Psicología

Ocho claves para reconectar con tu niño interior

Abrazar lo que fuimos nos permite tener una vida plena

Conectar con tu niño interior

Conectar con tu niño interior / 123RF

Ángel Rull

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El concepto del niño interior se refiere a una parte de nosotros mismos que mantiene características, emociones y recuerdos de nuestra infancia. Este niño o niña interior representa nuestra autenticidad, espontaneidad y capacidad de asombro. Es esa parte de nosotros que se emociona con la simpleza de la vida, que sueña sin limitaciones y que siente de manera genuina. Todos y todas llevamos dentro esta faceta infantil que, aunque pueda quedar oculta o silenciada, siempre está presente en algún rincón de nuestro ser.

Al hablar del niño interior, nos referimos a esa esencia pura y sin filtros que todos poseemos. Es una representación de nuestra versión más auténtica y sincera, aquella que no ha sido moldeada por las expectativas y normas sociales. En esta faceta infantil, encontramos la raíz de nuestras primeras experiencias de amor, miedo, alegría y tristeza, todas emociones que nos formaron y que, de alguna manera, continúan influyendo en nuestras vidas adultas.

¿Por qué perdemos la conexión con el niño interior?

A lo largo de la vida, las experiencias y las responsabilidades adultas pueden alejarnos de nuestro niño o niña interior. Las demandas de la vida diaria, las expectativas sociales y las presiones laborales son factores que contribuyen a esta desconexión. A menudo, se nos enseña a reprimir nuestras emociones y a comportarnos de manera "adecuada", lo que puede llevarnos a olvidar cómo jugar, soñar y expresarnos libremente. Esta desconexión puede manifestarse en una sensación de vacío, pérdida de creatividad o falta de alegría genuina.

Desde muy temprana edad, comenzamos a aprender lo que la sociedad espera de nosotros. Las reglas de comportamiento, las normas de etiqueta y las expectativas de éxito y productividad se imponen sobre nuestra naturalidad y espontaneidad. En este proceso, muchas veces dejamos de lado nuestras propias necesidades emocionales y deseos, lo que resulta en una desconexión progresiva con nuestro niño o niña interior.

Además, las experiencias dolorosas o traumáticas pueden contribuir significativamente a esta desconexión. Para protegernos de los sentimientos de dolor o vulnerabilidad, podemos reprimir o ignorar esas partes de nosotros mismos que nos recuerdan tiempos difíciles. Este mecanismo de defensa, aunque útil en su momento, puede llevar a una desconexión más profunda y a una sensación de alienación de nuestra verdadera esencia.

Claves para reconectar con tu niño interior

Es importante comprender que el niño o niña interior no es un concepto abstracto sin relevancia práctica. De hecho, su influencia se manifiesta en nuestras decisiones, comportamientos y relaciones cotidianas. Cuando estamos en contacto con esta parte de nosotros mismos, podemos acceder a una fuente de energía y creatividad que puede enriquecer nuestra vida de múltiples maneras. La autenticidad que caracteriza a nuestro niño interior puede ser un faro que nos guíe hacia una vida más plena y satisfactoria.

Estas son las claves para reconectar con tu niño interior:

1. Recuerda tus intereses y hobbies de la infancia

Reflexiona sobre lo que te apasionaba cuando eras pequeño o pequeña. Tal vez te encantaba pintar, jugar con plastilina, leer cuentos o explorar la naturaleza. Dedica tiempo a redescubrir y practicar esas actividades que te hacían feliz.

2. Permítete jugar sin un propósito específico

El juego es una actividad natural en la infancia que a menudo dejamos de lado en la adultez. Permítete jugar por el simple hecho de disfrutar, sin un objetivo productivo. Puedes hacerlo a través de juegos de mesa, deportes, o incluso inventando tus propios juegos.

3. Practica la espontaneidad

Muchas veces nos volvemos rígidos y planificados en nuestra vida diaria. Intenta ser más espontáneo o espontánea, permitiéndote cambiar de planes y hacer algo diferente de vez en cuando. Esto puede ser desde un paseo improvisado hasta una tarde de cine sin haberlo planeado.

4. Rodéate de personas que fomenten tu autenticidad

Las relaciones que nos permiten ser nosotros mismos son fundamentales para mantenernos en contacto con nuestro niño o niña interior. Busca amigos y amigas con quienes puedas ser genuino o genuina, que te acepten tal y como eres.

5. Explora tu creatividad

La creatividad es una manifestación directa de nuestro niño o niña interior. Dedica tiempo a actividades creativas como la pintura, la escritura, la música o cualquier otra forma de expresión artística. No te preocupes por el resultado final, sino por el proceso y el disfrute que conlleva.

6. Reconecta con la naturaleza

La naturaleza es un espacio que invita a la exploración y al asombro, dos características propias de la infancia. Pasea por parques, bosques o playas, y permítete disfrutar de la belleza y la tranquilidad del entorno natural.

7. Practica la gratitud y el asombro

Cultivar una actitud de gratitud y asombro ante las pequeñas cosas de la vida puede ayudarnos a reconectar con nuestra faceta infantil. Aprecia los detalles cotidianos, como un atardecer, el canto de los pájaros o una sonrisa. Esto nos ayuda a mantenernos presentes y a valorar la simplicidad.

8. Escucha y valida tus emociones

Los niños y las niñas sienten y expresan sus emociones de manera genuina. Aprende a escuchar y validar tus propias emociones, sin juzgarlas ni reprimirlas. Esto incluye tanto las emociones positivas como las negativas. Aceptarlas y darles un espacio es esencial para mantener una conexión saludable con nuestro niño o niña interior.

Reconectar con nuestro niño o niña interior es un proceso de redescubrimiento que nos permite recuperar una parte esencial de nosotros mismos. A través de la creatividad, el juego, la espontaneidad y la conexión con nuestras emociones, podemos redescubrir la alegría y la autenticidad que caracterizan a la infancia. Aplicar estas ocho claves en nuestra vida diaria nos ayudará a mantener viva esa parte infantil que todos y todas llevamos dentro, mejorando nuestro bienestar emocional y enriqueciendo nuestras relaciones.

* Ángel Rull, psicólogo.