Nueva legislatura

ERC y Comuns exigirán a Illa el cumplimiento de los acuerdos de investidura a cambio de los presupuestos

Los dos partidos aceptan el rol de socios prioritarios del president, pero se preparan ya para exigir las contrapartidas

Illa descarta nuevos presupuestos para este año y se centra en los de 2025

El Govern pone en marcha la elaboración de los presupuestos con ERC y Comuns de socios principales

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Lluïsa Moret y Marta Rovira firman el pacto de investidura PSC-ERC ante la Biblioteca de Catalunya.

Lluïsa Moret y Marta Rovira firman el pacto de investidura PSC-ERC ante la Biblioteca de Catalunya. / Marc Puig / ERC

Quim Bertomeu

Quim Bertomeu

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La legislatura ha empezado en Catalunya con un esquema relativamente sencillo: el PSC gobierna en solitario la Generalitat y aspira a aprobar las principales leyes del mandato con el apoyo en el Parlament de ERC y los Comuns. La primera gran prueba de fuego que medirá la fortaleza de este esquema será la negociación de la ley de presupuestos de la Generalitat de 2025. El president Illa ya ha señalado a los republicanos y a los morados como socios prioritarios y estos dos partidos aceptan el rol, pero se preparan para formular sus exigencias. ERC y Comuns coinciden en el núcleo de sus demandas: si el Govern quiere tener presupuestos tendrá que cumplir con los acuerdos de investidura que estas dos formaciones firmaron hace un mes con el PSC a cambio de investir a Illa.

El primer contacto para abordar las cuentas entre el Govern y los dos partidos se dio el lunes. Fueron sendas llamadas de cortesía de la consellera de Economía, Alícia Romero, al portavoz parlamentario de los Comuns, David Cid, y a la secretaria adjunta de ERC, Marta Vilalta. No se entró en materia, pero los dos partidos quedaron formalmente avisados de que el ejecutivo catalán cuenta con ellos. La idea con la que trabaja el Govern es darse dos meses para negociar para luego, a principios de noviembre, tramitar los presupuestos en el Parlament con el acuerdo ya cerrado. Si Illa logra cumplir con este calendario, el 1 de enero tendrá sus primeras cuentas en vigor.

Desde ERC asumen su nuevo papel de partido de la oposición, pero avisan de que, si el Govern quiere nuevos presupuestos, las contrapartidas deberán ser claras. La idea central es que el pacto de presupuestos tiene que aportar las partidas necesarias para hacer realidad el acuerdo de investidura que firmaron con el PSC a principios de agosto. Para poner un ejemplo: si aquel acuerdo recogía el traspaso definitivo de Rodalies o el nuevo Hospital Clínic -por citar dos casos-, el acuerdo de presupuestos tiene que recoger las partidas necesarias para hacerlo realidad. "El acuerdo de investidura tiene que estar dentro del de presupuestos. Si falta una sola cosa, no habrá pacto [de presupuestos]", sostienen fuentes de la dirección de ERC.

Y de todo lo que ERC y el PSC firmaron a cambio de investir a Illa, sobresale una cuestión: el pacto para que Catalunya tenga una "financiación singular". Así, los republicanos también exigirán pasos decisivos en este asunto a cambio de su voto a las cuentas. Que mejor forma, sostiene en ERC, de certificar esta nueva financiación que ver en las nuevas cuentas cómo mejoran los recursos que llegan desde el Estado. El Govern asume que no podrá demorar los avances en financiación, pero avisa de que el cambio de sistema será progresivo y a medio plazo. En la medida que las dos partes sean capaces de pactar los plazos en los que desarrolla la financiación singular, el acuerdo presupuestario estará más cerca.

Vivienda y Hard Rock

Desde los Comuns se exige al Govern exactamente la misma operación: si Illa quiere sus cuentas será "imprescindible" que éstas concreten el dinero necesario para hacer cumplir las inversiones sociales que recogía el pacto de investidura. Fuentes de los Comuns exigen, por ejemplo, un "salto cualitativo" en las partidas dedicadas a la vivienda y a la mejora de los barrios de Catalunya. El Govern ya creó la figura de un comisionado barrios para que se encargue de esta cuestión, pero los Comuns quieren que las inversiones ya empiecen a llegar en 2025. También colocan otra prioridad arriba del todo de sus demandas: el mantenimiento de la rebaja del precio del transporte público hasta finales de 2025.

El partido de Jéssica Albiach también pondrá otra cuestión espinosa encima de la mesa y es que la negociación de los presupuestos sirva para eliminar la reducción de la fiscalidad a los casinos que se aprobó en el 2014 para facilitar el aterrizaje en Vila-seca y Salou del macroproyecto de ocio que entonces se llamaba BCN World y que luego asumió Hard Rock. Aquella ley reducía la fiscalidad al juego del 55% al 10%. El Hard Rock siempre ha sido un tema controvertido hasta el punto que en el marzo pasado hizo naufragar, precisamente, la negociación de los presupuestos de 2024 y acabó por provocar unas elecciones anticipadas.

Nuevo paradigma

La negociación de las cuentas de 2025 también supondrá la llegada de un nuevo paradigma. La cuestión es que en último lustro los grandes acuerdos presupuestarios en Catalunya se producían porque ERC gobernaba en la Generalitat, los Comuns en el Ayuntamiento de Barcelona y los socialistas el Gobierno del España. Esto generaba un intercambio de votos a tres bandas -más o menos explícito- para que cada partido pudiera disponer de cuentas en la administración que controlaba. Ahora esto ha cambiado y, con el retroceso de ERC y Comuns en las urnas, los socialistas controlan los tres gobiernos. Esto da al PSC grandes cuotas de poder, pero a la vez, les obligará a tener que remangarse más para convencer a ERC y Comuns, que ahora tendrán menos incentivos que antes para llegar a acuerdos.

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