Educación en Catalunya
'La Milla de La Mina': el día que los chavales del instituto-escuela convierten su barrio en la gran atracción de su ciudad
La ya tradicional carrera popular, organizada por el alumnado de segundo de ESO, supera en su cuarta edición el millar de participantes
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Helena López
Redactora
Ahmed y Abdul lucen chaleco fluorescente y la sonrisa tímida de las ocasiones especiales. Tienen 13 años y, como el resto de sus compañeros de segundo de ESO del Institut Escola (IE) La Mina, este jueves son los anfitriones, algo que les emociona, impresiona y enorgullece a partes iguales. "Siempre es mejor hacer las cosas juntos que estar solos", responden a cómo se sienten al ver que más de mil personas (los dorsales no engañan) han respondido a su invitación. "El año que nos toca montarlo a nosotros y logramos una cifra récord de participantes", saca pecho otro de sus compañeros. No es para menos. Impresiona ver el ambiente frente a la escuela y pensar en que todo eso lo han organizado ellos. Hoy forman parte de la batucada –su 'posición' hoy, junto al arco rojo de la salida y la meta–, pero este es solo uno de los muchos papeles que han jugado durante todo el trimestre para organizar La Milla de La Mina. No solo Ahmed y Abdul, sino el resto de sus compañeros, que hacen desde pizpireta 'speaker' hasta repartidor de aguas y fruta o de informador.
El alumnado de segundo de ESO fue el encargado de ir por todas las escuelas e institutos de Sant Adrià de Besòs, su ciudad, a explicar qué es La Milla de La Mina. Su nombre, sin embargo, lo deja bastante claro: una carrera popular de una milla ["1.609 metros", precisan los chavales] por el barrio de La Mina, el suyo, a la que invitan a sus vecinos, al tiempo que envían correos a los medios de comunicación para animarles a hacerse eco de la iniciativa, englobaba en un proyecto global en el que trabajan los hábitos saludables y en el que se vuelca todo el claustro, para los que no hay en la ciudad suficientes premios.
'Vibes' de verano
Carmen, compañera de clase de Ahmed y Abdul, es la encargada de recibir a los colegios y acompañarles al guardarropa (ubicado dentro del centro), para que puedan dejar sus cosas antes de la carrera. Como el resto de pequeños organizadores, lleva, ufana, su chaleco amarillo y sujeta con sus manos de uñas extralargas, seña de identidad de la adolescencia de 2024, carteles con los nombres de los distintos centros participantes: Vázquez Montalbán, Sant Gabriel...
A su lado, Nazareth, Rebeca, Janet, Maria, Tamara y Joaquina, un grupo de chicas de tercero de ESO que el año pasado, en la tercera edición, estaban como ellos hoy. "Es un día emocionante; ser organizadora te hace sentir importante", explica una de ellas. "Lo que más me gusta de La Milla son las ‘vibes’ de verano; estamos en la calle, con la música", dice otra. Razón no le falta. El sol brilla y suenan The Tyets mientras van llegando los primeros corredores a la meta y se remojan las cabezas.
Entre el público, medio barrio, con toda su diversidad. Montse Espuga, desde hace 14 años la implicada directora de la biblioteca de La Mina, explica que viene "a aplaudir" a todos los que la saludan, que no son pocos. En la biblioteca hacen clases de alfabetización a las que asisten muchas madres de la escuela que hoy se han acercado a animar a sus hijos y, algunas, incluso a correr. Una de las novedades de este año es que también han invitado a la escuela de adultos, así como a la de educación especial Nuestra Señora de la Esperanza, en Via Trajana, y –como invitados especiales de fuera de la ciudad–, a los alumnos del instituto Bernat Metge de La Verneda (Barcelona).
Entre los más emocionados de la jornada están Marta del Campo, la entregada directora del instituto-escuela; Cesc Gacia –el profesor de educación física e ideólogo de la iniciativa, quien siempre tuvo claro que la escuela tenía que penetrar en el barrio y lleva años picando piedra para lograrlo–, y Carmen Galindo, durante 20 años presidenta de la plataforma de entidades. "Esto es una gozada para el barrio. En la tele siempre sale lo malo, pero en el barrio se han muchísimas cosas bonitas como esta. Para Sant Jordi regalamos rosas a todos los vecinos y para el día de las mujeres leemos un manifiesto en la plaza; lo leo yo", defiende esta mujer de 77 años, una institución en La Mina, donde vive desde hace 52, quien relata con orgullo que es abuela de 13 nietos, siete de ellos universitarios. "Cinco que ya han acabado y dos que están en la universidad todavía", precisa.
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