El reto de la FP: que todos los alumnos se marchen de vacaciones sabiendo dónde estudiará en septiembre

El Departament d'Educació ha estrenado este curso un nuevo método de inscripción para la Formación Profesional (FP) que llevará a un 30% del alumnado a no poder matricularse hasta septiembre, con todos los nervios que eso conlleva para los chavales y sus familias, que se marcharán de vacaciones con la sensación de no tener los deberes hechos.

Con el nuevo sistema, más garantista, solo se matricularán en julio los alumnos que, por nota, hayan logrado plaza en su primera opción (el 70% del total, según informó la conselleria en una nota la semana pasada). El resto, es decir, miles -el Departament no ha dado aún cifras globales-, deberán pasar el verano en ascuas, así como los centros, que cerrarán sin tener las listas hechas, arrastrando todo ese trabajo a septiembre.

Con el anterior sistema, con una buena estrategia y una no tan buena nota podías pasar por delante de otro estudiante con mejor nota pero peor estrategia

"La idea es buena y el sistema es más justo, pero se deberían acortar los plazos para que tanto los centros como las familias pudiéramos irnos de vacaciones con el trabajo hecho", señala Alberto Vila, director del Institut Tecnològic de Barcelona (ITB).

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Con el nuevo método, una vez todo el alumnado que ha obtenido plaza en su primera opción esté matriculado este mes, se abrirá, ya en septiembre, una segunda tanda de inscripciones, en las que se empezará de cero, con el conjunto de plazas sobrantes, nuevamente priorizando la nota, lo que permitirá al alumnado acceder a una opción más deseada si hay vacantes.

Habrá alumnos que no podrán empezar el curso el primer día de clase, el 12 de septiembre

Cuando termine esta ronda, con las plazas sobrantes, se abrirá una tercera, siguiendo la misma lógica (alumnado, este último, que, por tempos, será imposible que empiece el curso el primer día de clase, el martes, 12 de septiembre).

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Con el anterior sistema, con una buena estrategia y una no tan buena nota podías pasar por delante de otro estudiante con mejor nota pero peor estrategia. Así, estudiantes con un 8,4 de nota y una primera opción de 8,5 y una segunda de 7, se podían quedar fuera de esa segunda opción de 7, por detrás de un alumno con un 7, pero con una primera opción de 7; pese a tener una nota casi un punto y medio más de nota.

"Más complicado de entender"

Situaciones como estas son las que evita el nuevo método, que Vila insiste en elogiar por su justicia, aunque "se ha convertido en más complicado para entender por parte de muchas familias, que no comprenden por qué si ahora se les ha asignado una plaza en una segunda opción no puedan matricularse".

"Muchas familias no comprenden por qué si ahora se les ha asignado una plaza en una segunda opción no pueden matricularse"

Alberto Vila

— Director del ITB

"Nosotros somos un centro muy demandado y tenemos pocas segundas opciones, pero en Grado Superior tenemos estudiantes que hacen doble preinscripción, universidad y FP, y acaban yendo a la universidad. Esto hará que estudiantes que se les ha asignado en segunda opción un centro diferente al ITB, al final pueda venir aquí... No es fácil gestionarlo, pero debe simplificarse y conseguir cerrarlo todo en julio", agrega Vila.

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Antes de establecerse el nuevo sistema, lo que hacían en el ITB era, con los agujeros que generaba la universidad, llamar al alumnado en lista de espera, por nota, uno a uno. "Eso generaba un efecto dominó, porque anulaban la matrícula en el centro en que se habían matriculado en segunda opción y dejaban un agujero ahí, pero tenías la opción de irte de vacaciones con la matrícula hecha. Nosotros ahora no podemos llamar a nadie, está todo centralizado", añade.

"En la Junta de Direcciones ya nos quejamos de que pasaría esto y no nos hicieron caso. El tiempo entre preinscripción y matrícula se tendría que reducir para que todo el mundo sepa dónde estudiará en septiembre", agrega al director de otro instituto de FP de Barcelona.

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