Gestión hídrica

La ACA trabaja para evitar el cierre del pantano de Sau al empeorar la calidad del agua por las altas temperaturas

Se restringe el vaciado del embalse para no "dar de comer" a las algas de Susqueda

Enrique Velasco, jefe de recursos hídricos de la ACA: "Con cada riada, empieza una nueva sequía"

El pantano de Sau.

El pantano de Sau. / ACN

Guillem Costa

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La gestión quirúrgica de la combinación de pantanos Sau-Susqueda (ambos en el curso del río Ter) ha sido durante toda la sequía una de las claves para garantizar el abastecimiento. El embalse de Sau está más arriba que el de Susqueda. Por tanto, el agua de las lluvias llega primero a Sau. "La calidad del recurso que va llenando este pantano de forma natural no es siempre la mejor, por esta razón nos encargamos de manejar las aperturas y los cierres de la presa al detalle", cuenta Enrique Velasco, jefe de gestión de recursos hídricos de la ACA (Agència Catalana de l'Aigua).

La misión de los técnicos del ACA es no poner en riesgo la calidad del agua que llega a Cardedeu en pleno verano y, a la vez, mantener el engranaje Sau-Susqueda

En estos momentos, Sau se encuentra por encima del 20% de su capacidad. En los peores momentos de la sequía bajó hasta el 1%, mientras que tras la recuperación alcanzó el 40%. El estado del agua, ahora mismo, es heterogéneo: "En las capas superficiales, hay presencia de algas y en las inferiores la calidad es mala por los limos". Las altas temperaturas no solo han favorecido la evaporación, sino que también han empeorado la situación del agua. En estas circunstancias, es imprescindible estar muy pendiente de qué agua se envía a Susqueda.

"Si mandamos fósforo y nitrógeno a Susqueda, estamos alimentando a las algas"

Enrique Velasco

— Jefe de recursos hídricos de la ACA

"Constantemente escogemos: a veces es mejor sacar el agua superficial y en otras ocasiones es ideal trasladar río abajo la de las profundidades", detalla Velasco. ¿Y cómo se está gestionando durante estos días? Con un objetivo prioritario: evitar el confinamiento del embalse. Dicho de otra forma, se intenta conseguir que siempre quede una compuerta de la presa disponible que permita enviar a Susqueda agua que proceda de la parte más honda del pantano.

Nitrógeno y fósforo

El agua de la parte inferior, en verano, contiene fósforo y nitrógeno, que aparecen por el calor y la luz: "El embalse es más ácido". Estas dos sustancias son "alimento" para las algas. "Si mandamos fósforo y nitrógeno a Susqueda, estamos alimentando a las algas y facilitando su proliferación, lo que podría ser un problema para la potabilización del agua", precisa Velasco. Si se desembalsa demasiada agua y Sau se vacía, solo quedará libre la compuerta inferior. Y como no se pretende trasladar fósforo y nitrógeno, se tendría que confinar el pantano y dejar de llevar agua hacia Susqueda.

Esta es la explicación por la que las reservas de Sau disminuyen a un ritmo bajo: para tener siempre disponibles dos compuertas y no solo la inferior. "Cuando la calidad del agua era mejor, en primavera, trasladábamos agua sin cesar", señala Velasco. La idea de la ACA, siempre que se puede, es llenar Susqueda con agua de buena calidad, que después terminará en la planta de tratamiento de Cardedeu. "No obstante, hace unas semanas cambiamos la estrategia y decidimos ir más lentos y ahora nos interesa que Sau baje a ritmo muy lento para no tener que confinarlo".

El mantra de la ACA es que el agua de Susqueda es "sagrada". Los técnicos trabajan con un gráfico complicadísimo que se podría definir como "el Jason Pollock del engranaje Sau-Susqueda". Se pueden observar las líneas con las reservas de ambos pantanos y, en forma de manchas difuminadas, aparecen las variaciones de los últimos meses. Es a partir de esta "biblia" que el equipo de abastecimiento y recursos hídricos de la agencia decide cuánta agua de Sau se puede dejar ir hacia Susqueda.

"Durante los próximos días, si no hay más lluvias y la situación del agua de Sau cambia, seguiremos reduciendo el hilo de agua que llega a Susqueda", advierte Velasco. De todas formas, siempre conviene que una mínima cantidad de agua circule, para que los pantanos no almacenen agua completamente estancada. En pleno verano, y con una situación mejor que la de meses atrás, pero que no permite triunfalismos, la gestión de este delicado engranaje seguirá siendo uno de los protagonistas de las reuniones semanales en la ACA.

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