Infraestructura hídrica

La desalinizadora del puerto de Barcelona, en el aire: ya no será "flotante" y costará más de lo previsto

El actual Govern en funciones admite que, si no hay nuevas elecciones, el proyecto dependerá del futuro ejecutivo

Las dificultades técnicas generan dudas sobre la viabilidad y los plazos de la desalinizadora flotante de Barcelona

Plano elaborado por ATL.

Plano elaborado por ATL. / Departament d'Acció Climàtica

Guillem Costa

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A dos semanas de las elecciones, el Govern de Pere Aragonès anunció que no sería necesario trasladar agua en barcos porque se construiría una desalinizadora flotante (y temporal) en el puerto de Barcelona. La propuesta generó algunas reticencias, pero el ejecutivo catalán se mostró siempre firme a la hora ejecutarla. Pasadas las elecciones, con el Govern ya en funciones, la intención de la conselleria y de la dirección de la empresa de suministro público ATL (Ens d'Abastament d'Aigua Ter Llobreat) se mantuvo. No obstante, ha habido algunos cambios que dejarán el visto bueno final en manos del futuro Govern de la Generalitat, siempre y cuando no se repitan las elecciones.

Después de las lluvias primaverales, la obra ya no era una urgencia. Por este motivo, se comunicó que no se podría adjudicar a dedo a Cox Abengoa como estaba previsto, sino por concurso público abierto a todas las empresas interesadas en construir esta planta. Ahora, David Vila, director de ATL, abre la puerta que la infraestructura ya no sea flotante: "Puede ir anclada al fondo marino del puerto, esto ahorraría tiempo a la hora de hacerla realidad".  

La idea del Govern es que las compañías planteen una solución directa y completa para desalinizar agua desde el puerto de Barcelona. La idea es que la empresa explote la desalinizadora, que deberá funcionar siempre, aunque sea lo mínimo, como pasa con las plantas fijas. Vila también admite que el proyecto será más caro de lo previsto. "Aún no sabemos cuánto costará, pero será más de los 100 millones iniciales", asegura.

El Govern en funciones defiende la necesidad de tenerla en 2025, por si la sequía se complica antes de que las desalinizadoras de Blanes y Cubelles se construyan y antes que el engranaje de potabilización del Besòs esté en marcha. Pero tanto PSC como Junts ya han mostrado su escepticismo ante esta propuesta. Vila afirma que el contrato se puede firmar en enero. Por lo tanto, solo estaría en manos del actual Govern si se repiten las elecciones.

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