Crisis hídrica

Un día a los mandos del gran grifo de Catalunya: el verano obliga a una gestión quirúrgica del agua

EL PERIÓDICO entra en la sala donde se decide cómo actuar en los pantanos durante el verano

Las lluvias no evitan el descenso de los embalses catalanes: "En otoño puede volver la excepcionalidad"

Agua saliendo de la presa del pantano de Sau.

Agua saliendo de la presa del pantano de Sau. / FERRAN NADEU

Guillem Costa

Guillem Costa

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Son las ocho de la mañana de este pasado jueves. Enrique Velasco recibe una alerta: el caudal del curso medio y bajo del río Ter ha aumentado tras las últimas lluvias. Después del aviso, Velasco, que es el jefe de gestión de recursos hídricos de la ACA (Agència Catalana de l'Aigua), activa a su equipo. En poco tiempo, analizan cómo responder a una pregunta: ¿es viable reducir la cantidad de agua que sale del embalse de Susqueda para preservarla, aprovechando que el río ha cogido algo de aire?

"Preguntamos a los regantes de la zona cuál es su situación y nos dicen que no han tenido ningun problema", explica Velasco. Por lo tanto, la respuesta a la cuestión es afirmativa. En poco más de una hora, a las nueve y veinte minutos, se da la orden y el chorro de agua que mana de la presa de Susqueda disminuye.

Las crecidas de los ríos se pueden seguir al minuto.

Las crecidas de los ríos se pueden seguir al minuto. / ZOWY VOETEN

En paralelo, se estudia el escenario en el Llobregat. En este río también ha llovido. "Cuando esto sucede, la calidad del agua que tratan las depuradoras empeora y las potabilizadoras no pueden trabajar", detalla este veterano dirigente de la ACA. "Por este motivo, también hemos decidido dejar salir menos agua de los pantanos de este segundo río que abastece el área metropolitana", argumenta. "Hemos avisado a Endesa y ya está, así de fácil", zanja.

"Las decisiones son quirúrgicas y siempre parten del análisis pormenorizado de datos"

Enrique Velasco

Este último detalle es importante para recordar que las compañías eléctricas, en las cuencas internas, no deciden jamás cuándo se abren o se cierran las llaves de paso de los embalses destinados al agua de boca: "A Endesa, nosotros le decimos lo que tiene que hacer. Que se aprovechen los picos para generar hidroeléctirca es una especie de daño colateral, pero este uso no está contemplado en las comisiones de desembalse".

Colapso de la presa

Estos dos casos recientes demuestran cómo se maneja el gran grifo imaginario (pero real) de Catalunya. Algunos se podrían imaginar una gran pantalla en un centro de control imponente, pero la realidad es que todo funciona con ordenadores. "Y pronto lo haremos desde el móvil. Es menos espectacular pero igual de eficaz", sentencia Velasco, que recibe a EL PERIÓDICO en su despacho. Es entre estas cuatro paredes acristaladas donde cada día, junto con el director de área de abastecimiento, Jordi Molist, y su equipo, se toma el control de este grifo esencial.

Análisis de la situación en el embalse de Susqueda.

Análisis de la situación en el embalse de Sau. / ZOWY VOETEN

"Las decisiones son quirúrgicas y siempre parten del análisis pormenorizado de datos", cuenta Velasco. Está todo informatizado, sí. Pero la inteligencia artificial todavía no es la protagonista: "Quienes examinamos los números al minuto y dictaminamos qué hacer o dejar de hacer somos personas de la ACA".

Pero para alcanzar este nivel de precisión han tenido que pasar varias décadas. En la opinión de Velasco, todo se remonta a octubre de 1982, cuando se desmoronó la presa de Tous: "Es entonces cuando empieza la gestión del agua en España.

"Estábamos en periodo electoral y llovía a raudales. Carrillo dijo 'llego yo y llega la lluvia', y la lluvia llegó, pero bien llegada", rememora. Aquel desastre evidenció que para dotar de seguridad a los pantanos se requerían datos. Si no, no había nada que gestionar. A partir de este punto, se creó el sistema SAIH (Sistemas Automáticos de Información Hidrológica).

Correr o caminar

En el caso de las cuencas internas, las cifras hídricas llegan cada cinco minutos. En la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro), cada quince. "Nuestra cuenca es más pequeña, todo va más rápido. Ellos caminan, nosotros tenemos que correr", aclara Velasco.

Evolución del caudal del río Ter.

Evolución del caudal del río Ter. / ZOWY VOETEN

¿Cuáles son las variables que conducen a unas decisiones u otras? Velasco lo resume con algunos ejemplos: "Se tienen en cuenta todo tipo de circunstancias: la temperatura, la meteorología, la situación de los ríos, la calidad del recurso. En verano, por ejemplo, todo es más difícil".

Uno de los buques insignia de la ACA es la página web 'agua en tiempo real'. Esta interficie, que es parcialmente pública, almacena una cantidad de datos infinita que solo pueden consultar los técnicos de la agencia. "Una gran parte de la información es pública y está democratizada, de hecho hay mucha gente que está constantemente pendiente del agua, pero nosotros tenemos acceso a más capas", señala Velasco.

Temperatura, meteorología, situación de los ríos o la calidad del agua son elementos que se valoran a la hora de tomar decisiones

"Cuando llueve, es cuando los mapas son más bonitos", explica sonriente mientras pone el cursor sobre el caudal del río Ondara, que ha aumentado en las últimas horas. Para él, la responsabilidad sobre qué hacer con el agua y los pantanos no es pesada, sino más bien un entretenimento imprescindible, reconoce: "Yo, cuando estoy de vacaciones, también abro la página y estoy al tanto. En realidad, entro cada día, varias veces, aunque esté de fin de semana caminando por la montaña". Estos datos densos son su pasión.

Crisis económica

"Fíjate, aquí llovió casi 30 mm, pero no repercute en los ríos perque la tierra estaba muy seca y se ha tragado toda el agua que ha caído", avisa, centrando la atención en un punto del Ripollès. El método pionero que la ACA desarrolló, junto con un grupo de investigadores de la Universidad Politècnica de Catalunya (UPC), aún funciona. "Nos permite saber cuánta agua irá a las rieras, arroyos y ríos aunque en aquella ubicación no dispongamos de un pluviómetro", remarca.

La fórmula que lo facilita se inspiró en un modelo de los franceses. Pero ahora lo han copiado en otras partes del mundo. "Algunos hasta lo han mejorado, pero en la ACA fuimos de los primeros en utilizar este tipo de datos", se felicita. Con la crisis económica, este grupo de investigación de la UPC dejó quedó diluido.

Enrique Velasco, jefe del departamento de gestión de recursos hídricos de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA),

Enrique Velasco, jefe del departamento de gestión de recursos hídricos de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), / ZOWY VOETEN

No obstante, según Velasco, los datos con los que opera la ACA son modernos y muy precisos. Decisiones mediáticas como las de (casi) vaciar el pantano de Sau y activar una operación de pesca, aunque puedan parecer políticas, tienen su origen en este ordenador.

Suscríbete para seguir leyendo