Estructuras inservibles

La mitad de las placas solares térmicas instaladas en Catalunya en los 2000 no funcionan

El sector ve en el problema una oportunidad para sustituir este sistema por placas fotovoltaicas, aunque el elevado coste es un obstáculo

El suministro eléctrico procedente de renovables crece solo un 0,6% en Catalunya en 2023

Instalación de autoconsumo fotovoltaico.

Instalación de autoconsumo fotovoltaico. / SOLAR360

Guillem Costa

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Durante la década de los 90 y los 2000, las ordenanzas municipales, de forma pionera, obligaban a reservar un espacio de las nuevas construcciones para generar energía solar. Lo más habitual, en aquella época, tanto en casas unifamiliares como en bloques de pisos, era instalar placas solares térmicas, que servían para calentar el agua. Ahora, 20 años después, al menos la mitad de estas placas que hay en Catalunya están en desuso o funcionan por debajo de su capacidad, según los cálculos de UNEF (Unión Española Fotovoltaica).

En Barcelona, según datos a los que ha accedido EL PERIÓDICO, una de cada cinco de estas instalaciones, de las 2.700 que hay, están en la misma situación. Las auditorías realizadas en lugares públicos pero también privados han permitido calcular este porcentaje. Cabe tener en cuenta que las instalaciones solares térmicas ofrecen un buen rendimiento cuando el consumo de agua caliente es continuo, como ocurre en centros deportivos u hoteles. En cambio, en las casas particulares, donde el uso es más intermitente, plantean dificultades.

"Cuando las placas eran un elemento deseado y conocido por los usuarios, funcionaron. Cuando se convirtieron en algo forzoso, no"

Salvador Salat

— UNEF Catalunya

Los inconvenientes más habituales son la falta de mantenimiento técnico (junto con la falta de recursos para realizarlo) y el bajo precio de la alternativa (gas o electricidad). "Es un gran problema", sentencia Salvador Salat, portavoz de UNEF en Catalunya. Lo importante, según su punto de vista, es analizar cómo hemos llegado hasta este escenario de baja eficacia. "Los usuarios que en los 90 querían placas solares térmicas y eran conscientes de lo que instalaban han realizado el mantenimiento necesario", asegura. En cambio, los que optaron por este método "por obligación", no. "Cuando eran un elemento deseado y conocido, funcionaron. Cuando se convirtieron en algo forzoso, no", resume.

Salat lo entiende como una lección: "Mi reflexión es que no podamos obligar a la gente a hacer las cosas si antes no la convencemos. Sucede lo mismo con los cargadores de coches eléctricos, que mucha gente instalará en su casa sin sentido alguno". En algunos casos, las placas solares térmicas no se llegaron a poner en funcionamiento. Se instalaron, como marcaba la ley, y ya está.

Del gas a la electricidad

La falta de mantenimiento y conocimiento ha provocado que los depósitos de agua se estropearan o que las burbujas de agua provocaran problemas. Además, cuando el uso de agua caliente no es suficiente y constante, las resistencias del sistema sufren. En verano, cuando hay más sol, este método produce más energía. Pero en los hogares, este periodo coincide con la época en la que se usa menos el agua caliente. "Se trataba de una propuesta interesante, pero limitada para la mayoría de casos", dice Salat.

El coste de pasarse de las placas solares a las fotovoltaicas puede ascender a 10.000 euros y no hay ayudas

Para el miembro de la asociación en defensa de la fotovoltaica, es un "fracaso" disponer de tantas placas solares instaladas pero sin que funcione. ¿Y qué solución propone al respecto? "La clave es pasarse a las placas fotovoltaicas, es decir, las que generan energía eléctrica", opina. En realidad, Salat ve en el problema una oportunidad para acompañar a una transición que sustituya las solares térmicas de las casas particulares por solares fotovoltaicas, si se combina con una electrificación del hogar (pasarse del gas a la electricidad): "Si una familia se plantea dejar atrás el gasóleo o el gas y electrificar el sistema de su casa, vale la pena que transforme las solares térmicas en solares fotovoltaicas, porque le saldrá a cuenta".

El obstáculo para culminar este cambio es económico. Los costes de esta transición son elevados (puede ascender a los 10.000 euros) y a día de hoy no hay ayudas para afrontarlo. "Un buen ejemplo es lo que han hecho en el Centro de Natación Mataró. Tenían una cubierta de placas solares para calentar la piscina y las han cambiado por fotovoltaicas y lo han electrificado todo", cuenta. Pero admite que, para la gran mayoría de las familias, el precio es inasumible.

Combinable con aerotermia

En Barcelona, se han realizado renovaciones de instalaciones térmicas sin pasarse a las fotovoltaicas. Muchos hoteles y recintos deportivos mantienen los sistemas y los utilizan para calentar el agua. Según afirman fuentes del ayuntamiento, estas operaciones han permitido ampliar su vida útil. En otros casos, sí se ha optado por cambiar de sistema y evolucionar, tal y como ha hecho la normativa.

"Si miras las ciudades a vista de pájaro, piensas que se están haciendo las cosas bien, porque ves una gran cantidad de placas. la mayoría no funcionan"

La ley, a día de hoy, no tiene nada que ver con la de principios de siglo. En aquel momento, el camino a seguir era la solar térmica. "Y aunque es cierto que había una cláusula que te permitía combinar otros sistemas, era la alternativa más viable", detalla Salat. Ahora, la obligación menciona un porcentaje "renovable". Pero no se explicita si tienen que ser placas fotovoltaicas o sistemas como la aerotermia. Esta última opción es la que estan eligiendo la mayoría de promotores inmobiliarios. "Lo ideal es combinar la aerotermia con las fotovoltaicas para abaratar costes", sostiene el experto en energía solar.

No obstante, para los edificios que no son de nueva construcción, sigue sin haber una solución fácil y económica que ponga fin a la presencia de placas solares térmicas en desuso. "Si miras las ciudades a vista de pájaro, piensas que se están haciendo las cosas bien, porque ves una gran cantidad de placas. Pero la realidad es que la mayoría son de hace 20 años y no funcionan", zanja Salat.

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