Educación en Catalunya

La gestión del cheque escolar provoca confusión y malestar entre familias y escuelas

Direcciones y AFA piden que los 47 millones de la medida se destinen directamente a las aulas

Canjear los vales carga de burocracia a unos centros ya tensionados, denuncian las direcciones

Catalunya sube por tercer curso seguido el precio del comedor escolar: 7,25 euros al día por alumno

Una familia mira material escolar para la vuelta al cole, este martes en Barcelona.

Una familia mira material escolar para la vuelta al cole, este martes en Barcelona. / Zowy Voeten

Helena López

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Tras las quejas del curso pasado de familias que no entendían por qué un vale pensado para aliviar la vuelta al cole no les servía para sufragar la cuota de material escolar, el Govern introdujo algunos cambios y este curso sí existe esa opción, lo que también está provocando tensiones en los centros educativos. Escuelas e institutos apenas tienen hasta el 30 de noviembre (cuando el dinero lo necesitan a lo largo del curso) para canjear los cheques en unas tiendas determinadas, que son las adheridas a la campaña y en las que no siempre pueden adquirir lo que necesitan. "Se ha traspasado la gestión a los equipos directivos y no es nada sencilla", denuncian desde un instituto catalán. En cuanto a la organización, los centros no entienden por qué se otorgan unos recursos directamente a las familias y, en cambio, a las escuelas se les niega financiación "para cosas tan básicas como arreglar lavabos". Para madres y padres, se trata de un trámite laberíntico que está provocando mucha confusión.

"Los centros públicos, sobre todo de secundaria, están en un estado bastante lamentable en cuanto a instalaciones", cuestiona la misma voz. "Es un invento político para contentar a la gente a corto plazo; un gasto absurdo y muy poco eficaz", se pronuncia Mar Hurtado, presidenta de la Associació de Mestres Rosa Sensat.

Lo que han hecho es trasladar a las familias la responsabilidad del Departament, que cedan el dinero con un clic

Lidón Gasull

— Directora de la aFFac

El vale escolar echó a andar el curso 23-24. Entonces se distribuyó entre todo el alumnado de primaria (de primera a sexto) por un valor de 100 euros (dos vales de 50 euros por crío). Además del hecho de no servir para pagar la cuota de material escolar que exigen los centros públicos, la primera edición de los vales también fue muy criticada por ir dirigida únicamente al alumnado de primaria, cuando el de secundaria es el que gasta más dinero en libros al inicio de curso. Por ello en esta segunda edición el cheque se ha ampliado a la secundaria, lo que ha hecho rebajar el importe asignado. En vez de ser 100 euros por niño, este año son 60 (dos vales de 30). Los vales han sido enviados a los buzones de los 790.000 alumnos catalanes de primaria y secundaria (lo que supone una inversión de 47,4 millones, una cifra que casi iguala los 50 que el anterior Govern preveía destinar a las medidas para remontar PISA y que quedaron en el limbo tras la no aprobación de los Presupuestos que desencadenó en el adelanto electoral).

El vale escolar es un invento político para contentar a la gente a corto plazo; un gasto absurdo y muy poco eficaz

Mar Hurtado

— Presidenta Rosa Sensat

"Esta reducción del importe del vale, pese a que el inicio del curso pasado fue el más caro de la historia [y este volverá a serlo], demuestra hasta qué punto falta una estrategia de política pública eficiente que esté al servicio de las familias. La medida incluye alumnado tanto de escuelas públicas como de privadas y se distribuye sin considerar ni la renta familiar ni las diferencias de cuotas de material que pagan las familias. Como no se trata de una medida destinada a los centros públicos ni dirigida a las familias más vulnerables, lejos de reducir la desigualdad económica, la acentúa", critican desde Associacions Federades de Famílies d’Alumnes de Catalunya (AFFac), el colectivo que representa a más de 2.400 asociaciones de familias.

"Cesión voluntaria"

Los vales deben activarse a través de la página web valescolar.cat, algo que puede hacerse hasta el 30 de noviembre, fecha a la vez límite para canjearlos por material escolar en los establecimientos adheridos a la campaña (los que tienen el cartelito colgado en la puerta). Al entrar en la web, esta ofrece también la opción de cederlos voluntariamente a la escuela para reducir la cuota de material escolar.

"Lo que necesitan los centros es que se agilice la burocracia, no que se les cargue con más gestiones", cuestiona Lidón Gasull, directora de la aFFac. "La educación pública debería ser gratuita y tenemos unas cuotas de material que están haciendo que no lo sea, por lo que esa partida se debería entregar a los centros para que estas se reduzcan o desaparezcan", añade Gasull.

Más allá de estas cuestiones de fondo, otras quejas apuntan a que los vales deben gastarse íntegramente en el mismo establecimiento (no te devuelven el cambio), lo que fomenta que se acabe acudiendo a las grandes superficies. Y, en el caso de las direcciones, se trata de un sistema poco operativo porque en muchos centros el princial gasto de material son las fotocopias y este servicio que no puede pagarse con vales. El cheque excluye también los libros socializados (muy popular en las escuelas que aún usan libros de texto, comprados años anteriores y que pasan de curso a curso) o los de segunda mano, que muchas familias compran por su cuenta en plataformas como Wallapop.

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