servido porque, además, Tarragona fue uno de los grandes ayuntamientos socialistas críticos con la nueva norma catalana. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), los vehículos con etiqueta amarilla matriculados en Tarragona son 25.599. Sumados a los 'sin etiqueta' (27.865), representan más de la mitad de vehículos matriculados en toda la ciudad.

Los responsables municipales de Tarragona argumentan que la norma local se basará en el decreto estatal, y no en el catalán, que es más restrictivo y exige el veto a vehículos con etiqueta amarilla. "Nos hemos fijado en el reglamento del Ministerio y lo cumpliremos a rajatabla porque ya es oficial”, explica Francisco Javier Domínguez, técnico de Movilidad y responsable del proyecto de ZBE del Ayuntamiento de Tarragona. El técnico puntualiza, eso sí, que la ordenanza tarraconense "se adaptará” si la normativa estatal y la catalana se contradicen en algún punto. La 'consellera' de Movilidad del Ayuntamiento, Sonia Orts (PSC), por su parte, desestima el veto a vehículos con etiqueta amarilla: "Cuando se active la ZBE, en enero del 2026, nuestra nueva ordenanza afectará a los vehículos que no tienen etiqueta".

El decreto catalán, en vigor desde que se publicó en el Butlletí Oficial de la Província de Barcelona (BOPB) el 30 de julio, introdujo como novedad —el decreto estatal no lo hacía— restricciones tanto a los vehículos sin distintivo ambiental (los más contaminantes) como a los vehículos con etiqueta amarilla. Sin embargo, la normativa que está redactando el Ayuntamiento de Tarragona no prevé por el momento incluir restricciones a los vehículos con etiqueta amarilla. No, por lo menos, cuando empiece a aplicarse el 1 de enero de 2026.

Los pasos que ha realizado el consistorio acerca de la ZBE son, hasta el momento, "muy prudentes" y en busca de la garantía jurídica y de aplicación, sabiendo que las normativas de otras ciudades han sido anuladas por los tribunales. “Todo esto es muy nuevo, otros ayuntamientos han tropezado y por eso queremos ir con cuidado”, reconoce a este diario el responsable de la ZBE. El equipo técnico se ha fijado por ahora en el reglamento dictado por el gobierno central porque es el que proporciona un marco jurídico que, según apuntan, debe respetar el decreto catalán.

“Tomamos de referencia lo que dice el Ministerio; cuando se apruebe el decreto catalán a muchos municipios nos tocará hacer el cambio, tendremos un tiempo para adaptarnos”, asegura Domínguez, pese a que el decreto catalán ya está en vigor. Orts recuerda que todo el proceso "se está haciendo con las aportaciones de los grupos municipales", integradas en su práctica totalidad, y espera que el pleno del Ayuntamiento le dé luz verde unánimemente.

Por el momento, la intención del Ayuntamiento es restringir el acceso solo a aquellos vehículos sin distintivo, es decir, los turismos y furgonetas de gasolina anteriores a Euro 3 (matriculados antes del 2000) y los turismos diésel anteriores a Euro 4 (antes de 2006). Esta restricción sería efectiva de lunes a viernes de 7:00 h a 19:00 h, si el consistorio cumple con su voluntad inicial. Los otros vehículos (etiquetas B, C, ECO y 0) no tendrían ninguna restricción. Esto, según datos de la DGT de 2022 proporcionados por el consistorio, significa que la restricción total se aplicaría al 30% de vehículos que hay en la ciudad.

¿Qué dice el decreto catalán?

El nuevo decreto catalán de ZBE añade los vehículos de etiqueta ambiental B (amarilla) a la prohibición de circulación, aunque se proyecta como una restricción progresiva. La norma apunta a una aplicación gradual para aquellas ZBE que ya estén en vigor en las ciudades de más de 50.000 habitantes: el 1 de enero de 2026 los ‘etiqueta amarilla’ no podrán circular los días de avisos por contaminación de NO2; y el 1 de enero de 2028 la prohibición será total para estos vehículos, dentro del calendario y horarios marcados.

La integración de esta normativa catalana supondría para Tarragona la restricción de 26.000 vehículos más, o lo que es lo mismo, casi el 28% del parque automovilístico. Sumados a los vehículos sin etiqueta, restringidos en su totalidad, la proporción sería de cerca del 58% de los vehículos matriculados en Tarragona que tendrían restricciones para acceder al interior de la ZBE, el centro de la ciudad. Aunque, de momento, el consistorio no se plantea incluir esta prohibición para los vehículos de etiqueta amarilla que marca el decreto catalán.

El proyecto presentado por el consistorio a principios de agosto y que se encuentra en exposición pública apunta las intenciones iniciales de la ZBE. La aprobación de este proyecto es el paso previo a la ordenanza, el marco normativo que regulará los aspectos concretos de la normativa, como por ejemplo la temporalidad, los horarios, las sanciones, las excepciones y el calendario de aplicación. Esta semana se cierra el período de exposición pública para aportar alegaciones aunque el Ayuntamiento todavía no ha recibido ninguna. Se prevé tenerlo aprobarlo a finales de este año.

Calendario de Tarragona

Esta decisión de no basar, de momento, la norma local tarraconense en la catalana se contextualiza en el pulso que diversos consistorios socialistas del área metropolitana de Barcelona iniciaron contra el anterior Govern de la Generalitat. Ayuntamientos como los de Terrassa, Sabadell, Rubí o Granollers fueron los más críticos con esta medida porque temían que las ZBE de la segunda corona de Barcelona se viesen perjudicadas por la propuesta del Govern. Badalona ya ha anunciado que recurrirá la nueva norma catalana. Queda por ver cómo reacciona el ejecutivo catalán ante los posibles incumplimientos del decreto por parte de los ayuntamientos.

Más allá de los vehículos que entran en la restricción, el Ayuntamiento de Tarragona tiene claro el calendario a seguir. Estos próximos meses de 2024 se dedicarán a la aprobación final de la ordenanza reguladora de la ZBE y la finalización del concurso y la licitación de la empresa encargada de la ejecución del proyecto, de casi 2,1 millones de euros. La empresa instalará cámaras, sensores, fibra óptica, paneles de información dinámica y la plataforma informática para gestionar la ZBE. La edil Sonia Orts apunta a diciembre de 2025 para tener la obra lista, justo antes de la entrada en vigor de la ZBE, y asegura que no se puede pedir ninguna otra prórroga, después de la concedida hace tres meses, que alargó un año los plazos.

El 1 de enero de 2026, con la ZBE en pleno vigor, se abrirá un período de un año para informar a la población de la nueva medida: “No habrá sanciones, la intención no es recaudatoria, sino reducir la contaminación: la gente lo tiene que ver como algo positivo”, señala Orts. Por eso no se plantean cobrar tasas por la inscripción de vehículos contaminantes, como sí lo permite el decreto de la Generalitat. En 2027 se prevé comparar los datos recibidos por los sensores instalados y valorar la aplicación de la ZBE. El técnico Domínguez no descarta ampliar los límites iniciales o cambiar los horarios: “El objetivo es tener toda Tarragona bajo la ZBE en 2050, que es lo que nos marca Europa”.

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