Psicología

Autocuidado en cuidadores: la importancia de mirarse primero

Priorizar nuestras necesidades básicas es un acto de buena salud mental

Una persona meditando.

Una persona meditando. / 123RF

Ángel Rull

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El autocuidado es un concepto fundamental en la salud mental y emocional de cualquier individuo, pero adquiere una relevancia especial cuando hablamos de cuidadores. Para entenderlo mejor, pensemos en un avión: antes de ayudar a otros, debemos poner nuestra máscara de oxígeno primero. De manera análoga, el autocuidado implica atender nuestras propias necesidades emocionales y físicas antes de cuidar a los demás.

El autocuidado abarca una variedad de prácticas que van desde las más simples, como el descanso adecuado y una dieta equilibrada, hasta las más complejas, como la gestión del estrés y el cuidado de la salud mental. Estas prácticas no solo son benéficas para el cuidador, sino que también repercuten positivamente en la calidad del cuidado que pueden brindar a sus seres queridos.

¿Los cuidadores se olvidan de su propio autocuidado?

Los cuidadores son individuos que dedican gran parte de su tiempo y energía a cuidar a otras personas, ya sea un familiar enfermo, un niño, o alguien con diversidad funcional. Su amor y compromiso son invaluables, pero con frecuencia se olvidan de cuidar de sí mismos.

La dedicación desinteresada de los cuidadores a menudo resulta en la postergación de sus propias necesidades. La atención constante hacia la persona dependiente puede llevar a la sensación de que no hay tiempo ni energía para el autocuidado. Es importante reconocer que este enfoque unidireccional puede tener consecuencias graves para la salud física y mental del cuidador.

El desgaste emocional y físico que experimentan los cuidadores puede ser abrumador. La falta de tiempo para uno mismo, la preocupación constante por el bienestar del ser querido y la presión para ser un apoyo inquebrantable pueden llevar al agotamiento, la ansiedad y la depresión.

¿Qué pasa si no conectamos con el autocuidado?

Cuando los cuidadores descuidan su propio autocuidado, pueden enfrentar una serie de consecuencias negativas que impactan profundamente en su bienestar. Estas consecuencias pueden manifestarse de diversas maneras y afectar tanto la vida personal como la capacidad de brindar cuidados de calidad.

¿Qué ocurre si no conectamos con el autocuidado?:

1. Agotamiento emocional y físico

El agotamiento es una consecuencia directa del descuido del autocuidado. Los cuidadores que no se permiten tiempo para descansar y recuperarse suelen experimentar fatiga constante y falta de energía. Esto no solo afecta su bienestar físico, sino también su salud mental. El agotamiento puede manifestarse en forma de irritabilidad, dificultad para concentrarse y pérdida de la motivación.

2. Aislamiento social

La dedicación constante al cuidado de otra persona puede llevar al aislamiento social. Los cuidadores a menudo renuncian a sus actividades sociales y pasatiempos debido a las demandas de su rol. Con el tiempo, pueden perder contacto con amigos y familiares, lo que puede aumentar su sensación de soledad y agravar su estrés.

3. Disminución de la calidad del cuidado

Cuando un cuidador no está cuidando de sí mismo, su capacidad para brindar un cuidado de calidad disminuye. La falta de energía y la sobrecarga emocional pueden llevar a errores en la administración de medicamentos, descuidos en la atención básica y una disminución en la empatía y la paciencia. Esto puede afectar negativamente la salud y la felicidad del receptor de cuidados.

4. Problemas de salud mental

La falta de autocuidado puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad. La constante preocupación, el estrés crónico y la falta de tiempo para actividades que brinden satisfacción personal pueden socavar la salud mental de los cuidadores. Es fundamental reconocer que cuidar de sí mismo no es un lujo, sino una necesidad.

Pasos para que los cuidadores conecten con el autocuidado

El autocuidado es esencial para mantener el bienestar de los cuidadores y, en última instancia, para brindar un mejor apoyo a sus seres queridos. Sin él, la salud física y mental empeora y la persona acaba debilitándose.

Los cuidadores pueden seguir estos pasos para conectar con el autocuidado:

1. Aceptar la importancia del autocuidado

El primer paso es reconocer que el autocuidado es esencial y no un acto de egoísmo. Aceptar que merecen tiempo y atención es el primer paso hacia una vida más equilibrada. Los cuidadores deben entender que cuidarse a sí mismos les permite ser mejores cuidadores para sus seres queridos.

2. Establecer límites claros

Es importante establecer límites en cuanto al tiempo y la energía que se dedica al cuidado de otros. Esto implica decir "no" cuando sea necesario y no sentirse culpable por hacerlo. Establecer límites saludables es esencial para prevenir el agotamiento.

3. Buscar apoyo

Los cuidadores no deben enfrentar la carga solos. Buscar apoyo de amigos, familiares o grupos de apoyo puede ser fundamental para compartir experiencias y consejos. Compartir las dificultades y los triunfos con otros cuidadores puede proporcionar un sentido de comunidad y comprensión.

4. Priorizar la salud física

Una dieta equilibrada, ejercicio regular y un buen descanso son esenciales para mantener la energía y la salud física. Los cuidadores deben programar tiempo para cuidar de su propio cuerpo, ya que esto les permitirá mantenerse fuertes y en forma para seguir brindando apoyo.

5. Cuidar la salud mental

El autocuidado emocional es igual de importante que el cuidado físico. Considerar la posibilidad de consultar a un psicólogo para hablar sobre los desafíos emocionales puede ser de gran ayuda. Aprender estrategias de manejo del estrés y la ansiedad es crucial para mantener la salud mental.

6. Programar tiempo para uno mismo

Es importante dedicar tiempo a actividades que se disfruten, ya sea leer, practicar un hobby o simplemente relajarse. Estos momentos de descanso son esenciales para recargar energías. Los cuidadores deben recordar que su tiempo es valioso y merecen disfrutar de actividades que les den alegría y satisfacción personal.

El autocuidado es una parte esencial de la vida de los cuidadores. Al ponerse a sí mismos en primer lugar, pueden brindar un apoyo más efectivo y sostenible a quienes dependen de ellos. No olvidemos que cuidarnos a nosotros mismos no es un acto de egoísmo, sino una necesidad que merece ser atendida. El autocuidado no solo beneficia a los cuidadores, sino que también mejora la calidad de vida de quienes reciben su apoyo.

* Ángel Rull, psicólogo.