Seguridad ambiental

Un sistema de tanques de retención minimizaría episodios de vertidos como el de Polinyà

Los municipios de la cuenca del Besòs reclaman inversiones para disponer de estas infraestructuras y blindar la calidad del río y sus afluentes

La fiscalía abre investigación por el vertido tóxico en el Besòs que mató a más de 1.000 peces

Pere Aguiló muestra el depósito de la depuradora de La Llagosta donde se acumula parte del vertido tóxico.

Pere Aguiló muestra el depósito de la depuradora de La Llagosta donde se acumula parte del vertido tóxico. / MANU MITRU

Guillem Costa

Guillem Costa

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El Besòs y sus afluentes son ríos que conviven de forma obligada con el peligro de vertido tóxico. Y de forma demasiado recurrente, este riesgo se convierte en accidente, como ocurrió el pasado fin de semana en Polinyà, después de que ardieran varios polígonos. Sin embargo, hay métodos para dotar de más seguridad ambiental a las casi 5.000 industrias con potencial contaminante establecidas en la cuenca de este río.

"El Besòs no solo ha de ser un río potabilizable, sino que lo debe parecer"

— Albert Solà, gerente Consorci Besòs-Tordera

"Se deben construir infraestructuras de las que ahora mismo no disponemos. Es un problema de inversión", afirma en declaraciones a EL PERIÓDICO Albert Solà, gerente del Consorci Besòs-Tordera, del que forman parte 64 municipios. ¿Y cuáles son las infraestructuras necesarias? Tanques o depósitos en los que almacenar los posibles vertidos corrosivos. "A medio plazo, se tendrán que acabar construyendo, si pretendemos culminar la transformación del Besòs", considera Solà.

Besòs y depuradora de La Llagosta, que sigue sin funcionar a pleno rendimiento tras el vertido tóxico del sábado

Besòs y depuradora de La Llagosta, que sigue sin funcionar a pleno rendimiento tras el vertido tóxico del sábado / MANU MITRU

Fuentes de la ACA (Agència Catalana de l'Aigua) señalan la posibilidad de elaborar planes integrales de gestión de los sistemas de saneamiento para prevenir accidentes como el de Polinyà. Es decir, podrían ser los municipios o la ACA quienes sufragasen el coste de estos tanques, que podrían instalarse tanto junto a las industrias como en las depuradoras correspondientes.

Los depósitos permitirían bloquear los contaminantes y evitar que llegasen a las redes de alcantarillado

¿Pero qué cambiaría con la presencia de estos depósitos de retención? En caso de incidente, como el reciente de Polinyà, los contaminantes se acumularían en estos tanques sin llegar a entrar en las redes de alcantarillado. En caso de que penetraran en las cloacas, los depósitos de las depuradoras actuarían como segundo eslabón de bloqueo.

"El sistema se diseñó para las condiciones normales, es decir, no está pensado para los momentos de crisis", admite Solà, que propone empezar a trabajar para cambiar los planes y hacer realidad estos tanques de los que se habla desde el vertido de Ditecsa, en 2019, en Montornès del Vallès, que también causó la muerte de cientos de peces.

"Es necesario analizar qué polígonos requieren urgentemente uno de estos sistemas", sostiene. La última memoria del Consorci Besòs-Tordera enumera seis puntos críticos por el riesgo de contaminación a lo largo de toda la cuenca que podrían servir como punto de partida.

Plantas en suspenso

La futura estrategia en materia de gestión de agua pasa por redoblar la potabilización de agua de los acuíferos del Besòs con dos nuevas plantas públicas de potabilización. No obstante, estos episodios ponen en cuestión dichos proyectos de cara a la opinión pública, reconoce Solà: "El Besòs no solo ha de ser un río potabilizable, sino que lo debe parecer". "Es cierto que la ACA podría interrumpir la producción de agua potable en caso de un suceso como este, pero no es lo ideal", añade.

Besòs y depuradora de La Llagosta, que sigue sin funcionar a pleno rendimiento tras el vertido tóxico del sábado

Besòs y depuradora de La Llagosta, que sigue sin funcionar a pleno rendimiento tras el vertido tóxico del sábado / MANU MITRU

En estos momentos, la potabilizadora de Trinitat, gestionada por Aigües de Barcelona, ha cerrado la captación del acuífero, a la espera de constatar que la masa de agua subterránea no se ha visto perjudicada por el vertido. Por otro lado, la depuradora de La Llagosta sigue con el sistema de procedimiento biológico (bacterias eliminan contaminantes del agua) dañado y envía al río agua que no cumple con los requisitos ecológicos. Por esta razón se observa espuma sobre el caudal del Besòs.

La depuradora de La Llagosta ha interrumpido la producción de agua regenerada y Aigües de Barcelona ha parado de captar del acuífero

¿Cuál es el problema? La primera fase del saneamiento se realiza con normalidad, pero la segunda parte del proceso está afectada. "Tardaremos unos 15 días en poder ejecutar el tratamiento secundario al 98% de su eficacia, como era habitual", cuenta Pere Aguiló, director de operaciones. Desde el pasado sábado, están inoculando bacterias procedentes de la depuradora de Montornès del Vallès en la planta de La Llagosta, a través de camiones cisterna: "Los añadimos a los reactores biológicos y así, poco a poco, los vamos reactivando, pero el grado de efectividad todavía está entre el 30% y el 50%".

Aguiló también reclama que las empresas dispongan de elementos de retención "más dimensionados" para que los vertidos queden confinados en el entorno industrial. Tanto él como Solà confían en que se afronte el asunto en los próximos meses.

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