Psicología

Ansiedad encubierta en el colectivo LGTBIQ+: ¿por qué no somos conscientes y qué síntomas aparecen?

La ansiedad encubierta enmascara los síntomas y hace difícil su diagnóstico

Un hombre se tapa la cara: ansiedad encubierta

Un hombre se tapa la cara: ansiedad encubierta / 123RF

Ángel Rull

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La ansiedad encubierta es una forma de ansiedad que no se presenta con los síntomas tradicionales que solemos asociar con esta condición, como ataques de pánico o miedo extremo. En cambio, puede manifestarse de manera más sutil y menos evidente, lo que hace que sea más difícil de detectar tanto para quienes la experimentan como para sus allegados. Este tipo de ansiedad se disfraza de comportamientos y sentimientos que, en un principio, podrían parecer normales o relacionados con otras cuestiones. La persona puede estar pasando por una situación de estrés o de adaptación, lo que dificulta aún más la identificación de la ansiedad como la raíz del problema.

La ansiedad encubierta puede manifestarse en comportamientos aparentemente inofensivos o incluso positivos, como el perfeccionismo o la hiperactividad. Una persona que parece ser muy diligente y meticulosa en su trabajo podría, en realidad, estar utilizando estos comportamientos para canalizar su ansiedad. De esta manera, la ansiedad encubierta no solo es difícil de detectar, sino que también puede ser vista erróneamente como una cualidad positiva.

Otra forma en que la ansiedad encubierta se manifiesta es a través de síntomas físicos sin causa médica aparente. Dolores de cabeza, problemas digestivos, tensión muscular y otros malestares físicos pueden ser expresiones de una ansiedad subyacente. Estos síntomas físicos a menudo llevan a las personas a buscar atención médica, donde se pueden realizar múltiples pruebas sin encontrar una causa específica, dejando sin resolver el verdadero origen del problema.

¿Por qué no se manifiesta con los síntomas habituales?

Existen varias razones por las cuales la ansiedad encubierta no se manifiesta de manera clara. En primer lugar, la socialización y las expectativas culturales pueden llevar a las personas a reprimir o ignorar sus sentimientos de ansiedad. Esto es especialmente cierto en culturas donde se valora la fortaleza emocional y se desalienta la expresión de vulnerabilidad. Desde una edad temprana, muchas personas aprenden que mostrar ansiedad o miedo puede ser visto como un signo de debilidad, lo que les lleva a desarrollar mecanismos de defensa para ocultar estos sentimientos.

Además, la ansiedad encubierta puede estar influenciada por mecanismos de defensa psicológicos. Las personas pueden desarrollar estrategias inconscientes para manejar su ansiedad, como la negación o la racionalización, que les permiten seguir con sus vidas diarias sin enfrentar directamente sus emociones. Estas estrategias pueden incluir la minimización de sus preocupaciones o la atribución de sus síntomas a causas externas, como el estrés laboral o los problemas familiares, en lugar de reconocer la ansiedad subyacente.

Otra razón importante por la cual la ansiedad encubierta no se manifiesta con síntomas habituales es la capacidad de adaptación y resiliencia de las personas. A menudo, quienes padecen ansiedad encubierta han aprendido a manejar sus emociones a través de comportamientos adaptativos que les permiten funcionar en su vida cotidiana. Sin embargo, estos comportamientos pueden ser agotadores y llevar a un desgaste emocional a largo plazo. La persona puede parecer estar manejando bien sus responsabilidades, pero internamente puede estar luchando constantemente con sentimientos de ansiedad.

¿Por qué hay ansiedad encubierta en el colectivo LGTBIQ+?

La ansiedad encubierta en el colectivo LGTBIQ+ puede estar relacionada con varios factores específicos que afectan a sus miembros de manera única. Uno de los factores más significativos es la discriminación y el estigma social. Vivir en una sociedad que a menudo no acepta o entiende la diversidad de orientaciones sexuales e identidades de género puede generar un estrés constante y subyacente. Esta discriminación puede manifestarse de muchas formas, desde el rechazo abierto hasta microagresiones cotidianas, todas las cuales contribuyen a una sensación constante de inseguridad y estrés.

El miedo al rechazo, tanto en entornos familiares como sociales, puede llevar a las personas LGTBIQ+ a ocultar aspectos importantes de su identidad, creando una tensión interna constante. Esta necesidad de ocultarse o de "pasar" como heteronormativos puede llevar a una vigilancia constante de sus propios comportamientos y emociones, aumentando los niveles de ansiedad. La presión de mantener una fachada puede ser agotadora y puede impedir que la persona se sienta auténtica y libre para expresarse.

Además, la falta de representación positiva y el acceso limitado a redes de apoyo adecuadas pueden contribuir a sentimientos de aislamiento y soledad. La ausencia de modelos a seguir que reflejen sus experiencias y vivencias puede hacer que las personas LGTBIQ+ se sientan aún más desamparadas y menos comprendidas, exacerbando su ansiedad encubierta. La representación en los medios y en la vida pública es crucial para que las personas se sientan vistas y validadas, y la falta de esta representación puede aumentar la sensación de estar solos en sus luchas.

Síntomas de ansiedad encubierta en el colectivo LGTBIQ+

Es importante entender que la ansiedad encubierta no es menos real o menos impactante que la ansiedad manifiesta. Las personas que la padecen pueden experimentar un nivel significativo de sufrimiento y deterioro en su calidad de vida. El hecho de que sus síntomas no sean fácilmente reconocibles no disminuye la necesidad de reconocer y abordar esta condición. Al igual que con otras formas de ansiedad, el reconocimiento y la validación de los sentimientos y experiencias de la persona son fundamentales para su bienestar.

Estos son los síntomas de ansiedad encubierta en el colectivo LGTBIQ+:

1. Perfeccionismo extremo

La búsqueda incesante de la perfección puede ser una manera de compensar sentimientos de inseguridad y miedo al rechazo. La persona puede sentirse obligada a demostrar constantemente su valía para ser aceptada. Esta necesidad de perfección puede llevar a un agotamiento mental y emocional, ya que la persona nunca se permite cometer errores o relajarse.

2. Problemas de sueño

Dificultades para conciliar el sueño, despertares frecuentes o insomnio pueden ser indicativos de una mente inquieta y ansiosa que no logra descansar. La ansiedad puede mantener a la persona despierta, preocupada por eventos pasados o futuros, y este patrón de sueño interrumpido puede tener un impacto significativo en la salud general y el bienestar.

3. Irritabilidad y cambios de humor

Las personas pueden experimentar cambios de humor repentinos, pasando de la irritabilidad a la tristeza sin una razón aparente. La irritabilidad puede ser una manifestación de la frustración interna y del estrés constante, mientras que la tristeza puede reflejar sentimientos de desesperanza y aislamiento.

4. Aislamiento social

Evitar situaciones sociales, incluso con personas cercanas, puede ser una manera de protegerse del estrés de tener que ocultar su verdadera identidad o enfrentar la discriminación. Este aislamiento puede llevar a una mayor sensación de soledad y desconexión, lo que a su vez puede aumentar la ansiedad y la depresión.

5. Síntomas físicos sin explicación médica

Dolores de cabeza, problemas digestivos o tensión muscular pueden ser manifestaciones físicas de la ansiedad que no tienen una causa médica identificable. Estos síntomas físicos pueden ser persistentes y debilitantes, afectando la calidad de vida y la capacidad de la persona para llevar a cabo actividades diarias.

6. Dificultad para concentrarse

La mente ansiosa puede estar tan ocupada con preocupaciones que se vuelve difícil enfocarse en tareas cotidianas o en el trabajo. Esta falta de concentración puede llevar a un rendimiento reducido y a una mayor frustración, creando un ciclo negativo de ansiedad y bajo rendimiento.

7. Autocrítica excesiva

Una tendencia a juzgarse a sí mismo de manera muy dura, subestimando sus logros y enfocándose en los errores, puede ser un signo de ansiedad interna. Esta autocrítica constante puede minar la autoestima y la confianza, impidiendo que la persona reconozca y celebre sus éxitos.

8. Comportamientos de evitación

Evitar situaciones que podrían generar ansiedad, como hablar en público o participar en actividades sociales, puede ser una forma de manejar el estrés. Sin embargo, este tipo de evitación puede limitar severamente las oportunidades de crecimiento personal y profesional, y puede llevar a una vida más restringida y menos satisfactoria. La persona puede evitar eventos sociales, oportunidades de trabajo o actividades recreativas, perdiéndose experiencias valiosas que podrían mejorar su bienestar.

Reconocer estos síntomas es el primer paso para abordar la ansiedad encubierta. Es fundamental crear entornos seguros y de apoyo donde las personas del colectivo LGTBIQ+ se sientan aceptadas y comprendidas, permitiéndoles expresar sus emociones sin temor al juicio o la discriminación. Las comunidades y redes de apoyo pueden desempeñar un papel crucial en este sentido, proporcionando un espacio donde las personas puedan compartir sus experiencias y recibir apoyo emocional.

* Ángel Rull, psicólogo.