Inquietud en Asturias

El lobo llega a las puertas de Gijón y lanza dos ataques a terneros

Los ganadores temen que ante la falta de comida en el monte el animal se aventure a lugares más poblados

MULTIMEDIA | El regreso del lobo sacude la Catalunya rural

Uno de los terneros víctimas del ataque del lobo cerca de Gijón.

Uno de los terneros víctimas del ataque del lobo cerca de Gijón.

A. De la Fuente

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"Piensas que el lobo puede aparecer en cualquier momento, pero nunca piensas que va a ser tu ganado el que sufra un ataque". Habla el ganadero Marcelino Castiello. Este gijonés, que lleva 20 de sus 41 años dedicados a la ganadería, ha perdido dos terneros en las dos últimas semanas en las fauces del lobo. Estos sucesos han puesto en jaque a todo el sector local, que ahora teme que el cánido haya llegado para quedarse. Por eso, y para evitar más pérdidas, los profesionales urgen medidas a la Administración: "Ahora estamos con las espaldas abiertas. Tienen que hacer algo".

Entre los dos ataques a las reses propiedad de Castiello hubo unos diez o doce días de diferencia. Todo tuvo lugar en la Cabaña del Marqués, en Rioseco de Caldones, apenas a 12 kilómetros de Gijón. En ambos casos los animales, dos terneros, tenían mordeduras por el cuello, lo que invita a pensar "que todo fue cosa del lobo". "En 20 años que subo allí el ganado nunca había tenido ningún incidente hasta ahora", reseña el ganadero.

La preocupación cunde entre los ganaderos, que piden la intervención de la Administración para controlar al cánido

Por ahora no constan más ataques en otras ganaderías locales. "La finca está en lo más alto del monte, por lo que lo lógico es pensar que es la primera por la que entró el lobo", adivina el ganadero, que ante el cariz que han tomado los acontecimientos ha decidido retirar sus animales del paraje.

"En este momento estamos todos en alerta, porque el lobo puede ir para cualquier sitio"

La noticia de los ataques sufrido por las reses de Castiello corrió como la pólvora entre los ganaderos gijoneses, haciendo cundir la preocupación. "Ahora estamos con las espaldas abiertas", advierte Héctor Menéndez, que vaticina que ante la falta de alimento en lo alto del monte, después de que Castiello retirase sus animales, los lobos "comenzarán a moverse por un lado y otro del concejo". "En este momento estamos todos en alerta, porque puede ir para cualquier sitio", advierte Menéndez, que tiene claro de quién debe ser ahora la responsabilidad para tratar de atajar esta problemática: "Es la administración quien debe poner medidas".

"No es lo mismo un ataque o un avistamiento en los Picos, en un entorno totalmente salvaje, que en Gijón"

Además de una honda preocupación y quitarles muchas horas de sueño, estos ataques pueden provocar también un importante agujero económico a los ganaderos locales, según alerta José Antonio Migoya, director de la Fundación Caja Rural de Gijón. Y se explica: "Estos ataques van a obligar a los ganaderos a cambiar de dinámica en su trabajo. Van a tener que pasar de estar tranquilos a tener que guardar a los animales en las cuadras. Y esto, irremediablemente, les obligará a gastar más dinero en alimento".

Más allá de esto, para Migoya la irrupción del lobo en Gijón son "palabras mayores". "Aquí estamos acostumbrados casi a convivir con el jabalí, pero tener al lobo aquí, casi en la costa... Hay quien dice que han llegado a ver a dos lobas paridas. No es lo mismo escuchar un ataque o un avistamiento en los Picos, en un entorno totalmente salvaje, que en Gijón", afirma con preocupación.

Para Migoya ahora la pelota está también en el tejado de la Administración. "Esperemos que no haya que esperar a que haya un ataque a un humano para que se tomen medidas", señala.

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