Psicología

¿Qué se necesita para ser feliz? Siete hábitos a incorporar a tu día a día

Podemos introducir cada día el hábito que se necesita para ser feliz

Una chica feliz: ¿Qué se necesita para ser feliz?

Una chica feliz: ¿Qué se necesita para ser feliz? / 123RF

Ángel Rull

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La felicidad es un estado emocional positivo que se caracteriza por sentimientos de alegría, satisfacción y bienestar. No se trata solo de momentos fugaces de placer, sino de una sensación de plenitud y propósito en la vida. La felicidad puede ser subjetiva, ya que lo que hace feliz a una persona puede no tener el mismo efecto en otra. Sin embargo, hay ciertos elementos comunes que suelen estar presentes en la vida de quienes se consideran felices: relaciones interpersonales saludables, sentido de logro y una visión positiva del futuro, entre otros.

Definir la felicidad puede ser complejo debido a su naturaleza subjetiva. Mientras algunas personas encuentran felicidad en logros profesionales, otras pueden hallarla en relaciones personales o en actividades creativas. Lo importante es reconocer que la felicidad no es un estado constante, sino una serie de momentos y experiencias que nos brindan satisfacción y alegría.

¿Qué pasa cuando somos más felices?

La felicidad no solo mejora nuestra calidad de vida a nivel emocional, sino que también tiene numerosos beneficios tangibles. Diversos estudios han demostrado que las personas más felices tienden a gozar de mejor salud física, tienen una mayor esperanza de vida y son más productivas. Además, la felicidad se asocia con una mayor resistencia al estrés, una mejor capacidad para resolver problemas y un fortalecimiento de las relaciones sociales.

Uno de los efectos más notables de la felicidad en nuestra salud es su impacto en el sistema inmunológico. Las personas felices tienden a tener un sistema inmunológico más fuerte, lo que les permite combatir enfermedades de manera más efectiva. Esto se debe a que el estrés crónico y la negatividad pueden debilitar nuestras defensas naturales, mientras que una mentalidad positiva y la alegría contribuyen a una mejor respuesta inmunológica.

Además, la felicidad está estrechamente vinculada con la longevidad. Estudios longitudinales han demostrado que las personas que reportan altos niveles de felicidad y satisfacción con la vida suelen vivir más tiempo. Esto puede deberse a una combinación de factores, incluyendo mejor salud física, menor estrés y una mayor inclinación a adoptar hábitos de vida saludables.

Hábitos a incorporar en tu día a día para ser feliz

La felicidad actúa como un imán que atrae a otras personas. Las personas felices tienden a ser más sociables y tienen una mayor capacidad para construir y mantener relaciones interpersonales saludables. Estas conexiones sociales no solo contribuyen a la felicidad personal, sino que también crean un círculo donde las relaciones positivas y la felicidad se refuerzan mutuamente. Pero, como hemos visto, no es lo único que aparece en nuestra vida cuando somos más felices.

¿Qué se necesita para ser feliz? Incorpora estos hábitos a tu vida:

1. Practicar la gratitud

Dedica unos minutos cada día a reflexionar sobre las cosas por las que te sientes agradecido. Puedes llevar un diario de gratitud donde anotes tres cosas positivas que te hayan sucedido durante el día. Este simple acto puede ayudarte a enfocarte en lo bueno y a mantener una perspectiva positiva.

La práctica de la gratitud no solo mejora nuestro estado de ánimo inmediato, sino que también tiene beneficios a largo plazo. Las personas que practican la gratitud regularmente tienden a ser más optimistas y experimentan menos síntomas de depresión y ansiedad.

2. Establecer conexiones sociales

Involúcrate activamente en tu comunidad, mantén el contacto con amigos y familiares, y haz un esfuerzo consciente por construir y mantener relaciones significativas. Las conexiones sociales son uno de los mayores predictores de la felicidad.

Participar en actividades comunitarias o grupos de interés puede proporcionarte un sentido de pertenencia y aumentar tu red de apoyo social. Estas interacciones no solo te ayudan a sentirte conectado, sino que también pueden abrir nuevas oportunidades y experiencias.

3. Hacer ejercicio regularmente

El ejercicio físico no solo mejora la salud física, sino que también tiene un impacto positivo en el estado de ánimo. Actividades como caminar, correr, nadar o practicar yoga pueden reducir los niveles de estrés y aumentar la sensación de bienestar.

La liberación de endorfinas durante el ejercicio es conocida por su capacidad para mejorar el estado de ánimo y reducir la percepción del dolor. Además, el ejercicio regular puede ayudar a mejorar la calidad del sueño, aumentar la energía y promover una mayor claridad mental.

4. Meditar y practicar la atención plena

La meditación y la atención plena pueden ayudarte a reducir el estrés y a aumentar tu capacidad para disfrutar el presente. Dedica unos minutos cada día a meditar o simplemente a prestar atención a tu respiración y a tus sensaciones.

La práctica de la atención plena implica centrar tu atención en el momento presente, aceptándolo sin juzgar. Esta práctica puede ayudarte a desactivar el "piloto automático" y a vivir de manera más consciente y plena. La atención plena no solo reduce el estrés, sino que también puede mejorar tu capacidad para concentrarte y tomar decisiones.

5. Dormir lo suficiente

El sueño es esencial para el bienestar físico y mental. Intenta dormir entre siete y ocho horas por noche y establece una rutina de sueño regular. Un buen descanso te ayudará a enfrentar el día con más energía y una actitud más positiva.

La falta de sueño afecta negativamente casi todos los aspectos de nuestra vida, desde la capacidad de concentración y la memoria hasta el estado de ánimo y la salud física. El sueño adecuado permite que el cuerpo y la mente se recuperen y se preparen para el día siguiente.

6. Aprender algo nuevo

Mantén tu mente activa y curiosa aprendiendo algo nuevo cada día. Puede ser un nuevo idioma, una habilidad artística, o cualquier cosa que despierte tu interés. El aprendizaje continuo contribuye a un sentido de logro y satisfacción personal.

El aprendizaje estimula el cerebro y puede retrasar el deterioro cognitivo relacionado con la edad. Además, el proceso de aprender algo nuevo puede ser muy gratificante y proporcionar una sensación de progreso y crecimiento personal.

7. Practicar actos de bondad

Realizar actos de bondad, ya sea ayudar a alguien, donar a una causa o simplemente ser amable con quienes te rodean, puede aumentar significativamente tu nivel de felicidad. La bondad genera una sensación de conexión y propósito, lo que contribuye a un mayor bienestar emocional.

Los actos de bondad no tienen que ser grandiosos para tener un impacto. Pequeños gestos, como sostener la puerta para alguien, ofrecer un cumplido sincero o escuchar a un amigo en necesidad, pueden hacer una gran diferencia en la vida de los demás y en la tuya propia.

Incorporar estos hábitos a tu rutina diaria puede parecer todo un reto al principio, pero con el tiempo, se convertirán en una parte natural de tu vida. La felicidad no es un destino final, sino un viaje continuo de autodescubrimiento y crecimiento personal. Al adoptar estos hábitos, estarás dando pasos importantes hacia una vida más plena y satisfactoria.

* Ángel Rull, psicólogo.