TRAS LAS TENSIONES

Sumar aparca el concierto catalán y prioriza la financiación autonómica para sellar la paz interna

La coalición liderada por Yolanda Díaz exhibirá "unidad" este miércoles tras las tensiones que generó el pacto catalán

El secretario general del PCE y portavoz parlamentario de Izquierda Unida, Enrique Santiago y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en una imagen de archivo.

El secretario general del PCE y portavoz parlamentario de Izquierda Unida, Enrique Santiago y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en una imagen de archivo. / Gabriel Luengas

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Sumar hace borrón y cuenta para el inicio de curso y deja atrás las fortísimas tensiones que generó el concierto fiscal para Cataluña firmado entre PSOE y ERC para investir a Salvador Illa. El fuerte rechazo de varios partidos de la coalición dejó en el aire la mera posibilidad de que el Gobierno pudiera cumplir el acuerdo, al no tener asegurados siquiera los votos del socio minoritario del Ejecutivo. Pero un mes después de estas importantes turbulencias, el discurso ha cambiado radicalmente en la coalición de Yolanda Díaz, donde evitan ahora las referencias al pacto sobre Cataluña y se centran en la "oportunidad" que supone para sus respectivos territorios una negociación sobre financiación.

"Los problemas de financiación son algo que nos une a todos", resume un diputado del grupo parlamentario. Izquierda Unida en Andalucía, Compromís en Comunidad Valenciana o Chunta Aragonesista en Aragón tienen entre sus principales reivindicaciones el aumento de recursos para sus territorios. Y esa fue de una de las principales razones que llevaron a estos partidos a oponerse frontalmente a las cesiones fiscales a Cataluña en el documento firmado a finales de julio.

En el grupo parlamentario de Sumar, la polémica surgió desde el primer minuto, cuando Compromís Chunta Aragonesista avanzaron su rechazo al concierto si no se solventaba también el problema de financiación de sus territorios. También Izquierda Unida se opuso, al considerar que el nuevo diseño fiscal rompía la solidaridad interterritorial, perjudicando a los territorios infrafinanciados como Andalucía, donde IU tiene más fuerza. Estas críticas dejaron en el aire la mera posibilidad de que el Gobierno pudiera dar cumplimiento al acuerdo con los republicanos, al no tener asegurados nisiquiera todos los votos de las dos formaciones de Gobierno.

Este acuerdo entregaba la llave de la caja a Cataluña y establecía un criterio de "ordinalidad" en la financiación, por el que los que más aportasen más financiación recibirían. Unos términos que, para IU y para el portavoz económico de Sumar, Carlos Martín Urriza, suponían la ruptura de la solidaridad entre territorios, puesto que contribuirían a perpetuar la riqueza en las comunidades ricas, en lugar de contribuir a mejorar las menos agraciadas.

Primer llamamiento

En Sumar trataron de calmar las aguas. El acuerdo, alegaban en la dirección, tardaría meses en concretarse en una propuesta parlamentaria, y desde el partido contactaron con las formaciones críticas para pedirles esperar a esa fase y evitar pronunciamientos sobre el pacto catalán hasta que hubiera un texto concreto que votar en el Congreso. Una votación que muchos en Sumar dudan que llegue a producirse, aunque los Comunes, la facción catalana de Sumar, sí creen que "tiene que salir", según fuentes bien situadas del partido.

Después del toque de atención de principios de agosto, Sumar logró un control de daños y el tono bajó ostensiblemente entre las formaciones más reacias a un concierto catalán, que sin embargo seguían reclamando un debate dentro del grupo parlamentario para fijar una postura común.

Petición de Sumar

Y esa reunión finalmente se dio. Tanto la semana pasada como este mismo lunes, en sendas reuniones de dirección parlamentaria, se abordó este asunto. En estos encuentros, el portavoz parlamentario de Sumar, Iñigo Errejón, pidió a los partidos aliados mantener "aparcado" el asunto del concierto catalán, según fuentes del grupo parlamentario, para centrarse en las posibilidades que ofrece la apertura de una negociación sobre la financiación autonómica, que lleva diez años caducada, y la condonación de deuda ofrecida por el Gobierno a los distintos territorios.

Una petición que ha sido asumida por el resto de formaciones, que han obviado la "financiación singular" y se han centrado en un discurso más genérico sobre los beneficios que ofrece esta nueva fase de negociación. Este discurso ha logrado cohesionar a las distintas formaciones del grupo parlamentario y ha dejado atrás -al menos de momento- las tensiones por el concierto catalán.

Resulta paradigmático, destacan fuentes de la dirección parlamentaria de Sumar, que este miércoles sea precisamente la portavoz de Compromís, Águeda Micó, quien defienda ante la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la "posición unitaria" en el debate sobre financiación que se dará en el Congreso de los Diputados. La dirigente valenciana, que fue una de las voces más críticas contra el acuerdo firmado con ERC, dará ahora voz al conjunto del grupo parlamentario presidido por Yolanda Díaz. Un gesto que busca restaurar la imagen de unidad en esta materia.

Dividir al PP

Con esta vía, Sumar asume íntegramente el discurso de Moncloa, que ha apostado por una suerte de café para todos, por el que ofrece al resto de territorios beneficios para atraerlos al acuerdo del concierto catalán inicialmente firmados. Esta oferta, además, ha causado cierta división en el PP, que gobierna la mayoría de comunidades autónomas, y en Sumar también han aprovechado la ocasión para sembrar la discordia y desgastar al principal partido de la oposición, incidiendo en las tensiones que existen en las filas de Alberto Núñez Feijóo, obviando al mismo tiempo las suyas propias.

Lo cierto es que la oferta de Moncloa sobre negociar con cada territorio su financiación ha hecho evidente las diferencias entre sus barones, con grandes diferencias a la hora de afrontar la mano tendida de Sánchez, desde el rechazo frontal de Isabel Díaz Ayuso, que lo considera un "engaño" y ha pedido no acudir siquiera a las reuniones; a otros presidentes autonómicos como Carlos Mazón en Comunidad Valenciana, Fernando López Miras en Murcia o Juanma Moreno en Andalucía, que han aceptado una cita con el presidente de Gobierno. Aunque Alberto Núñez Feijóo les ha dado vía libre para elegir si acudir o no a Moncloa, la condición es precisamente que no se aborde la financiación autonómica, al considerar que este asunto debe abordarse en una Conferencia de Presidentes de carácter multilateral, y no con encuentros bilaterales.