Psicología
¿Cómo volver a ser feliz? Ocho pautas para recuperar la ilusión
Cómo volver a ser feliz es una preocupación recurrente después de momentos de crisis
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Ángel Rull
Licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, con más de 10 años de experiencia en el ámbito de la Psicología Sanitaria, tanto en clínica con población general, como en hospitales, con patologías más severas. Desde 2017, trabajo diariamente con personas de diferentes edades y con una amplio abanico de problemas de manera online, rompiendo las barreras físicas de la terapia convencional.
La felicidad es un concepto subjetivo que puede variar de una persona a otra. Generalmente, se asocia con sentimientos de satisfacción, realización personal y una vida equilibrada. Ser feliz implica experimentar emociones positivas de manera frecuente, sentir que nuestra vida tiene sentido y mantener relaciones saludables y satisfactorias. Sin embargo, la definición de felicidad puede ser diferente para cada persona, dependiendo de sus valores, metas y experiencias de vida.
Sentirse feliz no significa estar constantemente eufórico o sin problemas. Es más bien un estado general de bienestar y contento, donde las emociones positivas predominan sobre las negativas. Además, la felicidad incluye la capacidad de manejar el estrés y los problemas de manera efectiva. Esto puede implicar una combinación de emociones positivas, como la alegría y el entusiasmo, junto con un sentido de propósito y logro.
¿Cómo volver a ser feliz?
El primer paso para volver a ser feliz es reconocer y aceptar que no te sientes bien. Este reconocimiento es crucial, ya que negarlo o ignorarlo solo prolongará el malestar. Permítete sentir tus emociones y entender que es normal tener altibajos en la vida. Aceptar tus sentimientos puede ser liberador y el primer paso hacia la recuperación.
Otro aspecto vital es identificar las áreas de tu vida que necesitan cambios. Esto puede implicar hacer un inventario de tus relaciones, tu trabajo, tus hábitos diarios y tu salud física. Pregúntate si estas áreas están contribuyendo a tu bienestar o si están causando estrés y negatividad. Identificar estos factores te permitirá tomar decisiones sobre los cambios necesarios para mejorar tu felicidad.
Es fundamental también rodearse de personas que te apoyen y te inspiren. Las relaciones positivas y significativas pueden actuar como un soporte emocional, ayudándote a enfrentar los momentos difíciles con mayor resiliencia. Busca conexiones con personas que te animen y que compartan tus valores y objetivos de vida.
Pautas para recuperar la ilusión
La felicidad es un estado al que todas y todos aspiramos, pero que a menudo parece esquivo. En la vida diaria, nos enfrentamos a situaciones que pueden hacer que la sensación de bienestar se desvanezca. Recuperar la ilusión y la alegría no es una tarea imposible, pero sí requiere de ciertos cambios y ajustes en nuestra manera de pensar y actuar.
Sigue estas pautas para recuperar la ilusión:
1. Practica la gratitud
La gratitud es una de las herramientas más poderosas para cultivar la felicidad. Tomarse un momento cada día para reflexionar sobre las cosas por las que estamos agradecidos puede cambiar nuestra perspectiva y aumentar nuestro bienestar. Puedes llevar un diario de gratitud donde anotes tres cosas positivas que te hayan sucedido cada día.
Estudios han demostrado que la gratitud puede mejorar significativamente nuestra salud mental. Nos ayuda a enfocarnos en lo positivo y a valorar lo que tenemos, en lugar de lo que nos falta. La práctica regular de la gratitud puede reducir los síntomas de depresión y ansiedad, y aumentar la satisfacción con la vida.
2. Cultiva relaciones positivas
Las relaciones sociales juegan un papel fundamental en nuestra felicidad. Dedica tiempo a nutrir tus relaciones con amigos, familia y seres queridos. Las conexiones auténticas y el apoyo social son esenciales para nuestro bienestar emocional.
La calidad de nuestras relaciones puede influir significativamente en cómo nos sentimos. Las relaciones saludables y de apoyo nos proporcionan un sentido de pertenencia y seguridad emocional. Compartir nuestras alegrías y preocupaciones con personas cercanas puede aliviar el estrés y aumentar nuestra sensación de felicidad.
3. Enfócate en el presente
A menudo, nuestra mente se llena de preocupaciones sobre el futuro o de arrepentimientos del pasado. Practicar la atención plena puede ayudarnos a anclarnos en el presente y a disfrutar más de cada momento. Existen diversas técnicas de mindfulness que puedes incorporar en tu rutina diaria.
La atención plena implica estar completamente presente en el momento, sin juzgar ni intentar cambiar lo que estamos experimentando. Esta práctica puede reducir el estrés y la ansiedad, y mejorar nuestra capacidad para enfrentar los problemas de manera calmada y centrada.
4. Establece objetivos significativos
Tener objetivos claros y significativos puede proporcionarnos un sentido de propósito y dirección. Asegúrate de que tus metas sean realistas y alineadas con tus valores personales. Divide los objetivos grandes en pasos más pequeños y celebra cada logro en el camino.
Los objetivos nos proporcionan un sentido de propósito y motivación. Nos ayudan a enfocarnos y a dirigir nuestra energía hacia lo que realmente importa. Establecer metas específicas y alcanzables nos da un sentido de logro y progreso.
5. Cuida de tu cuerpo
El bienestar físico está estrechamente relacionado con el bienestar emocional. Mantén una alimentación equilibrada, haz ejercicio regularmente y asegúrate de descansar lo suficiente. El ejercicio físico, en particular, ha demostrado tener efectos positivos sobre el estado de ánimo.
La conexión entre cuerpo y mente es poderosa. Una dieta nutritiva puede influir en nuestro estado de ánimo y niveles de energía. Alimentos ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes pueden mejorar la salud cerebral y reducir los síntomas de depresión y ansiedad. Evitar el consumo excesivo de azúcares y alimentos procesados también puede tener un impacto positivo en nuestro bienestar emocional.
6. Desarrolla una mentalidad positiva
Nuestras creencias y pensamientos influyen en cómo nos sentimos. Trabaja en desarrollar una mentalidad positiva, enfocándote en lo que puedes controlar y aceptando lo que no. Técnicas como la reestructuración cognitiva pueden ayudarte a cambiar patrones de pensamiento negativos.
La reestructuración cognitiva es una técnica utilizada para identificar y poner a prueba pensamientos negativos o distorsionados, y reemplazarlos por pensamientos más realistas y positivos. Este proceso puede ayudarte a ver las situaciones desde una perspectiva más equilibrada y menos estresante.
7. Realiza actividades que disfrutes
Dedica tiempo a actividades que te hagan feliz y te resulten placenteras. Esto puede incluir hobbies, pasatiempos, o cualquier cosa que te apasione. Participar en actividades que disfrutas puede reducir el estrés y aumentar tu sensación de bienestar.
Identificar tus pasiones y hobbies puede ser un proceso de autodescubrimiento. Prueba nuevas actividades y encuentra lo que realmente te gusta. Puede ser algo creativo como pintar o escribir, algo físico como bailar o practicar deportes, o algo relajante como la jardinería o leer.
8. Practica la generosidad
Ayudar a los demás no solo beneficia a quienes reciben la ayuda, sino que también puede aumentar nuestra propia felicidad. Realizar actos de bondad, por pequeños que sean, puede generar una sensación de propósito y satisfacción personal.
La generosidad puede tomar muchas formas, desde ayudar a un amigo en necesidad hasta participar en actividades de voluntariado en tu comunidad. Incluso los actos pequeños, como sonreír a un extraño o dejar una nota de agradecimiento, pueden tener un impacto positivo tanto en el receptor como en ti mismo o misma.
Recuperar la felicidad es un viaje personal y único para cada persona. Lo más importante es ser paciente y compasivo contigo mismo o contigo misma en el proceso. Al incorporar estas pautas en tu vida diaria, podrás encontrar de nuevo la ilusión y disfrutar de una vida más plena y feliz. La clave está en tomar acción y hacer cambios conscientes que favorezcan tu bienestar emocional y físico. Con el tiempo y la práctica, estos hábitos pueden transformarse en una parte integral de tu vida, ayudándote a mantener la felicidad y la satisfacción a largo plazo.
* Ángel Rull, psicólogo.
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