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El caso de Polinyà evidencia la necesidad de reducir el riesgo de vertido tóxico en el Besòs

Este episodio, parecido al de 2019, obliga a garantizar más exigencia con las empresas de la zona si el Besòs debe acabar sirviendo agua potable a Barcelona

Cerrados el Besòs y la playa del Fòrum por el vertido tóxico de Polinyà: "Es un caso similar al de Ditecsa"

Ejemplares de carpa muertos.

Ejemplares de carpa muertos. / El Periódico

Guillem Costa

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Uno de los consensos en materia de gestión de agua es que el río Besòs, en un futuro no muy lejano, debe convertirse en el segundo principal grifo del área metropolitana de Barcelona. A día de hoy, la gran ciudad bebe agua del Llobregat y del Ter. Pero la idea es reducir tanto como se pueda el trasvase del Ter hacia Barcelona y desarrollar un sistema de potabilización para tratar agua del acuífero del Besòs en mayor cantidad y, luego, poner en marcha un engranaje de agua regenerada parecido al que ya existe en el Llobregat.

Sin embargo, desastres ecológicos como el de Montornès en 2019 o el de Polinyà este fin de semana ponen en duda la viabilidad del Besòs como fuente de agua potable y arrojan varias preguntas: ¿Es lo suficientemente bajo el riesgo de vertido tóxico en el río? ¿Por qué es tan vulnerable el sistema hidráulico del Besòs? ¿Está preparada la ACA (Agència Catalana de l'Aigua) para hacer frente a este tipo de incidencias demasiado comunes en uno de los cauces más industrializados de Europa?

"A medio y largo plazo, el riesgo de accidentes como este debe disminuir mucho", afirma Tomàs Carrión, director de medio ambiente del ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet y gran conocedor de este río, en conversación con EL PERIÓDICO. Carrión opina que el futuro uso de las aguas subterráneas del Besòs estará condicionado a que no sucedan este tipo de incidentes: "No puede haber recurrencia, porque podría afectar los planes para redoblar la potabilización del río. La captación de recursos hídricos ha de estar en armonía con la protección del agua y la disminución del peligro de problemas ambientales".

Nuevos métodos

En las últimas semanas, la ACA construyó seis pozos que son el paso previo a instalar dos potabilizadoras que tratarán agua del acuífero. Es decir, los pasos para terminar bebiendo de este río (o al menos de sus aguas subterráneas) son firmes. Pero algunas entidades que defienden el uso del agua del Besòs para abastecer Barcelona, como Aigua és Vida, plantean la urgencia de tener un método eficiente para evitar estos episodios. "Se debe asegurar que los polígonos industriales tienen algún tipo de bloqueo que frene estos vertidos", sugiere Dante Maschio, portavoz de la plataforma.

"La ACA, años atrás, decía que el agua del Besòs no se podía usar porque estaba contaminada, pero tras el trabajo del consorcio Besòs-Tordera y la mejora de las depuradoras, ahora se habla de aprovechar pozos y acuíferos", explica. "Si esto va adelante, hay que garantizar que los vertidos no llegan al cauce del río", sostiene, en la línea de Carrión. Maschio también propone buscar una fórmula para que las depuradoras estén preparadas para asumir los vertidos y los excedentes, a diferencia de lo que ha sucedido esta vez. La planta de tratamiento de La Llagosta recibió 9.000 m3 de vertido, pero no pudo asumirlo todo y los productos químicos dañaron el sistema biológico (a través de bacterias) de saneamiento, que seguirá sin funcionar a pleno rendimiento durante los próximos días.

Fuentes de la ACA aseguran que se ha activado el protocolo habitual y que se han seguido los pasos necesarios para minimizar las consecuencias. Durante esta semana se analizarán las muestras y se podrá conocer con exactitud la magnitud del accidente.

Refugio de biodiversidad

Además de suscitar reflexiones acerca del futuro uso del río, el vertido tóxico ha generado preocupación alrededor del importante proyecto de biodiversidad desarrollado en el tramo bajo del Besòs. "Este incidente supone un paso atrás respecto a la presencia de peces", admite Carrión, que dirige este proyecto. Pero por suerte, el refugio de biodiversidad que se ha impulsado cerca del cauce no está conectado con las aguas del canal: "Desde el comienzo decidimos independizar las lagunas del curso del río porque el parque industrial es muy importante y podía ser una amenaza".

Por tanto, las zonas de humedales que se están potenciando no han quedado afectadas y el proyecto seguirá en marcha, pese a esta nueva mancha en el expediente de un río que lleva años avanzando en materia de biodiversidad. El vertido corrosivo, desencadenado tras un incendio en los polígonos de la empresa Barnastock, causó graves problemas en el ecosistema fluvial de este río, provocando la muerte de más de 1.000 peces, entre los cuales especies protegidas como la anguila, que se retiraron para evitar interferencias en la cadena trófica. De momento, está por ver si las aves que viven en las cercanías se verán afectadas.

En las próximas horas está previsto reabrir la playa de la desembocadura y el parque fluvial, que se cerró para evitar el contacto de las personas con el agua: "El agua del río no es apta para el baño, pero puntualmente alguien permite que los perros accedan al río y entra en contacto con el agua, algo que no está permitido, por esta razón decidimos clausurar el espacio por precaución". La vida junto al río, animal y ciudadana, regresará esta semana, a la espera de conocer al detalle el alcance de lo ocurrido y de encontrar soluciones definitivas para que no se repita.