Nueva medida

La desalinizadora en la Costa Brava satisface a los alcaldes pero enfada a los ecologistas

La entidad Aigua és Vida aplaude que la gestión hídrica sea una de las prioridades del nuevo Govern, pero advierte de que desalinizar no es la opción más adecuada para disponer de más agua

Radiografía del plan para desviar agua residual del Besòs y regenerarla en el Llobregat

Desalinizadora del Tordera.

Desalinizadora del Tordera. / El Periódico

Guillem Costa

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El "milagro" de convertir agua salada en agua potable no sale gratis. Desalinizar, en realidad, es mucho más caro que el proceso de regenerar. Sin embargo, ante la escasez persistente del embalse Darnius Boadella, el Govern ha decidido construir una nueva planta desalinizadora en el Alt Empordà con el fin de garantizar el abastecimiento de agua potable en la zona. Esta propuesta, que aún es incipiente y de la que se tendrán que redactar los primeros documentos, ha generado satisfacción y rechazo en diferentes sectores implicados en la gestión del agua.

¿De dónde sale esta idea? El Consorci d'Aigües Costa Brava Girona lleva tiempo defendiendo una infraestructura de este tipo como respuesta a los problemas del territorio, con un elevado consumo de agua por la fuerte presencia del turismo. Hasta la fecha se ha apostado por desalinizadoras móviles como soluciones temporales. No obstante, varios ayuntamientos de la comarca han reclamado en más de una ocasión disponer de una desalinizadora fija que podría ubicarse por debajo del Cap de Creus (en Roses, Empuriabrava, Sant Pere Pescador u otra localidad cercana).

De hecho, el exconseller David Mascort ya admitió en declaraciones a EL PERIÓDICO meses atrás que se debía encontrar "una solución estructural" para este punto crítico y mencionó la opción de instalar una desalinizadora que se sumase a la de El Prat de Llobregat, a la de Blanes y a las dos que ya están planificadas (Tordera II y Foix, en Blanes y Cubelles). Ahora, la consellera Sílvia Paneque da forma a lo que solo era una posibilidad y se compromete a acometer esta planta desalinizadora en el norte de la Costa Brava.

Ante este proyecto, Dante Maschio, portavoz de la plataforma Aigua és Vida, advierte de que desalinizar no es la mejor opción: "Consideramos que es necesario plantear el debate sobre la reducción de la demanda y no pensar solo en ensanchar la oferta de agua".

Opciones "más sostenibles"

Maschio sostiene que, para constatar que hace falta una desalinizadora en el Alt Empordà, es imprescindible disponer de los datos de consumo exactos que sirvan como argumentos. "Este plan se deberá debatir de cara al ciclo de planificación 2028-2033, con las evaluaciones de impacto ambiental correspondientes y el diálogo con los agentes económicos y sociales", señala. "Si la fórmula del Govern pasa por producir más agua, conviene plantear la regeneración en el Alt Empordà, como ya se hará en Figueres, puesto que el agua es mucho más barata y gasta menos energía que mediante la desalinización", añade.

Cabe recordar que desde que el Plan Especial de Sequía está en vigor, algunos de los municipios abastecidos por el acuífero Fluvià-Muga y el pantano de Darnius Boadella con restricciones activas incumplen las dotaciones máximas establecidas. "No se están haciendo los deberes", reprocha Maschio, quien opina que una infraestructura que garantiza "agua infinita" no ayuda a gestionar la escasez.

Desde Aigua és Vida, pese a no estar de acuerdo con una cuarta desalinizadora en Catalunya (sería la quinta si se cuentan las dos plantas de Blanes como infraestructuras distintas), ven con buenos ojos el hecho de que la gestión de la sequía sea una prioridad para el Ejecutivo de Salvador Illa. "Es una buena noticia que este tema sea una de las prioridades y confiamos en poder trasladar nuestra posición a la consellera", asegura el portavoz de la asociación.

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