Negociaciones de investidura

Illa proyecta un pacto en dos tiempos: primero con los Comuns y luego con ERC

Los socialistas querrían que la primera parte del acuerdo pueda escenificarse ya en julio a la espera de la decisión de los republicanos

ERC se da un mes para llegar a un preacuerdo de investidura: "No queremos una negociación al límite"

Illa acota la decisión de ERC: "O hay pacto de progreso o hay elecciones"

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¿Cuándo será el debate de investidura en Catalunya? ¿Habrá repetición de elecciones? Calendario y fechas clave

El líder del PSC, Salvador Illa, el pasado miércoles en el Parlament

El líder del PSC, Salvador Illa, el pasado miércoles en el Parlament / ZOWY VOETEN

Sara González

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A las puertas de inaugurarse el mes de julio, no hay ningún horizonte de fumata blanca para la investidura. Se prevén semanas de sequía política ante los focos, pese a que las agendas de reuniones y llamadas echan humo. El candidato del PSC, Salvador Illa, ya advirtió esta semana desde el atril del Parlament de que trabajaría "sin prisa pero sin pausa" y, por lo tanto, sin vacaciones, para lograr su objetivo: el 'sí' de ERC y de los Comuns para ser proclamado presidente de la Generalitat. El acuerdo, si es que llega, se proyecta en dos tiempos: primero se cerrará con el grupo de Jéssica Albiach, entente que los socialistas dan por descontada; y luego esperan que suceda lo mismo con ERC, que este sábado se ha dado un mes de plazo para alcanzar un preacuerdo.

Por ahora, los socialistas negocian con los republicanos, por un lado, y con los Comuns, por el otro, aunque la aspiración sería poner el lazo a una alianza en una mesa a tres. Illa sabe que el partido de Marta Rovira necesita tiempo para acompasar su crisis interna con la toma de una decisión que deberá ser rubricada por su militancia, así que se resigna a ir al ralentí en unas negociaciones complejas, pero que querrían resolver antes de agosto. El ritmo de la interlocución con los Comuns es distinto, así que la previsión es que se anuncie el acuerdo a la que se cierre, escena que podría producirse en las próximas semanas.

A la espera de la oferta "ambiciosa"

El presidenciable del PSC ha prometido hacer una oferta "ambiciosa" desde el punto de vista progresista y que los republicanos hayan fijado un horizonte de un mes es un calendario que obliga a los socialistas a concretar. Albiach ha asegurado que detecta "buena voluntad" para ello por parte del dirigente socialista. Que cristalice el acuerdo con los Comuns está supeditado a que Illa asuma compromisos de calado en materia de vivienda, pero también de cómo se compagina el rechazo frontal al Hard Rock y a proyectos como la ampliación del aeropuerto con la defensa desacomplejada que hacen los socialistas de estas inversiones.

Nada, sin embargo, que ambas partes consideren que no se pueda salvar, pese al aparente antagonismo entre las dos posiciones y de que precisamente fue la oposición al macrocasino la que hizo saltar por los aires la legisla. Resueltos esos nudos, se visualizará entonces una suma de 48 diputados -42 del PSC y seis del grupo de Albiach- a la espera de los 20 de ERC, que con las negociaciones de la investidura abiertas en canal están también en pleno diseño de su congreso pese a que quedan cinco meses. El esquema planteado es acabar en una mesa las tres partes.

Si se acabará produciendo o no ese retrato está en manos de los republicanos, que continúan también reuniéndose con Junts pese a ser conscientes de que no le salen las cuentas. El PSC fruncen el ceño ante el hecho de que los republicanos no sean capaces de verbalizar públicamente que Puigdemont no tiene opciones. "O hay pacto de progreso o hay elecciones", ha advertido Illa este sábado, que ha insistido que solo el pacto progresista es "viable" y descartado otras aritméticas, como la suma con Junts o con PP y Vox.

La réplica de ERC, que trata de sacudirse presión de encima, ha sido que en la concesión del concierto económico está la llave. "O hay resultados o estarán eligiendo ir a elecciones", ha dicho Rovira. Los socialistas tienen en su radar la tentación que puede tener ERC de intentar escenificar un pacto independentista que no suma mayoría -necesitaría una abstención de los socialistas que no se va a producir- con el propósito de precipitar el retorno del expresidente. Aunque ese supuesto podría servir para evidenciar que no puede ser presidente, el riesgo que se asume es que el independentismo se caldee hasta tal punto que la presión se lleve por delante un posible pacto con los republicanos.

El PSC sospecha que para eso trabaja precisamente Junts, que también este sábado, sin mencionarlos directamente, ha apretado las tuercas a los republicanos advirtiendo de que la "encrucijada" está entre si Catalunya tiene un presidente que defienda los intereses de los catalanes o uno, Illa, que "solo tiene el PSOE en el corazón y en la cabeza".

Optimismo pese a las dificultades

Así que la oferta "ambiciosa" a la que hace referencia Illa es clave para tratar de romper la posibilidad de que se configure, de nuevo, un pacto independentista aunque no sume mayoría. La duda es cuándo puede formalizarse, dado que la joya de la corona es la propuesta sobre la financiación y esta, por tanto, no depende solo de Illa, sino de que antes tenga el amparo del Gobierno. En las filas socialistas hay optimismo en poder decantar la balanza en ERC aunque eso cueste más viajes de su equipo negociador a Ginebra, pero nadie osa poner una fecha. Los 30 días decretados por los republicanos son, sin embargo, un primer 'deadline'.

Los encuentros con los republicanos son frecuentes y multilaterales, y, como avanzó EL PERIÓDICO, a la espera de la concreción en materia económica se afrontan otros asuntos, como fórmulas para potenciar el catalán o combatir a la extrema derecha. No deja de ser significativo en el terreno de allanar el pacto que el PSC se haya aliado con los independentistas para proponer una reforma del reglamento del Parlament que dé cobertura legal al voto telemático de Carles Puigdemont y Lluís Puig.

Aunque ahora aleguen que esa modificación equipara el reglamento al de otras cámaras legislativas, lo cierto es que fueron los socialistas, precisamente, los que hace un año recurrieron ante el Tribunal Constitucional el voto telemático que provocó la sentencia que lo tumbó. Sucedió en medio de la campaña de las europeas y en plenas negociaciones de la presidencia y la Mesa del Parlament, que acabó con un acuerdo independentista en nombre de garantizar una mayoría "antirrepresiva".

El PSC no quiere que lo que ahora considera una nimiedad entorpezca su carrera hasta la presidencia de la Generalitat, aunque tenga que sudar hasta el último minuto con un pacto 'in extremis' que los republicanos han verbalizado que no quieren, pero que nadie está en disposición de descartar.

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