Víctor Dieste, profesor en el barrio de Sant Roc: "Tenemos alumnado que no tiene informe de notas porque no viene lo suficiente"

Todo empezó en el cau, donde Víctor Dieste se inició a los ocho años y donde, ya de monitor, descubrió su vocación docente. Estudió Química, con la idea de hacer después el máster para convertirse en profesor de instituto. No entró por una décima, y el año de impás entre que terminó la universidad y pudo entrar al máster lo dedicó a hacer un voluntariado en el Casal dels Infants en el centro abierto que gestionan en Sant Roc (Badalona), en las instalaciones del Institut Escola Baldomer Solà. A esta escuela es a la que, a sus 27 años, dedica su energía; en el barrio de Badalona que concentra más desahucios, uno de los más pobres de Catalunya y donde el absentismo escolar sigue siendo asignatura pendiente.

-¿Cómo fue el aterrizaje? Las realidades que encontraría en Sant Roc distarían bastante de las sus niños en el 'cau' del Eixample.

-Sí. Me pusieron en el grupo de 'mayores', de cuarto a sexto de primaria, dos tardes a la semana. Hay mucha diversidad. Hay personas de origen paquistaní, de América Latina… aunque mayoritariamente son de etnia gitana. El 'casal', al que vienen niños de varias escuelas, es más diverso. En la escuela, un 70% de alumnado es de etnia gitana. Lo primero que me llamó la atención fue el vocabulario que usaban, era muy distinto al que estaba acostumbrado.

-¿Distinto?

-Todo el mundo habla en castellano y muchos tienen dificultades para expresarse, falta de vocabulario...

"Nuestro principal reto es reducir el absentismo; si no vienen a la escuela no pueden coger hábitos ni rutinas…"

-¿Hablarles en catalán fue uno de sus retos? 

-Creo que es importante hablarles en catalán, porque tienen pocos lugares de referencia en los que se les hable en catalán; pero el gran reto era disminuir la conflictividad. Explotaban muy rápido cuando les pasaba cualquier cosa. Y, después, los problemas en lectoescritura. En el espacio que teníamos para hacer deberes detecté a alumnos de sexto que no sabían leer ni multiplicar, y sumar y restar lo hacían con dificultades.

"En el Baldomer sufrimos una doble segregación, la urbanística, de Sant Roc y, dentro del barrio; aunque esta es una escuela en la que se dan oportunidades"

-Y vio que el instituto en el que debía de trabajar era ese.

-Sí. Las educadoras tenían mucha vocación, lo hacían muy bien. Me sentía muy cómodo con el equipo y con los niños.

-¿Ha notado cambios en los seis años que han pasado desde entonces?

-Sí, los niños que van al casal y van siguiendo, se nota mucho. Y los que van a la escuela, también. Pero cuando hay absentismo, el progreso que ves en unos no lo ves en los otros, y es un poco frustrante. No sabes qué hacer. Si no vienen a la escuela no pueden coger hábitos ni rutinas… El absentismo es el principal problema que tenemos en el centro. De hecho, los objetivos del centro son, el primero, reducir el absentismo; el segundo, mejorar la convivencia, y el tercero, es el nivel académico.

-¿Qué estrategia siguen para reducir el absentismo?

-Tenemos un protocolo. Pero a veces por la parte administrativa nos falta un poco de apoyo. Tú puedes irlos citando, irlos llamando, pero si después no hay nadie que cuando tú lo traspasas haga nada al respecto... Nosotros podemos ir insistiendo, pero después, ¿qué?

"Para nosotros es muy importante que tengan herramientas para el día de mañana; que puedan aspirar a tener un futuro"

-¿Nota alguna mejora?

-¡Sí! Con el nuevo protocolo he visto a alumnos que faltaban mucho y faltan menos e incluso han pasado a tener informe.

-¿Informe? 

-Nosotros tenemos a un importante porcentaje de alumnado que no tiene informe de notas porque no viene lo suficiente a la escuela. 

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-Tremendo... ¿Y cómo lo hacen para seguir el curso con el resto?

-Los absentistas cuando vuelven no suben directamente al aula. Se les hace un protocolo de acogida para que puedan volver. Y hay un plan de diversificación curricular para alumnos que quizá ahora están viniendo, pero han pasado un tiempo sin venir. Hay alumnos de tercero de ESO que tienen un nivel de cuarto de primaria. Y claro, la diferencia es tan grande que dentro de una misma aula incluso se acaban agobiando, por eso tenemos este plan de diversificación curricular que creo que está funcionando muy bien. Me vienen a la cabeza un chico y una chica que antes estaban en el aula ordinaria conmigo y han pasado al aula abierta. Han reducido mucho su absentismo y han estado viniendo y trabajando cada día y con una actitud muy abierta y muy guay. 

El proyecto estrella de la escuela es el FestiBaldo, festival internacional de cortos de Sant Roc organizado por los alumnos de cuarto de ESO

-Cuando dice lo de pasar del aula ordinaria al aula abierta, ¿a qué se refiere?

-A un grupo más pequeño por el que pasan menos docentes; cuando tienen menos referentes normalmente se vinculan mejor. 

-¿A qué edades se puede derivar a un alumno al aula abierta? 

-En tercero y cuarto de ESO. Pero tampoco es un recurso para los más absentistas, porque no lo aprovecharían.

-¿Son aulas para 'recuperar' a los que quieren volver?

-Sí, y lo ideal sería que pudieran volver al aula ordinaria, pero siendo realistas, no pasa.

-¿La idea es que se puedan graduar?

-Que acaben sabiendo leer y escribir; cosas básicas. Para nosotros es muy importante que tengan algún recurso con el que poder continuar, por ejemplo, un PFI. Que tengan herramientas para el día de mañana; que puedan aspirar a tener un futuro, con las desigualdades que hay, con la segregación urbanística que hay aquí, en el barrio. Además, aquí no hay solo segregación urbanística, también hay segregación escolar.

"En el día a día hay que apagar un montón de incendios, y el tiempo que podrías dedicar a construir lo acabas dedicando a lo urgente"

-¿Una doble segregación?

-Sí. Aquí dentro del barrio los que vienen al Baldomer son los que han sido segregados. Y el Baldomer es un lugar en el que se pueden dar muchas oportunidades, y se acompaña mucho. Pero es una etiqueta que nos persigue, pese a ser un instituto escuela con un proyecto innovador y un personal muy potente.

-¿Qué necesitarían para ir más allá?

-Más docentes para hacer más codocencias. Y más aulas. Vamos muy cortos de espacios. Aunque fueran unos barracones durante un tiempo en el patio para un aula de música, que no tenemos, o un laboratorio. Porque tenemos un espacio que es taller, aula de música, laboratorio y de todo que hicimos para salir del paso. No tenemos un laboratorio en condiciones. 

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-¿Biblioteca tienen?

-Hemos hecho una biblioteca improvisada este curso en un aula un poco pequeña. Estaría muy bien poder tener una buena biblioteca; pero, sobre todo, necesitamos más profesionales, como un educador social. Tenemos tres trabajadores sociales, pero ningún educador. Y nos iría muy bien un psicólogo. Los docentes necesitaríamos una descarga. Hemos ido construyendo un instituto escuela de cero; y el problema es que en el día a día hay que apagar un montón de incendios por todas partes y el tiempo que podrías dedicar a construir lo acabas dedicando a lo urgente. Aunque se hacen muchos proyectos, ¿eh? Es un instituto escuela que no tiene miedo a cambiar. Innovamos mucho.

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-Explíquenos algunos de esos proyectos.

-El proyecto estrella es el FestiBaldo, el festival internacional de cortos de Sant Roc que organizan los alumnos de cuarto de ESO. Pero también es muy importante la creación del afa. Ha costado mucho, pero tenemos un grupo de madres muy implicadas, y esa es una línea de trabajo, aumentar el papel de las familias en la escuela para poder hacer más trabajo comunitario.

-¿Trabajo comunitario como el que sigue tejiendo desde el voluntariado?

-Este curso he estado una tarde a la semana en el centro de día y el curso que viene [que pasará a ser coordinador de primer ciclo de ESO], quiero seguir. Me gusta encontrármelos en el instituto, cuando pasan a primero de ESO, y conocerles ya del Casal. Y para la escuela, es muy importante la colaboración con un agente social como es el Casal.

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