Psicología

¿Qué me está diciendo mi ansiedad? Así puedes entenderla

La ansiedad nos manda mensajes sobre lo que verdaderamente está ocurriendo

Entender la ansiedad

Entender la ansiedad / 123RF

Ángel Rull

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La ansiedad es una experiencia emocional universal, un estado que, aunque a menudo se percibe como indeseable, tiene un propósito fundamental en nuestra supervivencia. Desde el origen de nuestro sistema cerebral, la ansiedad ha sido la aliada de la humanidad, preparándonos para enfrentar amenazas inminentes y ayudándonos a sobrevivir en un mundo lleno de peligros. Sin embargo, en la sociedad moderna, donde las amenazas físicas han disminuido pero las presiones psicológicas han aumentado, la ansiedad ha adquirido un nuevo rol, manifestándose con frecuencia en situaciones cotidianas que no representan un peligro real, pero que activan las mismas respuestas biológicas que en tiempos de nuestros antepasados.

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que percibimos como amenazantes. Se manifiesta tanto a nivel físico como emocional y puede incluir síntomas como palpitaciones, sudoración, tensión muscular, preocupación constante, entre otros. Estos síntomas son la manera en que nuestro cuerpo y mente nos preparan para enfrentar lo que consideran un peligro, activando el llamado “sistema de lucha o huida”.

En pequeñas dosis, la ansiedad puede ser beneficiosa, ya que nos mantiene alerta y motivados. Por ejemplo, sentir ansiedad antes de una presentación importante puede impulsarnos a prepararnos mejor. Sin embargo, cuando la ansiedad es persistente o excesiva, puede interferir con nuestra vida diaria, afectando nuestras relaciones, trabajo y salud.

¿Por qué ocurre?

Existen múltiples factores que pueden desencadenar la ansiedad. Estos factores pueden ser externos, como problemas en el trabajo, dificultades económicas, o cambios significativos en la vida, como una mudanza o la pérdida de un ser querido. También pueden ser internos, como pensamientos negativos recurrentes, baja autoestima o la tendencia a preocuparse en exceso por el futuro.

A nivel biológico, la ansiedad está relacionada con la activación de ciertos sistemas en el cerebro, como el sistema límbico, que es responsable de regular nuestras emociones. Además, el desequilibrio de ciertos neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina, también puede contribuir a la aparición de la ansiedad.

Es importante destacar que la ansiedad no es una debilidad ni un defecto de nuestra personalidad. Es una respuesta humana natural que se intensifica por diversas razones, incluyendo nuestra historia personal, genética y el entorno en el que vivimos. Entender estos factores puede ayudarnos a ser más compasivos con nosotros y nosotras mismas y a buscar formas más saludables de manejar la ansiedad.

¿La ansiedad quiere decirnos algo?

A menudo, la ansiedad es vista únicamente como algo negativo que debe ser eliminado. Sin embargo, esta emoción también puede ser una señal importante de que algo en nuestra vida no está funcionando bien. En lugar de ignorarla o luchar contra ella, podemos aprender a escuchar lo que nos está tratando de comunicar.

La ansiedad puede ser un indicador de que estamos llevando una carga demasiado pesada, ya sea en el ámbito laboral, personal o emocional. Tal vez estamos tratando de cumplir con expectativas demasiado altas, propias o ajenas, y nuestro cuerpo nos está alertando de que es momento de hacer una pausa. También puede ser una señal de que estamos evitando algo que nos causa miedo, como enfrentar un conflicto o tomar una decisión importante.

Además, la ansiedad puede revelar patrones de pensamiento que nos están haciendo daño, como la tendencia a anticipar lo peor o a subestimar nuestras capacidades. Estos pensamientos automáticos pueden mantenernos en un estado de alerta constante, alimentando nuestra ansiedad.

Por tanto, en lugar de ver la ansiedad como un enemigo, podemos aprender a interpretarla como una señal de que algo en nuestra vida necesita atención y cambio. Esta perspectiva nos permite tomar el control de nuestra experiencia emocional y trabajar en mejorar aquellos aspectos de nuestra vida que nos están generando malestar.

Pautas para entender tu ansiedad

La ansiedad, aunque común, puede resultar desconcertante, ya que muchas veces no entendemos por qué nos sentimos ansiosos o qué nos está tratando de decir nuestro cuerpo. Explorar las causas y mensajes detrás de la ansiedad no solo es un ejercicio de autoconocimiento, sino también una herramienta para manejarla de manera efectiva, permitiéndonos vivir con mayor paz y equilibrio en un mundo cada vez más demandante.

¿Cómo puedo entender mi ansiedad?

1. Identifica tus detonantes

Reflexiona sobre las situaciones, pensamientos o actividades que desencadenan tu ansiedad. Puede ser útil llevar un diario para anotar cuándo y dónde sientes ansiedad, lo que te permitirá identificar patrones y posibles causas.

2. Reconoce tus síntomas

Aprende a identificar los síntomas físicos y emocionales de la ansiedad en tu cuerpo. Esto te ayudará a ser más consciente de cómo la ansiedad se manifiesta en ti, lo que es el primer paso para manejarla de manera más efectiva.

3. Acepta tu ansiedad

En lugar de luchar contra la ansiedad o negarla, trata de aceptarla como parte de tu experiencia emocional. Esto no significa resignarse, sino reconocer que la ansiedad está presente y que puedes aprender a manejarla.

4. Cuestiona tus pensamientos

La ansiedad a menudo está alimentada por pensamientos distorsionados o irracionales. Pregúntate si tus preocupaciones están basadas en hechos reales o si estás anticipando lo peor. Aprender a poner a prueba estos pensamientos puede reducir la intensidad de la ansiedad.

5. Practica la respiración consciente

Cuando sientas ansiedad, toma un momento para concentrarte en tu respiración. Respirar lenta y profundamente puede ayudarte a calmar tu sistema nervioso y reducir los síntomas físicos de la ansiedad.

6. Prioriza el autocuidado

Asegúrate de incluir actividades en tu rutina diaria que te ayuden a relajarte y desconectar, como el ejercicio, la meditación, o pasar tiempo con personas que te apoyan. El autocuidado es esencial para mantener el equilibrio emocional y reducir la ansiedad.

7. Establece límites saludables

Si la ansiedad está relacionada con la sobrecarga de responsabilidades o la presión externa, es fundamental aprender a decir no y establecer límites claros. Esto puede significar delegar tareas, pedir ayuda, o simplemente tomar tiempo para ti mismo o misma.

8. Busca el significado detrás de tu ansiedad

Pregúntate qué mensaje podría estar tratando de enviarte tu ansiedad. ¿Hay algo en tu vida que estás evitando o que necesita cambiar? Reflexionar sobre estas preguntas puede ayudarte a entender mejor tu ansiedad y a tomar decisiones más alineadas con tu bienestar.

Como podemos observar, la ansiedad, aunque incómoda, puede ser una buena herramienta para la autoexploración y el crecimiento personal. Al aprender a escuchar lo que nuestra ansiedad nos está diciendo, podemos tomar medidas concretas para mejorar nuestra vida y nuestro bienestar emocional. En lugar de verlo como un obstáculo, podemos verlo como una oportunidad para conocernos mejor y construir una vida más plena y equilibrada.

* Ángel Rull, psicólogo.